Me sube la testosterona
El atleta norteamericano Dennis Mitchel, pionero en la explicaci¨®n sexual de su elevado ¨ªndice de la hormona masculina
El velocista norteamericano Dennis Mitchell, bronce en los 100 metros en Barcelona 92 y positivo por testosterona en un control sorpresa en julio pasado, se ha convertido en pionero de la justificaci¨®n sexual del exceso de la hormona masculina. "Ten¨ªa un ¨ªndice tan alto porque la noche anterior hab¨ªa hecho cuatro veces el amor y adem¨¢s me hab¨ªa tomado unas cervezas", explic¨® Mitchell a la federaci¨®n de su pa¨ªs, que tom¨® en cuenta su explicaci¨®n y decidi¨® no sancionarlo. La federaci¨®n internacional (IAAF) no lo ha visto tan claro y estudiar¨¢ su caso el 13 de febrero.Y sin embargo, aunque alg¨²n endocrin¨®logo de prestigio no dude en calificar de "jeta espectacular" a Mitchell, razones cient¨ªficas no le faltan en su alegaci¨®n.
La hormona sexual primaria es la testosterona, producida por los test¨ªculos. La testosterona es importante en el ciclo vital masculino. En los primeros a?os de vida el cuerpo no produce mucha testosterona, pero en la pubertad las c¨¦lulas Leyding, situadas en los test¨ªculos, incrementan la producci¨®n.
Sus efectos en el organismo son de dos tipos, androg¨¦nicos y anabolizantes. La testosterona es la principal fuerza detr¨¢s del deseo y del rendimiento sexual. La producci¨®n de esperma, que tambi¨¦n tiene lugar en los test¨ªculos, depende de la testosterona tambi¨¦n. Los efectos androg¨¦nicos son los que se relacionan con el crecimiento de los ¨®rganos reproductores o con desarrollo de caracteres sexuales secundarios en el hombre. En la pubertad, eso se traduce en el incremento de la longitud y el di¨¢metro del pene, en el desarrollo de la pr¨®stata y el escroto y en la aparici¨®n de vello p¨²bico, facial y axilar.
Los efectos anabolizantes son los cambios que se producen en los tejidos corporales no reproductivos. Incluyen el agrandamiento de la laringe, el espesamiento de las cuerdas vocales, el desarrollo de la l¨ªbido y la potencia sexual y un incremento en la masa muscular y de la fuerza, as¨ª como una reducci¨®n de la grasa.
Por eso, los castrados, personas que han perdido los test¨ªculos, lugar donde se fabrica la testosterona, son bolas de sebo barbilampi?as y con voz infantil. Por eso, muchos deportistas recurren a la testosterona u otros esteroides anabolizantes para aumentar ilegalmente su masa muscular. No es tampoco casualidad que el ciclista holand¨¦s Gert Jan Theunisse, legendario en el pelot¨®n por la longitud de su miembro viril, tuviera problemas en los controles por su elevado ¨ªndice de testosterona.
Los test¨ªculos no se dedican ¨²nicamente a bombear m¨¢s y m¨¢s testosterona en la sangre, sino que en el cerebro, el hipot¨¢lamo y la pituitaria fabrican hormonas (hormona liberadora de gonadotropina y hormona luteinizante) que son necesarias para la manufactura de la testosterona. Las c¨¦lulas Leyding la producen solamente si esas hormonas cerebrales les estimulan a hacerlo. Pero al cerebro se le puede enga?ar.
Cuando un deportista se inyecta la hormona o se coloca en el escroto un parche trasd¨¦rmico que libera gradualmente testosterona en su torrente sangu¨ªneo, el cerebro inmediatamente lo detecta y ordena a los test¨ªculos no fabricar m¨¢s. Se produce as¨ª el feedback negativo. La persona que lo sufre ve como sus test¨ªculos se reducen al tama?o de huesos de aceituna y dejan de producir semen.
El nivel de testosterona de una persona aumenta cuando ¨¦sta est¨¢ excitada sexualmente. Cuando secreta semen, gasta la testosterona, pero pone en marcha un mecanismo de feedback positivo,que hace que los test¨ªculos generen mucha m¨¢s testosterona que la que el organismo necesita. Es lo que Mitchell, de 32 a?os, logr¨® con los cuatro actos sexuales en una noche. Sin embargo, al r¨¢pido atleta le falta un punto fundamental para cerrar el c¨ªrculo. El nivel de testosterona no se mide en valores absolutos cuando se analiza la orina en un control antidopaje, sino en su relaci¨®n con la epitestosterona, otra sustancia producida por el organismo. En una persona sana, esa relaci¨®n en la orina suele ser de 1:1 o de 1,5:1. Para que se considere positivo (claro y palmario que el deportista ha recurrido a testosterona externa), el reglamento antidopaje cifra el porcentaje en 6:1. Mitchell tiene raz¨®n: su efervescencia sexual pudo subir su testosterona, pero tambi¨¦n, y todos los expertos coinciden en ese punto, debi¨® elevar su epitestosterona, por lo que la relaci¨®n deber¨ªa seguir siendo la misma.
La decisi¨®n de la IAAF el 13 de febrero puede tener car¨¢cter hist¨®rico: si admite los argumentos del atleta norteamericano uno de los temas m¨¢s controvertidos en el deporte (la bondad o maldad de las relaciones sexuales antes de una competici¨®n) tomar¨ªa un sesgo definitivo: todos los entrenadores recomendar¨ªan a sus deportistas que no se cortaran lo m¨¢s m¨ªnimo.
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