Tregua
Somos un grupo de estudiantes de bachillerato del Instituto Severo Ochoa de Elche.Recientemente nuestra clase de Sociolog¨ªa inici¨® un trabajo en el que estudi¨¢bamos las consecuencias de la tregua de ETA y la situaci¨®n en Euzkadi. Para obtener informaci¨®n sobre el tema enviamos una serie de cartas a diversos partidos pol¨ªticos, solicit¨¢ndoles su colaboraci¨®n, su posici¨®n ante la situaci¨®n y c¨®mo pod¨ªa afectar eso a nuestro futuro, adem¨¢s de algunos folletos propagand¨ªsticos de cada uno, sobre su historia y posicionamiento pol¨ªtico. No quer¨ªamos gran cosa. Pues bien, de las 16 cartas enviadas, tan s¨®lo Convergencia Democr¨¢tica de Catalunya tuvo la amabilidad de darnos su respuesta. Por parte de los dem¨¢s no recibimos la m¨¢s m¨ªnima atenci¨®n. Es de creencia generalizada el que los j¨®venes no mostramos ning¨²n inter¨¦s por la pol¨ªtica. Nosotros no s¨®lo queremos desmentir esto, sino protestar por el nulo inter¨¦s que los propios partidos parecen sentir por nosotros. Da la impresi¨®n de que s¨®lo se dan cuenta de nuestra existencia cuando eso conviene a sus intereses. Los partidos a los que escribimos fueron los siguientes: PP, PSOE, IU, PNV, EA, HB, Esquerra Republicana de Catalunya, Bloc Nacionalista Galego, Partido Andalucista, Partido Aragon¨¦s Regionalista, Uni¨®n Mallorquina, Nueva Izquierda, los sindicatos vascos ELA y LAB y, por supuesto, Uni¨®n Valenciana. Que con su pan se lo coman.- Jorge Amor¨®s Montoya y 15 firmas m¨¢s.
Machu Pichu
A finales del siglo parece para algunas personas una necesidad reencontrarse en culturas antiguas y lejanas. Desde hace unos a?os, las ruinas incas del Machu Pichu atraen a centenares de personas en la b¨²squeda de un misterio o simplemente encantadas por el espect¨¢culo de su belleza. Eso no es nada criticable, pero me gustar¨ªa que todas estas personas pensaran en la posibilidad de la construcci¨®n de un complejo residencial de lujo alrededor de esos restos. El alboroto, la indignaci¨®n por el abuso que sobre tales piedras se har¨ªa causar¨ªa incluso una ca¨ªda en las bolsas. Pero como dir¨ªa alg¨²n promotor, ?qu¨¦ son cuatro piedras? Entonces, lo mismo cabr¨ªa preguntarse en el caso de las piedras ¨ªberas de Sant Miquel de Ll¨ªria, las ruinas romanas de Mura con sus complejos termales, los monumentos funerarios de la calle de Duc de Ll¨ªria... ?Qu¨¦ son? Cuatro piedras mal puestas donde se pueden realizar todo tipo de actos impunemente, dir¨ªan los constructores. Edeta ¨ªbera se ha salvado por los pelos de una carretera que hubiera acabado con todo el yacimiento; la ciudad imperial yace bajo construcciones modernas y las termas son un basurero rodeado de adosados... En realidad, ?por qu¨¦ calentarse la cabeza por unos restos sin ning¨²n tipo de belleza, piedra que molesta al progreso? Los valencianos ya estamos acostumbrados a que nos digan qu¨¦ historia y h¨¦roes tenemos que admirar, a ser posible lejos de aqu¨ª. Molestamos a los obreros.- Vicente Bosc¨¤-Herrero. Ll¨ªria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.