ARG?ELLES Y MAR?A PITA
Julio Arg¨¹elles, de 75 a?os, tiene una de esas biograf¨ªas al estilo escandinavo que tanto gustaban al recientemente fallecido Torrente Ballester y que en Espa?a s¨®lo se forjan en Galicia. Leon¨¦s de nacimiento, empez¨® a pintar desde muy joven, y qued¨® tan fascinado la primera vez que vio la mar que decidi¨® hacerse capit¨¢n de la marina mercante. Con esta condici¨®n naveg¨® los siete mares durante 16 a?os y en las largas singladuras sigui¨® cultivando su afici¨®n a la pintura. Recal¨® en A Coru?a al pairo del amor de la poetisa Mar¨ªa Blanca Lobato, su mujer y musa, y compagin¨® su trabajo de catedr¨¢tico en la Escuela de Marina Civil con los pinceles. Jubilado ya de la ense?anza, Arg¨¹elles sigue incansable con su obra y mantiene un estilo sobrio, de una pureza desgarradora, que puede calificarse como expresionismo dram¨¢tico, muy en la l¨ªnea del noruego Edward Munch, pero con las ra¨ªces bien clavadas en la cultura popular gallega. Con sus ¨²ltimas obras, que pueden verse en la galer¨ªa Altea de Madrid hasta el 25 de febrero, Arg¨¹elles demuestra que es un gran trabajador, impulsado por un esp¨ªritu incre¨ªblemente joven. De las m¨¢s de 50 obras expuestas destaca su serie de Veinte retratos imaginados, que ya se exhibieron en el Palacio Municipal de A Coru?a. Los retratos de Sigmund Freud, Kafka, Safo de Lesbos y, sobre todo, el de Mar¨ªa Pita, la hero¨ªna coru?esa, que junto a otras mujeres se uni¨® a la guarnici¨®n de la ciudad en 1589 para rechazar un ataque de la escuadra brit¨¢nica, mandada pon Francis Drake, son espl¨¦ndidos. El retrato de Mar¨ªa Pita es digno de figurar en cualquier antolog¨ªa de la pintura. —
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