"?Por qu¨¦ me voy a retirar si me sigue gustando?"
El golfista repasa su vida y su carrera cuando cumple las bodas de plata como profesional
Su perfil oficial en los libros de golf es un escueto p¨¢rrafo: "Severiano Ballesteros (Pedre?a, Cantabria, 9 de abril de 1957). El menor de cuatro hermanos -todos profesionales del golf-, aprendi¨® a jugar a los siete a?os usando un hierro 3 recortado en la playa cerca de su casa. Salt¨® con fuerza a la luz en el Open de 1976, en Royal Birkdale, poniendo en aprietos a Johnny Miller. Ganador de 72 t¨ªtulos en todo el mundo, incluidos tres Opens y dos Masters. Carism¨¢tica personalidad fundamental para la resurrecci¨®n europea en la Ryder Cup. Ha ganado 20 puntos en 37 partidos contra Estados Unidos. Desarroll¨® un papel vital, como capit¨¢n, en el triunfo de Europa en Valderrama 97. Primer jugador que pas¨® la barrera de un mill¨®n, dos millones y tres millones de libras esterlinas en ganancias en el circuito europeo". Un peque?o p¨¢rrafo que pocos jugadores, muy pocos, pueden lucir tan repleto de ¨¦xitos.Celebra ahora -le homenajean y ¨¦l se deja ver- 25 a?os en la profesi¨®n de golfista. Lo hace mostrando sentimientos cruzados y enfrentados. Por un lado, ¨¦l, con fama de ogro muchas veces, es m¨¢s accesible que nunca. Tambi¨¦n se deja llevar por la nostalgia, contando con prodigiosa memoria su infancia, juventud y madurez; como si lo m¨¢s importante de su vida fuera ya pasado. Pero tambi¨¦n se rebela con fuerza contra la noci¨®n instalada en muchos de que las bodas de plata son en el fondo una disculpa para dejarlo. No entiende que alguien entienda los homenajes como un acto de prejubilaci¨®n.
Y se acuerda sobre todo de su padre. "Mi padre", dice con una admiraci¨®n que parece que nada puede borrar, "era fort¨ªsimo. Era capaz de sembrar dos hect¨¢reas de patatas llevando casi a pulso la m¨¢quina. Ten¨ªa unas manos enormes. Gan¨® dos veces el Campeonato de Espa?a de traineras con la Castilla de Pedre?a. Era un hombre del terru?o. Una vez, volando en avi¨®n en estados Unidos, al salir de Akron, Ohio, estuvo media hora mirando por la ventanilla. S¨®lo se ve¨ªan casas y casas. Y me dice, "Seve, ?en todas esas casas vive gente?". Claro, le respond¨ª. "?Y de d¨®nde sacan patatas para comer tantos millones?". ?l, acostumbrado a sembrar patatas para nosotros y los familiares. Yo le ayudaba en todo. Un d¨ªa por poco le dejo cojo herrando al caballo. Se me escap¨® la pata que sujetaba y se le cay¨® encima. Mi padre era muy fuerte".
Pregunta. ?Qu¨¦ queda 25 a?os despu¨¦s de aquel joven animoso que no paraba de sonre¨ªr, que recorr¨ªa los campos con los hombros echados hacia adelante, que parec¨ªa que hab¨ªa llegado para comerse el mundo y al que nada ni nadie iban a detener?
Respuesta. ?Hombre!, animoso y sonriente sigo siendo. ?Hombre!, quedan muchas cosas. Sigo teniendo ilusi¨®n, sigo teniendo ganas de seguir trabajando y ganas de volver a ganar. ?Qu¨¦ queda? Queda todo lo que he vivido durante todo este tiempo. Todos los triunfos, los amigos, la suerte que he tenido de poder viajar y conocer mundo, y conocer la gente, y lo que he aprendido de conocer a la gente importante, que me ha ayudado a formarme y educarme como persona.
P.?Y cree que tambi¨¦n se ha comido el mundo?
