"Ingleze"
A.R. ALMOD?VAR El muy comedido y entrecortado ministro de Asuntos Exteriores, don Abel Matutes, nos dej¨® a todos el otro d¨ªa con la boca abierta. De pronto, alguien a quien cre¨ªamos un avezado hombre de negocios, y por lo tanto curtido en las lides de la m¨¢s elemental diplomacia, se nos revel¨® como un fiero baluarte de la dignidad nacional, plant¨¢ndole cara nada menos que al gracioso Gobierno de Su Majestad, o como se diga. Y lo fulmin¨® con un ultim¨¢tum de 72 horas para que dejara de acosar a los pesqueros espa?oles que tienen la ocurrencia de faenar en las ¨²ltimas fronteras del imperio brit¨¢nico, seg¨²n el imperio brit¨¢nico. Por si fuera poco, revel¨® a la opini¨®n mundial unas cuantas cosas: 53.000 sociedades opacas (?d¨®nde las tendr¨¢n metidas, si aquello es un pa?uelo arrugado?), 60 directivas europeas ol¨ªmpicamente pasadas por el arco del triunfo (finanzas, combustibles, etc.), blanqueo de dinero del narcotr¨¢fico poco menos que a la puerta de las escuelas. Y no quiso mencionar que tiran la basura a nuestros mares, y que hay un paso de cebra con sem¨¢foro en un aeropuerto construido en territorio neutral (les aseguro que es cierto; a unos cuantos que ¨ªbamos por all¨ª un d¨ªa de excursi¨®n nos pas¨® un avi¨®n rozando, total por cruzar en ¨¢mbar). Pero lo que no ha querido reprimirse, por puro arrebato patri¨®tico, es la opini¨®n que toda esa gente le merece: ?Par¨¢sitos! No ser¨¢ muy diplom¨¢tico, pero es muy castizo, rec¨®rcholis. Esa gente son los llamados llanitos, de Gibraltar, unos andaluces descarriados que, contra toda evidencia, aseguran ser ingleses. O por decirlo exactamente como ellos: "Nozotroh eh que zomoh ingleze". No cabe la menor duda. Tampoco ignoramos que, al mismo tiempo que ese andaluz un poco desvinculado, pero andaluz al fin salido de nuestras entra?as, hablan ingl¨¦s, o algo parecido. Salvo en las vistas judiciales, donde s¨®lo emplean la lengua de Su Majestad. La otra la usan exclusivamente para hacer declaraciones a la prensa espa?ola y para negociar en directo con los afectados. Y que nos enteremos de una ... vez que es que ellos son ingleses. A uno le podr¨¢ parecer que los raros nombres de sus calles, sus cabinas telef¨®nicas coloradas, sus municipales de gorro abombinado, etc., son el decorado de una pel¨ªcula que alguien rod¨® por all¨ª y que prefiri¨® dejarlo a buen precio. Pero no, son guardias aut¨¦nticos y cabinas que funcionan. Tambi¨¦n hay unos simios lujuriosos que campan por sus respetos y que acosan a las turistas con insinuaciones poco caballerosas (que en eso se nota que no son brit¨¢nicos), pero que gozan de la superstici¨®n de estos lugare?os (que en eso se notan que son andaluces), de que "mientrah haiga monoh, habr¨¢ colonia brit¨¢nica". Y no hay m¨¢s que hablar. Menos mal que tenemos un ministro como Dios manda. Claro que han pasado ya algunas m¨¢s de las 72 horas y el se?or Robin Cook (con sus resonancias fon¨¦ticas de jefe de proscritos, ser¨¢ casualidad) sigue haciendo gala de la flema brit¨¢nica m¨¢s exquisita. Momento que nuestro intr¨¦pido Matutes ha aprovechado para cambiar completamente su estrategia. Ahora utiliza la de aquel polic¨ªa de Gila que se insinuaba en los aleda?os del asesino: "Yo s¨¦ de uno que ha cometido un crimen...". As¨ª hasta ponerlo colorado. Cualquier d¨ªa ver¨¢n esos ingleze.
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