En la luna
La Comunidad de Madrid est¨¢ m¨¢s cerca del cielo desde la semana pasada, dicho sea con gozo cautelar, sin iron¨ªa apocal¨ªptica, al margen de fervores religiosos. La NASA se mueve como pez en el agua desde hace a?os por Robledo de Chavela (una de las tres estaciones de seguimiento y control de misiones espaciales que existen en el mundo) y por Fresnedillas. Ahora se ha incorporado Torrej¨®n de Ardoz a la movida c¨®smica. El director de la agencia espacial norteamericana, Daniel Goldin, present¨® all¨ª hace dos d¨ªas el nuevo Centro de Astrobiolog¨ªa (CAB), dependiente del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (INTA). Madrid est¨¢ rodeada de artilugios inquietantes, cient¨ªficos inalcanzables y siglas poderos¨ªsimas que conectan con otros mundos, con alien¨ªgenas, con vida en el m¨¢s all¨¢. De Madrid, al cielo. Cuando las potencias siderales se imponen, la izquierda madrile?a merodea nerviosa, dividida, perpleja. El cosmos noquea a la cotidianidad. El planeta rojo ya no es esta tierra nuestra, sino Marte. A pesar de ello sigue habiendo marcianos en nuestro entorno, aunque cada vez sea m¨¢s dif¨ªcil detectarlos: la burocracia de los partidos est¨¢ acabando con ellos.
Un paseo por los alrededores de Robledo hace a?orar a Chavela (Vargas) y a Cervantes. Don Quijote la habr¨ªa montado fina si en vez de molinos se hubiera topado con esas mastod¨®nticas antenas robledanas. Chavela, por su parte, debiera volver a despedirse definitivamente de nuevo para cantar verdades al sol, a la luna y al lucero del alba. Robledo es un acicate, un punto de referencia para la izquierda.
Juan P¨¦rez Mercader, impulsor del proyecto CAB, ha definido el edificio de este organismo en Torrej¨®n de forma cabal¨ªstica: "De estructura longitudinal que favorece la interacci¨®n entre te¨®ricos y experimentales". Eso es lo que le falta a la izquierda madrile?a, longitud isot¨¦rmica. Antes estaba en Babia o en Las Batuecas. Ahora, cuando la tecnolog¨ªa se pone las pilas, la izquierda se ubica en la luna. Esto es la leche, es decir, la V¨ªa L¨¢ctea.
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