R. El mundo no se lo come nadie.
P. Pero entonces, cuando era un cr¨ªo, ?cre¨ªa que era posible?
R. S¨ª, s¨ª; yo sal¨ªa convencido de que iba a ganarlo todo. Ah¨ª se ve, s¨®lo hay que fijarse en las fotos y las pel¨ªculas de aquellos tiempos. No hay m¨¢s que verlo.
P. Por ejemplo, en las im¨¢genes del Open Brit¨¢nico de 1976. Usted, un desconocido espa?ol de 19 a?os, frente a los mejores norteamericanos del momento y casi de la historia: Jack Nicklaus y Johnny Miller. Usted, sonriendo a la c¨¢mara no como el chico que cumple su sue?o de jugar al lado de sus mitos, sino como el que transmite la seguridad de que va a derrotarlos sin importarle nada.
R. ?Sabe c¨®mo prepar¨¦ aquel British? ?Sabe lo que estaba haciendo la semana anterior?
P. No, cuente.
R. Pues estuve ayudando a mi padre a guardar la hierba seca en la cuadra, para el ganado, para el invierno.
P. Y ese chaval que ayuda a su padre en el campo llega a jugar el Open Brit¨¢nico. Y a punto est¨¢ de ganarlo.
R. S¨ª, all¨ª me di a conocer. Qued¨¦ segundo, fui l¨ªder durante tres vueltas y el ¨²ltimo d¨ªa no gan¨¦ porque no jugu¨¦ bien y porque Miller jug¨® demasiado bien. Pero creo que me vino bien no ganar.
P. ?C¨®mo fue el choque entre el chaval que sale de un pueblo de Cantabria y estos grandes jugadores, los mejores de la ¨¦poca?
R. Yo les miraba con much¨ªsimo respeto, con much¨ªsima admiraci¨®n. Nicklaus, Miller, Palmer, Player, Di Vicenzo, Tony Jacklin. Todos ¨¦sos eran mis ¨ªdolos, y claro, al verlos en vivo, de carne y hueso, me quedaba un poco con la boca abierta.
P. Pero en el campo, jugando, supongo que no.
R. Aunque fueran rivales, much¨ªsimo respeto. Sin embargo, yo sal¨ªa al campo y no me acongojaba ante ellos, sal¨ªa convencido de que les iba a ganar.
P. ?Recuerda sus caras cuando se enfrentaban a usted?
R. Al principio no s¨¦ lo que pod¨ªan ver en m¨ª ni pensar. Supongo que estar¨ªan sorprendidos de c¨®mo este chico tan joven que viene de un pa¨ªs con poca o ninguna tradici¨®n golf¨ªstica les ofrec¨ªa juego.
P. ?Fue como un choque?
R. S¨ª; una cosa diferente, porque antes s¨®lo exist¨ªan Inglaterra y Estados Unidos. No exist¨ªa nada m¨¢s.
P. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta usted de que era un genio?
R. No, yo no creo que sea un genio, ni mucho menos. Me di cuenta de que ten¨ªa mucho potencial y de que les pod¨ªa ganar r¨¢pidamente ese mismo a?o 76. Yo... Un chaval sin experiencia y que de repente est¨¢ a punto de ganarles es que tiene algo especial. Y algo especial ten¨ªa que tener yo cuando me hice profesional en el a?o 74 con la ¨²nica experiencia de haber jugado seis campeonatos de caddies en seis a?os; y dos a?os y tres meses m¨¢s tarde gan¨¦ al campe¨®n de Espa?a. Algo tendr¨ªa que haber, ?no? P.Pero antes de competir, cuando ten¨ªa que jugar en la playa o a escondidas en el campo de Pedre?a, ya se oler¨ªa algo, ?no?
R. Lo que s¨ª ten¨ªa yo era un esp¨ªritu de competidor muy grande, porque, quiz¨¢s de jugar con mis compa?eros en la playa, ah¨ª donde nos jug¨¢bamos el dinero que no ten¨ªa... Entonces, ante la necesidad, haces cualquier cosa por conseguir lo imposible. Y eso me ense?¨® y me ayud¨® much¨ªsimo: las jugadas aquellas de la playa, de apostar y no tener la apuesta en el bolsillo... ?Claro, no ten¨ªa m¨¢s remedio que ganar!
