?Es su vecino un pederasta? En Internet podr¨¢ averiguarlo
Un n¨²mero creciente de Estados norteamericanos introducen en Internet listas de ex delincuentes sexuales
?Hay en el vecindario alg¨²n pederasta? ?Trabaja en la oficina alg¨²n delincuente sexual? Las respuestas a estas preguntas, los estadounidenses residentes en una docena de Estados la pueden obtener en Internet.Para conseguirla les basta con pinchar los registros de ex delincuentes sexuales que las polic¨ªas de cada Estado est¨¢n colocando en la red. All¨ª figuran decenas de miles de fichas, con nombres, edades y fecha de nacimientos, caracter¨ªsticas f¨ªsicas, lugar de trabajo, fecha y motivo de la condena y, casi siempre, la fotograf¨ªa. En la gran mayor¨ªa de los casos se trata de personas que no disfrutan de libertad condicional, sino que han cumplido toda su condena.
Los sistemas de b¨²squeda que acompa?an al elenco permiten indagar, generalmente gratis -a veces es necesario pagar 3,5 d¨®lares (497 pesetas o 3,02 euros) por consulta-, sobre la presencia de ex delincuentes en un barrio determinado o en una gran empresa introduciendo el c¨®digo postal del distrito o el de la compa?¨ªa.
La colocaci¨®n en Internet de la lista ha sido un proceso gradual. Una ley conocida con el nombre de Megan, que entr¨® en vigor en 1996, obliga a las autoridades de cada Estado a establecer registros de delincuentes sexuales -algunos cr¨ªmenes menores pueden ser excluidos- y a comunicar a los ciudadanos la informaci¨®n "relevante" que les pueda afectar.
"No se trata de seguir castigando al delincuente excarcelado, sino de informar a la gente, que sepan que hay alguien con el que deben tener cuidado", declaraba a un diario local Tela Mange, portavoz del Departamento de Seguridad P¨²blica de Tejas. Los delincuentes sexuales suelen ser los que muestran m¨¢s propensi¨®n a reincidir.
Megan Kanka, que ha dado el nombre a la ley, era una ni?a de siete a?os que en 1994 fue secuestrada, violada y asesinada en Trenton (Nueva Jersey) por un vecino que viv¨ªa en la casa de enfrente y que hab¨ªa sido condenado en dos ocasiones por delitos sexuales.
Los 50 Estados de la Uni¨®n poseen registros, 24 practican adem¨¢s una pol¨ªtica de notificaci¨®n m¨¢s o menos selectiva por la polic¨ªa de la presencia de los ex reos a instituciones educativas, residentes del barrio o incluso centros de trabajo.
El Tribunal Supremo, al que recurrieron varios ex delincuentes afincados en Nueva Jersey, consider¨® en febrero pasado que la divulgaci¨®n del nombre y direcci¨®n del condenado excarcelado no supon¨ªa una sanci¨®n adicional y, por tanto, no era inconstitucional. Poco a poco, sin embargo, los responsables policiales de 12 Estados han llegado a la conclusi¨®n de que la manera m¨¢s barata y eficaz de notificar a la poblaci¨®n la presencia de ex delincuentes en su entorno consist¨ªa simplemente en introducir el registro en la red.
Coincidiendo con las navidades, tres Estados -Virginia, Tejas y Alaska- se han sumado a los que ofrec¨ªan ya desde hace unos meses a los internautas la famosa lista en Internet. Estas nuevas p¨¢ginas web han cosechado inmediatamente un gran ¨¦xito. "Tenemos a tanta gente haciendo b¨²squedas tantas veces que congestionan la red", se?alaba al diario USA Today Lucy Caldwell, portavoz de la polic¨ªa de Virginia. En Florida, la p¨¢gina m¨¢s visitada de la Administraci¨®n estatal es el registro.
Los internautas se informan y, a veces, secundan a la polic¨ªa. Una comisar¨ªa de Miami recibi¨®, por ejemplo, una llamada denunciando a un ex pederasta que trabajaba con boy scouts a pesar de que obtuvo la libertad condicional tras comprometerse a no relacionarse con menores. Fue inmediatamente detenido. Otros ex delincuentes han perdido su trabajo al enterarse su empresario de sus antecedentes penales.
Antes de transferir a la red sus registros, los Estados han intentado ponerlos al d¨ªa. La polic¨ªa ha instando a los antiguos delincuentes a comunicarle cualquier cambio de residencia o lugar de trabajo y les ha fotografiado.
Algunos se han resistido. La polic¨ªa los busca, les pone multas, los detiene, los retrata o, si no los encuentra, invita al vecindario a proporcionarles datos m¨¢s actualizados y se pone en contacto con la direcci¨®n de tr¨¢fico o con instituciones penitenciarias para conseguir fotos recientes que colocar¨¢ en Internet junto a la ficha. "La polic¨ªa env¨ªa agentes adicionales para llamar a las puertas porque la nueva ley es una gran prioridad", se?alaba al Anchorage Daily News Jim Farrell, un funcionario encargado del registro de delincuentes.
Otros antiguos presos han optado, generalmente con el apoyo de organizaciones de defensa de los derechos civiles, por denunciar ante los tribunales la violaci¨®n de su intimidad. "Personas que han sido condenadas por cr¨ªmenes y que han cumplido su sentencia no deben ser objeto de un castigo de por vida", afirma Barry Steinhardt, director de la Uni¨®n Nacional Americana por las Libertades Civiles.
A veces, los tribunales les han dado la raz¨®n. Dos ex delincuentes sexuales residentes en Virginia obtuvieron ¨®rdenes judiciales obligando a eliminar sus nombres de la lista. M¨¢s importante a¨²n, un tribunal federal de Tennessee ha ordenado el cierre de la p¨¢gina de Internet con la lista. Considera que, antes de insertar un nombre, el afectado tiene derecho a ser consultado y argumentar en contra de su inclusi¨®n en el registro p¨²blico. En realidad, la batalla judicial no ha hecho m¨¢s que empezar.
Los partidarios del control exhaustivo de los ex delincuentes tampoco se quedan de brazos cruzados. Un comit¨¦ que asesora sobre esta materia en Connecticut se pronunci¨® la semana pasada por que el registro abarque a aquellos condenados por poseer pornograf¨ªa infantil, un delito menor que hasta ahora no era merecedor de figurar en la lista.
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