Un empresario se adue?a ilegalmente de siete millones de hect¨¢reas de la Amazonia
El territorio, que incluye pueblos y reservas de indios, es similar a B¨¦lgica y Holanda juntas
El constructor multimillonario brasile?o Cecilio do Rego Almeida, de 68 a?os, procedente de una familia muy pobre del interior del pa¨ªs, se ha adue?ado ilegalmente de 7 millones de hect¨¢reas de la selva de la Amazonia, una superficie semejante a la de Holanda y B¨¦lgica juntas, convirti¨¦ndose as¨ª en el mayor terrateniente de todo el planeta. El territorio est¨¢ situado en la comarca de Altamira, en el Estado de Par¨¢, cuyas autoridades han pedido a la justicia que declare nula la compra, por considerarla ilegal. Las tierras no le han costado ni 60 millones de pesetas.
Cec¨ªlio do Rego es un personaje muy influyente en Brasil que ya en 1994 figuraba en la revista estadounidense Forbes como uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo, y como el mayor empresario de la construcci¨®n de todo el planeta. Su flamante finca de saldo est¨¢ atravesada por 28 r¨ªos, y dentro de ella existen pueblos enteros y reservas de indios.La noticia ha causado honda impresi¨®n porque las tierras que Do Rego ha comprado por cuatro cuartos pertenec¨ªan al Estado, seg¨²n algunas versiones, o incluso al Ej¨¦rcito del Aire, seg¨²n otras. Quien se las vendi¨® al millonario le pidi¨® s¨®lo 400.000 d¨®lares (58 millones de pesetas) de anticipo. La titularidad del vendedor sobre esa superficie no estaba demostrada fehacientemente, una circunstancia que Cec¨ªlio no ignoraba, pero que tampoco le impidi¨® seguir adelante con la operaci¨®n. El Gobierno dista de estar tranquilo sobre la extraordinaria compra. Las investigaciones sobre el caso est¨¢n en manos de los ministerios brasile?os de Trabajo y de Justicia. El titular de este ¨²ltimo departamento, Ren¨¢n Calheiros, ha admitido que las denuncias son graves. El ministro asegura que mand¨® diez polic¨ªas federales a la finca, pero seg¨²n la revista Veja, que fue la que dio a conocer el caso a la opini¨®n p¨²blica, dichos polic¨ªas a¨²n no han llegado a la regi¨®n.
Entretanto, Eduardo Modesto, vicepresidente de la C¨¢mara de la ciudad de Altamira, ha enviado un informe de tres p¨¢ginas al presidente de la rep¨²blica, Fernando Henrique Cardoso, en el que denuncia las acciones del terrateniente, que considera ilegales. Las acusaciones no se limitan al asunto de la posesi¨®n ilegal de tierras, sino que se extienden a otros presuntos delitos a¨²n m¨¢s escabrosos: asesinato, ocultaci¨®n de cad¨¢ver, esclavismo y formaci¨®n de escuadrillas paramilitares.
Un desacuerdo fatal
Seg¨²n estas versiones, un indio de la tribu de Xipaia fue muerto con una navaja por haber mostrado su desacuerdo con las directrices laborales estipuladas por por la gigantesca empresa de Cec¨ªlio.Para asustar a los indios, el multimillonario les hizo fotografiarse a todos ellos con el argumento de que ten¨ªa que formalizar unos documentos de uso interno. Pero una vez que dispuso de todas las fotos, el empresario mand¨® a un sargento a informar a los indios de que los retratos eran en realidad para hacerles fichas policiales. El supuesto sargento tambi¨¦n les dijo que los que creasen problemas ser¨ªan expulsados.
Para protegerse, el empresario, cuyo territorio de la Amazonia lleva ya el nombre popular de Cec¨ªliolandia, se hace acompa?ar siempre de 14 hombres armados. Pero tambi¨¦n el juez que sigue el caso est¨¢ escoltado d¨ªa y noche por dos polic¨ªas. Un ex capataz de Cec¨ªlio, Helio Ferreira da Silva, que defendi¨® durante siete meses una de las bases de la finca, ha afirmado que todo el territorio est¨¢ blindado y sembrado de armamento, y que es imposible que nadie pueda acercarse impunemente.
En los siete millones de hect¨¢reas (70.000 kil¨®metros cuadrados) compradas por el multimillonario brasile?o, que goza en el pa¨ªs de poderosas influencias y que ha sabido a menudo chantajear a personajes pol¨ªticos y empresariales mediante grabaciones telef¨®nicas ilegales, existen tesoros inmensos. Entre ellos se cuentan reservas de diamantes y de oro. En su territorio tambi¨¦n est¨¢ ubicada la mayor reserva del planeta de caoba, valorada en 7.000 millones de d¨®lares (cerca de un bill¨®n de pesetas).
Ludwig y Ford
El territorio comprado ilegalmente por el empresario es cinco veces mayor que el que perteneciera al norteamericano Daniel Ludwig, que en los a?os setenta llam¨® la atenci¨®n internacional con su proyecto Jari, dise?ado para producir sobrecogedoras cantidades de arroz, celulosa y ganado.El territorio del que se ha adue?ado Do Rego es tambi¨¦n diez veces mayor que el del proyecto de la Ford creado en los a?os veinte por el patriarca de la automoci¨®n, Henry Ford, que quer¨ªa convertir el Estado de Par¨¢ en la capital mundial de la fabricaci¨®n de neum¨¢ticos para coches.
El nuevo terrateniente supo conquistar a unos y otros hasta culminar su plan megaloman¨ªaco buceando por mil laberintos en el dudoso borde de la legalidad, o m¨¢s all¨¢. En 1997 present¨® su idea como "proyecto ecol¨®gico", aunque con un concepto muy suyo de la ecolog¨ªa. Prometi¨® crear en su territorio 3.000 empresas que invertir¨ªan 100 millones de d¨®lares (14.000 millones de pesetas) en infraestructuras urban¨ªsticas. Hasta se comprometi¨® a construir 2.000 casas para los m¨¢s pobres de Altamira.
Lleg¨® a convencer hace tres a?os al hoy ministro de Pol¨ªtica Fundi¨¢ria (relativa a la propiedad agraria), Raul Jungman, de un proyecto para crear una ONG ecol¨®gica y emitir bonos al exterior por Internet. Cada bono corresponder¨ªa a un pedacito de selva, y el comprador tendr¨ªa la seguridad de que iba a ser preservado. Pero al mismo tiempo proyectaba en la selva conjuntos hoteleros de lujo e infraestructuras para el turismo de ¨¦lite. El terrateniente, entrevistado d¨ªas atr¨¢s, se ha limitado a reconocer que quien le vendi¨® los 70.000 kil¨®metros cuadrados tampoco era due?o de las tierras, que ama la ecolog¨ªa y que estar¨ªa dispuesto a alojar en los territorios sin cultivar al movimiento de izquierdas de los Sin Tierra.
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