P. Era la lucha por la supervivencia.
R. S¨ª, y contra la injusticia. Siempre me he rebelado contra las injusticias. Nunca las he podido resistir. Siempre he luchado con tes¨®n contra ellas. Yo ve¨ªa much¨ªsimas injusticias. Era tremendo. No lo digo con resentimiento, casi todo lo contrario. Eso me ayud¨® y me form¨®, me hizo m¨¢s fuerte. Cog¨ª m¨¢s ganas para seguir luchando.
P. ?Fueron entonces las dificultades que ten¨ªa para jugar lo que m¨¢s le empuj¨® a jugar, a hacerse un gran jugador?
R. S¨ª, seguro. Entonces estaba todo prohibido. Yo no entend¨ªa el hecho de que no me dejaran jugar en el campo. Hasta me echaron del club unos meses. Aquello pudo cambiar mi vida, pero lo super¨¦.
P.?Qu¨¦ pas¨®?
R. Nada, me echaron a la calle en 1974. Por eso mi tarjeta profesional es de marzo de aquel a?o, y no de enero como estaba previsto. Me echaron y yo me fui con mi padre a cuidar las vacas, a pescar, a ayudarle. Y justo por entonces me ofrecieron un puesto de trabajo en Asinsa, una empresa que hab¨ªa para hacer barcos. Yo estuve a punto de aceptar, pero en casa dijeron que no. Mi padre me dijo que lo m¨ªo era el golf y que siguiera. De ah¨ª, de aquellos a?os tan duros, viene mi car¨¢cter indomable. Pero ahora Pedre?a se porta muy bien. Ayuda mucho a los j¨®venes.
P.?C¨®mo fueron los comienzos en la profesi¨®n? Por ejemplo, ?c¨®mo viajaba?
R. Viajaba como pod¨ªa. Me acuerdo de que al primer torneo, que era en Barcelona, fui en tren. Fui con mi hermano Baldomero porque hab¨ªa que hacer transbordo en Bilbao y yo era la primera vez que sal¨ªa de Pedre?a. Qued¨¦ vig¨¦simo y gan¨¦ 2.500 pesetas. Me hab¨ªa gastado 20.000 en el viaje. O cuando fui por primera vez a Sur¨¢frica con 200.000 pesetas que me prest¨® el doctor Campuzano. All¨ª gan¨¦ bastante, pero, al regresar, mi hermano se olvid¨® el dinero en el expreso en el que volv¨ªamos desde Madrid. Menos mal que el revisor fue una buena persona y nos lo ten¨ªa guardado.
P. Y dos a?os despu¨¦s se convirti¨® en una estrella mundial. Por lo menos, un ¨ªdolo en Inglaterra. ?C¨®mo se enamoraron de usted a primera vista?
R. Creo que todo fue por aquel British Open del 76. De repente apareci¨® un chaval que era distinto a los dem¨¢s y jugaba distinto a los dem¨¢s. Y luego les cautiv¨¦ con mi sonrisa, con mi pobre ingl¨¦s, el acento, todo eso. Pero sobre todo por c¨®mo jugaba. Yo jugaba distinto a todos. Eso llam¨® la atenci¨®n.
P. Tampoco el golf en Europa viv¨ªa una ¨¦poca muy boyante.
R. S¨ª, s¨ª; pero cuando haces en un deporte algo diferente a los dem¨¢s, autom¨¢ticamente llama la atenci¨®n.
P. Y tiene carisma.
R. O lo tienes o no lo tienes. No depende de ti, sino de c¨®mo te ve la gente. T¨² eres como eres, y la gente te ve de una manera. Y en Inglaterra s¨ª que puedo decir que me han tratado como a uno de casa, o mejor. He jugado contra un ingl¨¦s y un 90% de la gente iba a mi favor. Y a m¨ª me parec¨ªa incre¨ªble. Creo que me adoptaron como el jugador que ellos no pudieron tener. Y creo que he ganado tres veces el British Open por eso, por su apoyo.
P.?Y en Espa?a?
