Palabras
DE PASADAMuri¨® esta semana en M¨¢laga el tonadillero Miguel de los Reyes, que hab¨ªa dicho en vida: "Yo no hago caso de lo que se escribe de uno despu¨¦s de muerto". De los Reyes sent¨ªa a su ciudad como a una madrastra, y en esa l¨ªnea andaban las palabras indignadas de su familia el jueves durante el sepelio del singular artista. Se lamentaban de que el ayuntamiento no hubiese instalado la capilla ardiente en el consistorio. Lo cual, seg¨²n su propia sentencia, al cantante ya le importaba un pimiento. Valga la protesta como eleg¨ªa y retrato de una especie que no admite que su grandeza reside en su mortalidad. A los vivos, sin embargo, ciertas palabras s¨ª que les importan. No las po¨¦ticas o sabias, sino las que adem¨¢s de decirse o silenciarse son recogidas, alteradas o comentadas por los medios de comunicaci¨®n, que ya sabemos que son el medio de comunicaci¨®n m¨¢s falible del mundo. As¨ª, Celia Villalobos olvid¨® mencionar esta semana en Fitur el Museo Picasso. El proyecto cultural y tur¨ªstico de m¨¢s enjundia internacional no fue nombrado por la alcaldesa cuando estaba promocionado las ofertas de la ciudad que rige y ser¨¢. A Carmen Calvo se le pregunt¨® sobre el olvido, antes de que se subiera al techo de la catedral que su gobierno restaura, y dijo que no hab¨ªa que hacer comentarios porque la cosa se evidenciaba por s¨ª sola: silencio envenenado calviano. Surgen dudas. ?Olvid¨® la alcaldesa el Museo Picasso como a uno se le nubla el nombre de aquella chica que inspir¨® una fuente indigerible de memos sonetos? ?O lo omiti¨® conscientemente por ser un proyecto del rival pol¨ªtico al que ni agua dar¨¢s de beber? Conociendo a Villalobos, resultan veros¨ªmiles tanto el error emanado de su vehemencia como el chit¨®n intencionado. De hecho, ha sido ¨¦sta la tesis elegida: Celia call¨® el Museo porque era proyecto de la Junta. Lo malo es que de ah¨ª se derivar¨ªa que la alcaldesa es m¨¢s simple que un arado, y pensar que alguien quiera regir una ciudad ocultando su perla cultural es ya mucho suponer. Vivir en este mundo de micr¨®fonos, declaraciones y juicios inmediatos sobre lo dicho, callado o inferido, resulta agotador. El futuro de M¨¢laga no depender¨¢ de lo que digan o callen gobernantes o periodistas. Ni siquiera depende de citar a Picasso. Ah¨ª fuera vive gente a la que le trae al pairo aquellas palabras. Menudo alivio. H?CTOR M?RQUEZ
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