Los abogados de Pinochet defienden la tortura como acci¨®n sujeta a inmunidad
El presidente del tribunal de los jueces lores, lord Browne-Wilkinson, interrumpi¨® ayer a la abogada Clare Montgomery, que comenz¨® su alegato sobre la "inmunidad absoluta" de general Augusto Pinochet, para subrayar que se sent¨ªa "desorientado" al escuchar que la letrada hab¨ªa omitido una referencia a los tribunales de N¨²remberg que juzgaron a los nazis entre 1946 y 1948 en un comentario sobre la ley y los delitos internacionales. La letrada argument¨® que la tortura "puede ser un acto de Estado" y que en el caso de Pinochet se le acusa de ello en el ejercicio de una "actividad oficial, gubernamental".
El abogado Peter Duffy, de Amnist¨ªa Internacional, puso el dedo en la llaga: el Reino Unido ha "domesticado" el delito de tortura, que ya es ley inglesa y obliga a juzgar o extraditar a Pinochet. Duffy decidi¨® utilizar la llave de acceso a la sensibilidad de la mayor parte de los miembros del tribunal: la Convenci¨®n contra la Tortura. Los tres pa¨ªses que est¨¢n presentes de una u otra manera en este pleito -Reino Unido, Chile y Espa?a- se han adherido a esta convenci¨®n."Sus se?or¨ªas ni siquiera tienen necesidad de considerar la ley internacional para resolver este caso. El delito contra la tortura ya es parte de la ley inglesa. Tenemos obligaci¨®n de juzgar o extraditar a Pinochet". Duffy sabe que varios miembros del tribunal est¨¢n muy sensibilizados con el asunto de la tortura. La ¨²nica duda sobre este punto: si hay aplicaci¨®n retroactiva de la ley. Porque el Reino Unido firm¨® en 1988 y los hechos de Chile est¨¢n referidos a 1973-1990.
Clare Montgomery empez¨® ayer el alegato a favor de la inmunidad de Pinochet. Solo cambi¨® su t¨¢ctica en una cosa. Los jueces pidieron a Duffy que fuera m¨¢s lento para tomar notas. Montgomery, que habla como un rayo, decidi¨® complacer a los jueces, y dej¨® su voz al ralent¨ª. La abogada dijo que la inmunidad soberana o inmunidad de Estado "no es, como se pretende por mis colegas, una reliquia del siglo XIX". Se trata, agreg¨®, de una inmunidad que se "traslada del Estado a las personas que ejercen la funci¨®n, formal o de hecho, de jefes de Estado o son ex jefes de Estado".
Montgomery decidi¨® llevar esta posici¨®n a su extremo total, como ya hicera ella y su colega en la vista del mes de noviembre ("Hitler hubiera gozado de inmunidad en el Reino Unido", dijeron entonces). "La tortura puede ser un acto de Estado. Si la cometen quienes ejercen esa actividad oficial se trata de un acto gubernamental, protegido por la inmunidad", explic¨®. Insisti¨® en que la firma de convenciones como la referida a la tortura no obliga al Reino Unido a rechazar la inmunidad de Pinochet. "En esa convenci¨®n no queda expl¨ªcitamente derogada la inmunidad", explic¨®. "Y, adem¨¢s, en todo caso, el Reino Unido firm¨® esa convenci¨®n en 1988; por tanto no se puede aplicar retroactivamente a actos cometidos en los a?os setenta, como es el caso de Chile", subray¨®. Montgomery reconoci¨® que Espa?a podr¨ªa juzgar los casos de ciudadanos espa?oles torturados. "Pero son s¨®lo tres", dijo. El presidente le pregunt¨® si era una cuesti¨®n de n¨²meros, no sin iron¨ªa. En realidad son unos cincuenta casos.
Retroactividad
Lord Huttonel ¨²nico penalista presente en el tribunal, que ha sido juez en Irlanda del Norte y se ha especializado en terrorismo, dio una sorpresa a la defensa de Pinochet. Tras insistir en el tema de la tortura y escuchar el argumento de la retroactividad, se?al¨®: "Pero es que la Constituci¨®n de Chile prohib¨ªa la tortura desde mucho antes, desde 1925".Fue Browne-Wilkinson quien m¨¢s hostig¨®, con delicadeza, a la abogada sobre el tema de la tortura como viera que trataba de escabullirse. Tras escuchar una referencia de la abogada a la ley internacional y un comentario sobre su evoluci¨®n, el presidente del tribunal se adelant¨® sobre la mesa, y exclam¨®: "Estoy desorientado. Ha le¨ªdo usted el informe especial de la Comisi¨®n de Derecho Internacional pero no hay una referencia a ese ¨²ltimo pasaje donde se ha avanzado desde la II Guerra Mundial".
La abogada: "Acepto".
El presidente: "Se trata de los jucios de N¨²remberg y su efecto en el procedimiento criminal".
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