R. En Espa?a es m¨¢s importante tener buena relaci¨®n con la prensa que ganar cosas importantes. Eso lo tengo clar¨ªsimo. Y yo con la prensa he tenido una relaci¨®n no muy buena al principio. Yo me he considerado no maltratado: infravalorado quiz¨¢s, poco respetado. ?ltimamente ha mejorado la cosa, pero s¨ª que es verdad que siempre me ha machacado la prensa, ?eh? Cuando ha habido alg¨²n problema, cualquier cosa. Por ejemplo, cuando iba a Sur¨¢frica en tiempos del apartheid, enseguida me machacaban. Sin embargo iban otros y no pasaba nada. Cuando yo no jugaba la Copa del Mundo con razones leg¨ªtimas, tambi¨¦n se me criticaba... Hasta mis triunfos no han sido valorados en su justa medida, me han metido carreras de caballos cuando estaba ganando el British Open, o un partido de f¨²tbol grabado cuando ganaba un Masters.
P. Su ¨¦poca dorada fue la d¨¦cada de los ochenta...
R. S¨ª, cuando yo he dominado el golf. El golf mundial lo he dominado esa d¨¦cada, sin duda alguna. El Masters lo domin¨¦ total. He ganado dos, y pienso que pod¨ªa haber ganado cinco perfectamente. Lo que pasa es que muchas veces no gana el mejor. Y hubo dos o tres Masters en los que fui el mejor y no gan¨¦.
P. Pero todo aquello tuvo sus efectos no s¨®lo en Espa?a, sino en toda Europa. Porque usted fue el primer europeo que gan¨® el Masters (1980).
R. Cuando yo empec¨¦, el golf no era nada. Me acuerdo perfectamente de que no iba nadie a los torneos. Ven¨ªan s¨®lo los directivos de la federaci¨®n y cuatro socios del club Y el Masters estaba acotado. S¨®lo jugaban un par de extranjeros y me acuerdo de todo lo que luch¨¦ para abrir el camino a los jugadores europeos. Tuve aut¨¦nticas peleas con la gente de Estados Unidos para convencerles de que el golf era mucho m¨¢s que su ombligo. Y finalmente se dieron cuenta y ya juegan muchos extranjeros.
P. En otros deportes, 10 a?os, una d¨¦cada de plenitud, suponen toda una vida, pero vista la longevidad de los golfistas, en el golf parece poco. ?Cree que su ¨¦poca de apogeo ha sido corta? ?Cu¨¢l cree que ha sido la causa?
R. Nivel para ganar un grande s¨ª que lo tengo todav¨ªa, lo que no tengo es la forma. Y no creo que mi carrera se haya acortado, no. Mi carrera ha sido una de las m¨¢s largas. Lo que pasa es que yo soy muy joven y la diferencia es que yo con 19 a?os era ya el mejor jugador de Europa. Y si tiras de las estad¨ªsticas, no hay nadie, ni uno, que a esa edad haya sido el mejor. Y cuando empiezas el primero el desgaste es siempre mayor y es m¨¢s l¨®gico que termines un poco antes que los dem¨¢s. Cuando los dem¨¢s empiezan a ganar, a sus 24 a?os, yo ya hab¨ªa ganado la mitad de los torneos de mi carrera. Yo a los 25 ya hab¨ªa ganado cuatro torneos grandes y cinco veces la Orden del M¨¦rito y el Mundial matchplay.
P. ?El problema es s¨®lo f¨ªsico entonces?
R. No estoy bien f¨ªsicamente. Nunca lo he estado, ha sido un handicap que siempre he tenido. Estoy seguro de que si hubiera estado mejor f¨ªsicamente s¨ª habr¨ªa ganado un 10% o 15% m¨¢s de los torneos que he ganado, sin ninguna duda.
