Fusiones y confusiones
IMANOL ZUBERO Asistimos a una radical transformaci¨®n en la ecolog¨ªa de la empresa, con un medio ambiente cambiante ante el que las empresas s¨®lo pueden adaptarse o desaparecer. Te?idas de un lenguaje milenarista, las obras sobre organizaci¨®n de empresas son pr¨¢cticamente las ¨²nicas en las que todav¨ªa es posible encontrar palabras como revoluci¨®n, crisis de la tradici¨®n o conflicto con los modelos dominantes. Conceptos provenientes de la nueva f¨ªsica y la biolog¨ªa -conceptos como desorden creativo, complejidad, caos, incertidumbre, autoorganizaci¨®n, discontinuidad, morfog¨¦nesis- son adoptados por quienes teorizan sobre las nuevas realidades empresariales y econ¨®micas. Una de las claves de esta adaptaci¨®n empresarial pasa por un redimensionamiento de las organizaciones, para las que se propone la estrategia del downsizing, la reducci¨®n de su tama?o: ha nacido el mito de las peque?as empresas. Durante unos a?os los medios de comunicaci¨®n nos han fascinado con art¨ªculos sobre la crisis de grandes gigantes empresariales y el florecimiento de peque?as iniciativas lideradas por j¨®venes emprendedores independientes. Contamos incluso con una comparaci¨®n poderosamente sugerente: la r¨¢pida y misteriosa desaparici¨®n de los grandes saurios al final del per¨ªodo cret¨¢ceo, hace 70 millones de a?os, sustituidos por los peque?os protomam¨ªferos. Lo peque?o es hermoso... y adem¨¢s hace dinero. Pero todo eso no deja de ser un mito, una idea bien publicitada con muy escaso soporte emp¨ªrico. En lugar de disminuir, el poder econ¨®mico concentrado est¨¢ cambiando de forma. Realmente, la producci¨®n est¨¢ siendo cada vez m¨¢s descentralizada, dado que los directivos intentan aumentar su flexibilidad frente a las inmensas barreras de entrada a los mercados y frente a la incertidumbre cr¨®nica propia de las condiciones pol¨ªticas y de las diferentes demandas de los consumidores. Pero la descentralizaci¨®n de la producci¨®n no implica el final del poder econ¨®mico desigual entre empresas, poder que sigue dependiendo del tama?o. Durante 1998 se ha producido una aut¨¦ntica avalancha de fusiones, adquisiciones y absorciones: Rh?ne-Poulenc (francesa) y Hoechst (alemana) en actividades farmac¨¦uticas y agroqu¨ªmicas; en el sector del petr¨®leo la francesa Total y la belga Petrofina, as¨ª como las norteamericanas Exxon y Mobil; en bancos, el teut¨®n Deutsche Bank y el americano Banker Trust, adem¨¢s de Citicorp y Travelers, Taiyo y Mitsui, Bank America y Nations Bank; en telecomunicaciones, Bell Atlantic y GTE, ATT y TCI; en la industria automovil¨ªstica, Volkswagen-Seat-Skona, Peugeot-Citr?en, BMW-Rover, GM-Saab, Daimler Benz-Chrysler... Estas son s¨®lo algunas de las operaciones realizadas durante el pasado a?o. Todas ellas por valor de miles de millones de d¨®lares. Por aqu¨ª hemos empezado el nuevo a?o con la fusi¨®n del Santander y el Central Hispano y el proyecto de una gran kutxa vasca. As¨ª pues, el pez chico no se come al grande. Se trata de fusiones parad¨®jicas: suman capitales, incrementan cuotas de mercado, comparten directivos, pero restan trabajadores. Las organizaciones empresariales se est¨¢n embarcando en complejos procesos de desintegraci¨®n vertical mediante la externalizaci¨®n de muchas de las tareas que antes se realizaban en su seno. Mediante estrate-gias de subcontrataci¨®n (outsourcing y outworking), creando redes de proveedores, mediante alianzas estrat¨¦gicas, las grandes empresas se est¨¢n deshaciendo de muchos de los asalariados que antes desarrollaban sus tareas dentro de la empresa, modificando profundamente la situaci¨®n de los asalariados y las condiciones de empleo al generar cada vez m¨¢s empleos precarios e inestables. En algunos casos, esos asalariados seguir¨¢n trabajando para la empresa, pero no en la empresa. En muchos caso, simplemente dejar¨¢n de trabajar. "Cada vez que se casan dos empresas -reflexionaba El Roto en una de sus vi?etas- dan a luz parados".
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