Recetas contra el "medicamentazo"

"Tomo hasta ocho pastillas al d¨ªa, adem¨¢s de las inyecciones para el h¨ªgado, laxantes y otros medicamentos". Rita Ju¨¢rez es una jubilada de Gandia que a sus 67 a?os depende diariamente de este arsenal de comprimidos para mantener su delicada salud. Ya ha sufrido ocho operaciones repartidas entre el est¨®mago y en el h¨ªgado, unas intervenciones que no han logrado frenar sus dolencias. "Ahora vuelvo a tener problemas por lo que me han ingresado recientemente varias veces en el hospital", afirma. Estos problemas aconsejan una novena visita al quir¨®fano, una opci¨®n a la que se niega en redondo. Econ¨®micamente, las cosas tampoco van demasiado bien. Rita convive con el menor de sus seis hijos, de 25 a?os, con una pensi¨®n de viudedad de 55.000 pesetas al mes. Desde el pasado 1 de septiembre, los gastos de esta jubilada se vieron aumentados por el medicamentazo, la retirada por parte del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de la subvenci¨®n p¨²blica a 834 medicamentos. La lista, que afecta a 984 presentaciones farmac¨¦uticas distintas fabricadas por 190 laboratorios, se present¨® como una soluci¨®n para ahorrar en gasto sanitario. Entonces, seis de las medicinas que Rita se administra diariamente quedaron fuera de la subvenci¨®n estatal y pudo seguir su tratamiento gracias a la confianza de su farmac¨¦utico: "La farmacia a la que voy me fiaba los medicamentos y los pagaba poco a poco". El caso de esta jubilada es bastante com¨²n entre la poblaci¨®n mayor de 60 a?os. Enfermedades cr¨®nicas, problemas de salud como la hipertensi¨®n, el exceso de az¨²car, colesterol, artrosis, descalcificaci¨®n, cataratas, mala circulaci¨®n son algunas de las dolencias que m¨¢s sufre este sector social y que requieren, en la mayor¨ªa de casos, de un tratamiento m¨¦dico continuado. Esta circunstancia y el hecho de que los jubilados sean uno de los sectores sociales con rentas m¨¢s bajas ha sido el argumento que los ayuntamientos de Gandia y Alzira han defendido para aplicar el llamado contramedicamentazo. Estas dos poblaciones han asumido en sus presupuestos, mediante unas partidas de 32 y 16 millones de pesetas, respectivamente, los costes de la retirada de los 834 medicamentos de la lista de la Seguridad Social. El esp¨ªritu de la medida es igual en las dos localidades, pero su aplicaci¨®n ha sido distinta. En Gandia, la ayuda del ayuntamiento -gobernado por el PSPV, NE y UV- se limita a la poblaci¨®n de jubilados. Desde el mes de diciembre, fecha en la que se puso en pr¨¢ctica, ya se han repartido m¨¢s de 7.000 tarjetas doradas, el particular salvoconducto que exime a este grupo social del pago de las medicinas exclu¨ªdas. Alzira -con un equipo de gobierno formado por UV, PSPV y UPV- tambi¨¦n ha optado por correr con los gastos en medicamentos que el Estado ha dejado de asumir. Esta poblaci¨®n, sin embargo, no ha limitado su ayuda a los jubilados. Los pensionistas tampoco notar¨¢n en sus bolsillos el medicamentazo, y junto a ellos, el resto de ciudadanos contar¨¢ con una subvenci¨®n del 60% en el grupo de los medicamentos proscritos -b¨¢sicamente laxantes, mucol¨ªticos y antihemorroidales-, la rebaja habitual para los afiliados a la Seguridad Social. El bolsillo de Carmen, una viuda de Alzira, y su conjuntivitis cr¨®nica han sido otros de los beneficiados por el contramedicamentazo. Ella ni siquiera llega a las 55.000 de Rita y se organiza para llegar a fin de mes con 1.000 pesetas menos. En diciembre el doctor le detect¨® una irritaci¨®n ocular que necesita los cuidados diarios de una pomada y una crema, un tratamiento de seis meses que tuvo que comenzar pag¨¢ndose ella misma, hasta que en enero su ayuntamiento se hizo cargo de las medicinas. Junto a ella, Bernardo Dolz y Pascual Serrano, otros dos jubilados de la capital de La Ribera, se muestran satisfechos con la medida. Ambos