P. Pues su aspecto transmite lo contrario, transmite fortaleza.
R. Pero si ya empec¨¦ mal. Mis molestias de espalda empezaron desde el principio. Creo que el problema viene un poco de lo mucho que me entren¨¦, de la cantidad de bolas que di de peque?o, y otro poco... Yo por las ma?anas ayudaba a mi padre con la carretilla a sacar el esti¨¦rcol de las vacas y siempre ten¨ªa la costumbre de, en lugar de dar dos o tres viajes como hab¨ªa que dar, llenar la carretilla hasta arriba y m¨¢s de una vez se me volcaba en mitad de la cuadra. Eran esfuerzos muy grandes. Est¨¢ visto que no es bueno levantar peso.
P. ?No tiene nada que ver, entonces, con el anquilosamiento? Hay quien dice que su juego es tan natural que depende en gran medida de su frescura f¨ªsica. Y que lo intent¨® remediar aprendiendo t¨¦cnica con profesores y se rompi¨® todo.
R. ?Qui¨¦n dice eso? S¨ª, en efecto, yo he jugado, he tenido y tengo un juego muy natural, un juego de instinto, de mucha habilidad, pero mi t¨¦cnica... mi swing es de los mejores del mundo. Pero s¨ª, quiz¨¢s mi juego es autodidacta, he aprendido solo, y quiz¨¢s cuando algunos profesores han intentado ense?arme lo que no pueden ense?arme, se ha liado la cosa un poco.
P. ?Y esto se puede superar?
R. Yo sigo pensando que todav¨ªa puedo ganar. Ya s¨¦ que mucha gente, la gran mayor¨ªa, piensa que estoy acabado, pero a m¨ª lo que me preocupa es lo que pienso yo, y como yo s¨¦ que a¨²n puedo ganar, aunque sea dif¨ªcil, voy a intentarlo.
P. ?No se retira?
R. La retirada de un golfista no es como la retirada de otros deportistas, como ciclistas o futbolistas. O como Jordan ahora en baloncesto. En golf no existe la retirada. Ah¨ª est¨¢ Arnold Palmer, cerca de los 70 a?os y sigue jugando. No s¨¦ por qu¨¦ hay gente que dice que si el dinero... ?Por qu¨¦ me voy a retirar si me sigue gustando? ?Por qu¨¦ si sigo con poder de convocatoria? ?Por qu¨¦ si sigo valiendo para seguir promocionando el golf? ?Por qu¨¦ me voy a retirar? No me entra en la cabeza. Y cuando las cosas van mal lo m¨¢s f¨¢cil es retirarse. Eso lo sabe hacer cualquiera. Lo dif¨ªcil es luchar contra las adversidades.
P. Su familia, ?qu¨¦ le dice?
R. Todos me animan a seguir: Carmen (mi mujer) y mis hermanos. Mis hijos, no. Mis hijos est¨¢n deseando que me quede en casa. Pero todos creen en m¨ª.
P. ?Es el golf un veneno?
R. El golf tiene una cosa ¨²nica. Aunque en un recorrido est¨¦s jugando mal, siempre tienes un golpe o haces algo que te reconcilia, te engancha, te invita a volver. Y, adem¨¢s, nunca sabes lo que puede pasar. Estos a?os he visto tantas cosas... He visto a gente ganar sin tener ninguna cualidad en absoluto, parec¨ªa imposible. Y yo me digo: si este ha ganado, tambi¨¦n puedo ganar yo aunque sea cojo. Eso te anima, no s¨¦.
P. Si no fuera por el golf, ?qu¨¦ ser¨ªa usted ahora?
R. Creo que lo que uno es depende mucho del entorno. Es decir, de aqu¨ª de Cantabria es muy dif¨ªcil que salga un torero; y en el sur, lo contrario. No s¨¦, toda mi familia jugaba al golf.
P. Pero podr¨ªa ser marino, o seguir con las tierras de su padre...
R. Yo pod¨ªa haber sido un gran deportista en cualquier deporte, estoy convencido. Yo era muy bueno en atletismo. Futbolista no, no era muy bueno, era torpe con las piernas, no era habilidoso. Muy buen ciclista, convencid¨ªsimo. No s¨¦. Es dif¨ªcil saber lo que se podr¨ªa haber sido. Lo mismo me habr¨ªa tocado una quiniela y hubiera sido empresario. Nunca se sabe. O estar¨ªa con las vacas...
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