Ca?a, que te quiero ca?a

Serrano va piano, es decir, que va lontano. Tiene talento, canciones y un p¨²blico guapo e intergeneracional que se merece todo. Tiene dos discos espl¨¦ndidos, pero, en directo, est¨¢ atado. Se le perciben carencias funcionales, acaso propiciadas por la temprana edad del artista o por el mogoll¨®n que le viene encima cuando la gente dice que es bueno. En estas circunstancias, los artistas se llenan de responsabilidades ajenas a su talento. Ismael Serrano manifiesta una candidez esc¨¦nica acorde con su breve trayectoria: no se le entienden, en directo, las letras ni los parlamentos intermedios, que son excesivos y redundantes. A Serrano le falta un toque en el directo, una potenciaci¨®n de la magia esc¨¦nica. Lo tiene a huevo, pero los cantautores son muy suyos y desde?an la espectacularidad. Craso error, porque el espect¨¢culo tiene sus reglas. Por ejemplo, a ¨¦l le hace falta un director de escena, un t¨¦cnico en impostaci¨®n de voz, un toque de profesionalidad. Todos estos peros son corolarios en pro de algo evidente: Serrano es un artista. Pero debe torear a su p¨²blico, porque en la plaza hay muchos tendidos. La endogamia es una pariente inc¨®moda. Es una pena que los espl¨¦ndidos textos de Ismael queden aturullados y divagantes, ¨²nicamente por defectos de pronunciaci¨®n y de un problem¨¢tico sonido. Curiosamente, al contrario de lo normal, suenan muy bien los m¨²sicos, pero se perciben mal los contenidos.El p¨²blico, entregado, pero con ganas de m¨¢s. Ismael, perplejo, y con ganas tambi¨¦n de m¨¢s. Invit¨® a Luis Pastor, su amigo y uno de sus antecesores. La gente, encantada.

Interpret¨® todas las canciones de su ¨²ltimo disco La memoria de los peces, y algunas otras que ya conocen sus seguidores.

Y hubo algo muy emocionante, el homenaje de la juventud al bando vencido y a todas las luchas por las que vive la gente con coraz¨®n.