Occidente tiene un plan
LAS POTENCIAS occidentales decidieron ayer, contra el tel¨®n de fondo de una nueva matanza en Kosovo, forzar la negociaci¨®n entre las dos partes. Belgrado y Pristina han sido convocados a Par¨ªs el 6 de febrero bajo apercibimiento de que se adoptar¨¢n medidas de fuerza si no acuden a la cita. El comunicado londinense del Grupo de Contacto no especifica las medidas, pero portavoces de Estados Unidos y de varios pa¨ªses europeos las han anunciado repetidamente: intervenci¨®n militar contra las tropas de Milosevic y mano dura contra las cuentas corrientes y los suministros de armas del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo. La OTAN tiene ya listos 10.000 soldados para sacar a los verificadores de la OSCE antes de pasar al ataque con 200 aviones y la flota apostada en el Adri¨¢tico. El ministro brit¨¢nico de Exteriores traslada hoy el mensaje a las dos partes, as¨ª como la disposici¨®n de la Alianza a desplegar tropas para garantizar un eventual compromiso.La urgencia de EE UU y sus aliados por forzar un acuerdo que no quiere ninguno de los dos bandos, sobre la base de una autonom¨ªa de Kosovo dentro de la Federaci¨®n Yugoslava, est¨¢ vinculada a la pr¨®xima cumbre de la OTAN, que marcar¨¢ en abril el 50? aniversario de una alianza militar ya ampliada al Este. El calendario ha puesto ante los ojos de los l¨ªderes occidentales el impresentable sarcasmo de celebrar los logros de su coalici¨®n pacificadora mientras los Balcanes son escenario de la en¨¦sima carnicer¨ªa. El marco negociador impuesto a los combatientes recuerda el que EE UU mont¨® en Dayton a finales de 1995 para acabar con la guerra de Bosnia. Con una diferencia fundamental: la diplomacia hizo su trabajo despu¨¦s de que la OTAN hiciera el suyo con el bombardeo a las fuerzas serbobosnias. La cita de Par¨ªs no cuenta con ese argumento militar y la negociaci¨®n parte de una propuesta que las dos partes en conflicto ya rechazaron en diciembre, cuando la plante¨® el mediador estadounidense: Belgrado, por considerarla pro-alban¨¦s; Pristina, por lo contrario. El proyecto de Washington, que se aplicar¨ªa durante tres a?os, prev¨¦ una amplia autonom¨ªa para la regi¨®n kosovar, con elecciones libres y una fuerza policial que responda a su composici¨®n ¨¦tnica (90% de albaneses), pero evita cualquier asomo independentista.
Durante una d¨¦cada, la explosiva situaci¨®n de Kosovo ha permanecido congelada. La opci¨®n pacifista de los albaneses sometidos por Milosevic permiti¨® a las potencias ignorarles en Dayton. Ahora, despu¨¦s de 2.000 muertos en un a?o y 200.000 huidos del furor ¨¦tnico serbio, nadie puede esperar razonablemente que el odio acumulado permita una f¨®rmula estable de convivencia bajo el manto de Belgrado. Dar la espalda a la realidad nunca la ha modificado. La cita de Par¨ªs quiz¨¢ sea una oportunidad para detener la masacre, pero Europa y EE UU deben ir pensando que, con una u otra f¨®rmula, parece inevitable a medio plazo la independencia de Kosovo o su conversi¨®n temporal en un protectorado internacional.
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