"El miedo ha marcado mi vida"
Hace m¨¢s de medio siglo que vive de hablar y, a pesar de ello, de que se autocalifica de gran conversadora y del reconocimiento del que goza, es uno de los personajes m¨¢s silenciosos del teatro espa?ol. Berta Riaza ha logrado, mucho antes de cumplir los 71 a?os que tiene, los objetivos fundamentales de toda actriz: ser una gran dama de la escena. La actriz, que protagoniza, junto a Anal¨ªa Gad¨¦, Las mujeres sabias, de Moli¨¨re, en versi¨®n de Adolfo Marsillach y con direcci¨®n de Alfonso Zurro, actualmente en el teatro Alb¨¦niz de Madrid y que posteriormente iniciar¨¢ una gira por numerosos teatros espa?oles, piensa que la profesi¨®n de actor es un tanto masoquista: "Siempre estamos sufriendo por algo". La supercher¨ªa afirma que el d¨ªa que fallece un gran artista o un personaje de renombre los perros a¨²llan. En el momento en que la actriz Berta Riaza puso su pie por primera vez como profesional en el teatro Lara oy¨® aullar a los perros. En ese momento fallec¨ªa Manolete, noticia que al d¨ªa siguiente corr¨ªa como la p¨®lvora por toda Espa?a. "A m¨ª siempre me dan miedo estas cosas, pero para m¨ª debe ser cosa de buen augurio, porque fue todo muy bueno para m¨ª a partir de aquel momento".
Insiste en que no es supersticiosa, pero remarca otro azar de su vida que relaciona con su suerte: "Lo de haber nacido el 27 del 7 del 27 me ha ido muy bien". A trav¨¦s de la familia Ruiz entra en el conservatorio, donde recibe clases de una de las grandes maestras de actores de este siglo: Carmen Seco. Poco despu¨¦s recibe el Premio Lucrecia Arana y empieza una de las carreras m¨¢s s¨®lidas del teatro espa?ol: "Lo que he hecho no es una carrera, eso me suena muy rimbombante". Pero el caso es que se incorpora inmediatamente al Teatro Nacional, donde lleg¨® para hacer un papelito durante unas semanas y permaneci¨® cinco a?os.
A pesar de haber protagonizado numerosos papeles, muchos de ellos impregnados de una buena dosis de mala uva, algo de lo que ella carece, siente una suerte de celos de sus compa?eros varones y se?ala algo que representa una queja com¨²n de las mujeres de teatro: "Siempre ha habido m¨¢s papeles buenos de hombre, pero nunca he estado relegada. Adem¨¢s, la profesi¨®n que tengo es maravillosa, al margen de lo dura que en ocasiones se hace y lo frustrante que puede llegar a ser en algunos momentos".
?xitos
Sus primeros grandes ¨¦xitos llegaron con Di¨¢logo de carmelitas y Las brujas de Salem: "Tuvo mucho ¨¦xito y me empezaron a dar papeles importantes. Jos¨¦ Luis Alonso me esper¨® para hacer El diario de Ana Frank". Esta obra la consolid¨® como una de las grandes actrices del teatro espa?ol, a pesar de lo cual el miedo le ha impedido hacer muchas cosas. "Soy bastante miedosa", afirma, "me viene de cuando en la guerra me bajaba a los refugios y tiritaba. Pero no era de fr¨ªo, era de miedo, y el miedo ha marcado mi vida". Un miedo que le ha impedido dedicarse a algo que le interesaba de modo especial: ser cantante. Riaza, una de las pocas que en su oficio madruga y se acuesta temprano cuando el trabajo se lo permite, no oculta que su ¨²nica frustraci¨®n en la vida es no haber sido cantante: "Me tendr¨ªa que haber formado, pero andaban por ah¨ª mis miedos c¨®smicos".
Le gusta el cine, pero dice que no la han querido en ese gremio: "Creo que soy una actriz interior, trabajo de dentro hacia afuera. Soy sencilla e intento ser verdadera, y pienso lo que podr¨ªa haber hecho, pero no se ha dado. De todos modos, no lo vivo como algo malo, mi vida est¨¢ muy hecha al teatro; en mi ¨¦poca, los del cine y el teatro estaban muy separados, aunque yo pienso que no hay diferencia entre ambos oficios, excepto en los procesos por los que se llega a interpretar un personaje. Ahora bien, lo m¨¢s importante es el talento".
Su talento no est¨¢ ligado a ninguna metodolog¨ªa concreta: "Mi m¨¦todo es encontrar la verdad del personaje y estar de acuerdo con el director, porque me tienen que salir muy de dentro los textos, y eso es complicado". De ah¨ª que piense que cuanto m¨¢s se adule a un actor, mejor se siente: "El actor siempre se siente frustrado, porque es muy dif¨ªcil meterse en la piel de los dem¨¢s, siempre subsiste una insatisfacci¨®n. Por todo ello, a un actor no se le deben regatear adjetivos maravillosos, porque ya tiene suficiente frustraci¨®n".
Son aspectos de una mujer con un esp¨ªritu cr¨ªtico especialmente desarrollado. "La satisfacci¨®n no es muy creativa, la insatisfacci¨®n hace que siempre intentes algo m¨¢s, y no olvido que en esta profesi¨®n a¨²n no s¨¦ si se toca techo alguna vez", dice esta mujer a la que han reclamado los grandes directores de escena de la segunda mitad del siglo XX espa?ol.
Ahora interpreta a una pedante descarada en Las mujeres sabias, de Moli¨¨re, en una versi¨®n que Adolfo Marsillach ha realizado con direcci¨®n de Alfonso Zurro. Su compa?era Anal¨ªa Gad¨¦ y ella se las ven y se las desean para no caer en la obviedad del humor. "Es m¨¢s dif¨ªcil lo c¨®mico dram¨¢ticamente bien hecho, porque te puedes dejar llevar por territorios en los que buscas la risa f¨¢cil y te vas debilitando como actor. De hecho, es m¨¢s f¨¢cil que se vengan abajo los actores c¨®micos que los dram¨¢ticos", afirma.
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