El jefe de los rebeldes de Sierra Leona ordena liberar inmediatamente al periodista espa?ol
Javier Espinosa, el periodista espa?ol del diario El Mundo secuestrado el lunes por la guerrilla de Sierra Leona, podr¨ªa ser puesto en libertad en las pr¨®ximas horas si la situaci¨®n militar no dificulta la operaci¨®n, seg¨²n inform¨® una fuente pr¨®xima a Sam Bockarie, jefe militar del Frente Revolucionario Unido (RUF). El contacto confirm¨® que Bockarie ya ha dado la orden, pero ¨¦sta a¨²n no ha llegado hasta el grupo que lo retiene en el barrio de Calabatown, al este de la capital de Sierra Leona. El problema, al parecer, es de comunicaciones, pues los grupos rebeldes se hallan muy dispersos y sin capacidad de contacto por radio con su cuartel general, situado en un lugar no revelado.
Bockarie afirm¨® en la noche del lunes que la liberaci¨®n del periodista espa?ol se llevar¨ªa a cabo, en todo caso, en Costa de Marfil, pues teme que si Espinosa trata de regresar a trav¨¦s de las l¨ªneas de combate, las fuerzas de Ecomog lo confundan con un mercenario y le disparen, y culpen de ello al RUF.Ahora, podr¨ªa haber cambiado de opini¨®n. "He o¨ªdo la noticia de que Mosquito ha prometido poner en libertad al espa?ol", asegura Chris Olukolade, portavoz de la fuerza africana de interposici¨®n (Ecomog). "Hemos esperado todo el d¨ªa para comprobarlo, pero ¨¦l no ha aparecido", a?ade. Olukolade dice que "su libertad no es un asunto de Ecomog", ya que se encuentra m¨¢s all¨¢ de sus l¨ªneas, las que traspas¨® bajo su responsabilidad.
La fuente pr¨®xima a Bockarie inform¨® a media tarde de ayer que el jefe militar del RUF hab¨ªa despachado ya un mensajero para dar la orden personalmente al coronel Rambo, el jefe del grupo que retiene a Espinosa, junto a las cinco monjas de las Hermanas de la Caridad, un enfermero italiano y un n¨²mero indeterminado de ciudadanos indios. El mensajero se hallaba ayer a bastante distancia de los arrabales de Freetown.
El programa de la BBC Focus in Africa, que transmite la emisora local Radio Democracia a las seis y media de la tarde, difundi¨® las declaraciones del periodista franc¨¦s Patrick Saint Paul, secuestrado junto a Espinosa pero liberado horas despu¨¦s, en las que asegura que el coronel Rambo niega las atrocidades atribuidas al RUF y en las que se dice que los rebeldes controlan los barrios de Calabatown y Wellington. Extremo que niegan los mandos de Ecomog y los miles de mutilados de esta terrible guerra.
En Freetown comenzaron a repartirse ayer los primeros sacos de alimentos bajo el amparo del Programa de Alimentaci¨®n de Naciones Unidas. La ONU, que ha estado fuera del pa¨ªs en las ¨²ltimas tres semanas, trata de establecer 10 o 12 puntos de distribuci¨®n, adem¨¢s del fijado en el Estadio Nacional. "Se necesitar¨¢n varias semanas para estabilizar los repartos", sostiene un miembro del equipo de la Organizaci¨®n Humanitaria de la Uni¨®n Europea (ECHO), que visit¨® Freetown durante el fin de semana escoltado por boinas verdes brit¨¢nicos.Un equipo franc¨¦s de M¨¦dicos del Mundo ha logrado los permisos gubernamentales necesarios para trabajar en Freetown. "Empezamos ma?ana [por hoy] en el hospital de Connaught", dicen. Son los primeros en llegar, tres semanas despu¨¦s de la sangrienta ofensiva de la guerrilla del 6 de enero. Las ONG sufren el veto de las autoridades y de Ecomog, que les arrebataron todos sus sistemas de comunicaciones, ya que les acusan de cooperar con la guerrilla. Connaught es el centro de llegada de amputados y de heridos.
El protagonista fue ayer el peque?o Suleiman, de seis meses, herido hace 10 d¨ªas por una esquirla. Sus padres caminaron desde Kissy para llevarle al quir¨®fano.
Las cifras oficiales de muertos se mantienen en los 2.000, pero algunas fuentes hospitalarias creen que superar¨¢n los 3.000 cuando se pueda acceder a los barrios del este, donde a¨²n se registran combates.
En Freetown prosiguen las ejecuciones sumarias de sospechosos de pertenecer al RUF. Este enviado fue testigo ayer, en el oeste de la capital, de c¨®mo un grupo de hombres de la defensa civil arrastraba por el suelo como si fuera un animal el cad¨¢ver ensangrentado de un hombre al que acababan de ajusticiar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.