tienen problemas de tensi¨®n arterial y se re¨²nen a diario en el hogar del jubilado para ojear la prensa, charlar y jugar al domin¨® o al subastat y, entre conversaci¨®n y conversaci¨®n, apoyan la postura de su gobierno local. "Me parece bien", se?ala Bernardo, "los jubilados cobramos muy poco". Como ¨¦l, Pascual aplaude a su Ayuntamiento, pero con condiciones pr¨¢cticas: siempre que no se aplique ning¨²n impuesto especial. La medida no ha ido acompa?ada de un aumento de demanda de medicinas subvencionadas. Una c¨¦ntrica farmacia de Alzira contabilizaba, una semana despu¨¦s de asumir el Consistorio el nuevo gasto en medicamentos, apenas nueve recetas, un volumen considerado muy bajo por el responsable de la botica, Francisco Alamanz¨®n. En Gandia tampoco ha provocado un mayor consumo de preparados. Una farmac¨¦utica de la localidad recuerda, sin embargo, que antes del 1 de septiembre recibi¨® un alud de clientes convencidos de que la medida iba a afectar a todo tipo de medicamentos. Se dio, incluso, el caso de jubilados que acumularon en casa recetas a la espera de que se aprobara el contramedicamentazo para poder adquirirlas de forma gratuita. Hasta el momento, s¨®lo Gandia ha hecho balance p¨²blico. Seg¨²n los primeros datos ofrecidos por el Colegio de Farmac¨¦uticos y el Ayuntamiento, entre el 1 y el 16 de diciembre, 1.063 jubilados pasaron por alguna farmacia para retirar medicamentos excluidos, una cifra inferior a la esperada. De las expectativas de gasto mensual fijadas en 2.700.000 pesetas, durante la primera quincena, el coste de las recetas ha sido de 600.000 pesetas, menos de la mitad de lo previsto. Estos resultados han servido al Colegio de Farmac¨¦uticos para elaborar un estudio sobre el coste de ampliar el contramedicamentazo a toda la Comunidad. La anulaci¨®n del decreto del gobierno para todos los pensionistas y jubilados supondr¨ªa un gasto de 600 millones de pesetas al a?o, es decir, el 0,2% del presupuesto de la Consejer¨ªa de Sanidad. La asociaci¨®n de boticarios tambi¨¦n niega que la medida haya servido para disminuir el gasto en medicamentos. Afirman que, en lugar de los medicamentos excluidos, los m¨¦dicos prescriben preparados similares m¨¢s caros amparados por la Seguridad Social, por lo que, mantienen, el gasto sanitario ha crecido en m¨¢s de 2.000 millones de pesetas. A esta pr¨¢ctica hay que a?adir, seg¨²n se?alan los farmac¨¦uticos, la subida de entre un 5% y un 20% del precio de los medicamentos "una medida que est¨¢ a punto de adoptar el Gobierno", s¨®lo autorizada a las especialidades farmac¨¦uticas no financiadas por la Seguridad Social. Junto a Gandia y Alzira, Enguera asume desde el 1 de enero la factura de los medicamentos hu¨¦rfanos de subvenci¨®n estatal. Atra¨ªdos por estas experiencias, otros municipios se est¨¢n sumando a la medida. Faura ha sido el siguiente en hacerse cargo de estos gastos sanitarios. Su alcalde anunci¨® el 8 de enero un convenio con el Colegio de Farmac¨¦uticos de Valencia y la entrega de 520 tarjetas entre la poblaci¨®n jubilada para que desde el 1 de febrero pueda adquirir sin coste productos tan comunes como Clamoxil Mucol¨ªtico, Nolotil, o el resto de 832 medicamentos excluidos. Esta localidad ha destinado 7,5 millones de pesetas a la subvenci¨®n de medicamentos y est¨¢ estudiando ampliarla tambi¨¦n a los pensionistas. Los ayuntamientos de Paterna y Burjassot siguen a los anteriores en la intenci¨®n de correr con los gastos en medicinas para los jubilados. Esta ¨²ltima localidad ya ha reservado 10 millones de sus presupuestos y, seg¨²n los c¨¢lculos de su alcalde, el socialista Jos¨¦ Luis Andr¨¦s, est¨¢ previsto que la medida entre en funcionamiento en marzo. Paterna puede ser la siguiente en sumarse al contramedicametazo. De momento se encuentra analizando la experiencia de Gandia y la forma de aplicarla entre los jubilados de su municipio.