La acusaci¨®n intenta obtener de Monica Lewinsky nuevas pruebas contra Clinton

El regreso de Monica Lewinsky a Washington, forzado por los 13 congresistas republicanos que ejercen de acusaci¨®n contra Bill Clinton, revent¨® el esp¨ªritu de consenso con el que los senadores republicanos y dem¨®cratas estaban conduciendo el juicio al presidente y tambi¨¦n la posibilidad de que hoy alcancen un acuerdo para un r¨¢pido final del mismo. El caso Lewinsky volvi¨® ayer a la casilla de partida. Amparados tras el fiscal Kenneth Starr, dos congresistas republicanos interrogaron anoche a Lewinsky, en un intento de conseguir nuevas pruebas de que Clinton obstruy¨® la acci¨®n de la justicia.

En la entrevista, que se desarroll¨® durante dos horas a puerta cerrada en el hotel de Washington donde se aloja Lewinsky, la exbecaria estuvo asistida por su abogado, Plato Cacheris, para responder a las preguntas "informales" de los congresistas republicanos Asa Hutchinson (Arkansas), Bill McCollum (Florida) y Ed Bryant (Tennessee) y varios asesores de Starr.Cacheris asegur¨® tras el interrogatorio que el testimonio de Lewisnky "no hab¨ªa aportado nada nuevo". Los tres congresistas republicanos alabaron poco despu¨¦s la "inteligencia" y "credibilidad" de la joven. "Es una testigo que ser¨¢ de mucha utilidad para el Senado si es citada", explic¨® McCollum.

Los interrogadores hab¨ªan adelantado que no buscan nuevos detalles de las relaciones sexuales en el Despacho Oval entre Clinton y Lewinsky, que consideran documentadas y probadas. Su objetivo, afirmaron, era buscar luz sobre algo discutido por la defensa: los esfuerzos de Clinton para arrojar tierra sobre esas relaciones una vez que supo que hab¨ªan llegado a o¨ªdos de la justicia.

Las preguntas se centraron en las conversaciones entre Lewinsky y Clinton cuando el presidente supo que ella hab¨ªa sido llamada a declarar como testigo en el caso Paula Jones. Tambi¨¦n en los contactos a partir de ese momento entre Lewinksy y Betty Currie, la secretaria de la Casa Blanca presuntamente utilizada como intermediaria por Clinton en su intento de acallar a la ex becaria. Y, por ¨²ltimo, en los esfuerzos de Vernon Jordan, amigo de Clinton, para encontrarle trabajo en Nueva York.

La ex becaria de la Casa Blanca hab¨ªa intentado por todos los medios evitar ese encuentro con los acusadores del presidente ante el Senado. Pero ¨¦stos, en una operaci¨®n que indign¨® a los dem¨®cratas, consiguieron la ayuda del fiscal Starr para promover, el s¨¢bado, una orden de una juez federal forzando a Lewinsky a colaborar.

Mientras los dem¨®cratas denunciaban que la acusaci¨®n tuvo que amenazar a Lewinsky con la c¨¢rcel para conseguir su cooperaci¨®n, los senadores republicanos consideraban leg¨ªtima la jugada. "Si la acusaci¨®n planea llamar a testificar en el Senado a Monica Lewinsky, es l¨®gico que quiera saber qu¨¦ es lo que podr¨ªa decir", dijo la senadora republicana Connie Mack. Los dem¨®cratas tambi¨¦n consideraban ayer que este movimiento viola el acuerdo bipartidista establecido en el Senado para que el tema de los testigos s¨®lo pueda comenzar a ser abordado hoy. La subida de fiebre en uno y otro campo hizo pr¨¢cticamente imposible que el Senado -compuesto por 45 dem¨®cratas y 55 republicanos- consiga hoy la mayor¨ªa simple necesaria para aceptar la moci¨®n del dem¨®crata Robert Byrd para sobreseer el caso.

Tras votar hoy sobre la moci¨®n para cerrar el caso, los senadores pasar¨¢n a debatir sobre la cuesti¨®n de los testigos. "Un juicio sin testigos no es un juicio de verdad", dijo ayer McCollum.

La acusaci¨®n querr¨ªa llamar a Lewinsky, Betty Currie, Vernon Jordan y dos miembros de la Casa Blanca: John Podesta y Sidney Blumenthal. La defensa podr¨ªa responder citando al fiscal Starr y a la chivata Linda Tripp.