Kluivert mantiene la racha del Bar?a

Siete sobre siete. 21 puntos de 21 posibles. Van Gaal bate ya sus propios r¨¦cords -el a?o pasado la racha se estanc¨® en seis-. El Bar?a ara?¨® ayer la victoria m¨¢s ¨¢spera. No fue una tarea f¨¢cil. Tuvo que remontar un gol y logr¨® el definitivo cuando el partido agonizaba. Fue el de ayer el partido ideal para Luis Enrique: marc¨® el primero y regal¨® un pase a Kluivert, a seis minutos del final, para que firmara el segundo. El holand¨¦s lo celebr¨® enloquecido. No olvidar¨¢ f¨¢cilmente Almendralejo: abandon¨® su particular purgatorio -llevaba casi cuatro meses sin marcar: 13 jornadas- y libr¨® a su equipo de la angustia final. El Bar?a tiene lo que quer¨ªa: preparar sin nervios la visita del Madrid. Y cumpli¨® su ¨²nica obsesi¨®n: continuar como l¨ªder y mantener su colch¨®n de tres puntos sobre el grupo de Hiddink. El d¨ªa empez¨® mal para el Bar?a. Ten¨ªa raz¨®n Van Gaal. Su premonici¨®n se cumpli¨®. Tocaba ayer sufrir y evitar la falta de concentraci¨®n manifiesta en otros d¨ªas frente a rivales del mismo calado. El Extremadura no le defraud¨®: consigui¨® que el Bar?a se sintiera sumamente inc¨®modo. El equipo de Ben¨ªtez someti¨® a su rival a una presi¨®n brutal por todo el campo. El bal¨®n no tuvo due?o y el Bar?a, especialmente, se qued¨® hu¨¦rfano. Espoleado por una afici¨®n muy crispada con las decisiones arbitrales y con ganas de revancha, Velamaz¨¢n, un ex canterano de Cruyff, intimid¨® inicialmente con un par de contraataques que anunciaron el gol. Fue un tanto temprano a la salida de un c¨®rner. Poli remat¨® con dureza desde fuera del ¨¢rea y Dur¨¦ envi¨® a la red. Y pudo llegar el segundo, pero Hesp logr¨® desviar un potente disparo de Exp¨®sito.

El Bar?a nunca impuso su ley y pag¨® m¨¢s que nadie la dureza del c¨¦sped. No pudo jugar con el bal¨®n en el suelo. El caos lo desenred¨® un hombre: Rivaldo. Tras una gran internada de Cocu, el brasile?o lanz¨® un centro preciso que Luis Enrique enganch¨® llegando desde atr¨¢s. Figo calc¨® la misma jugada poco despu¨¦s, pero Kluivert, todav¨ªa enemistado con el gol, fall¨® de nuevo. Tambi¨¦n Coc¨² tuvo muy cerca el segundo.

El partido fue siempre un juego de equilibrios. La banda derecha del Bar?a fue un coladero. David se rif¨® cuando quiso a Ronald de Boer, como falso lateral. No se supo al final de qu¨¦ acab¨® jugando el gemelo. Empez¨® atr¨¢s y acab¨® perdido en el centro.

El partido se embarull¨® a¨²n m¨¢s tras el descanso. El Bar?a no consigui¨® despegarse de la presi¨®n, no abri¨® el campo por las bandas y el Extremadura quiso repetir sus haza?as del pasado. No es gratuito que aqu¨ª cayeran el Mallorca o el Valencia. Pero tuvo m¨¢s voluntad que acierto: sus acciones se limitaron a potentes disparos de Belenguer y a un cabezazo de Poli. Tuvo ganas, pero tampoco estuvo m¨¢s inspirado el Bar?a: apenas dos lanzamientos de Rivaldo y otra ocasi¨®n fallada por Kluivert. El partido estaba abierto y la grada so?aba con la victoria, una situaci¨®n propicia para los futbolistas decisivos. As¨ª que Guardiola toc¨® de cabeza para Luis Enrique, quien encar¨® el ¨¢rea para pasar servirle el gol a Kluivert. El holand¨¦s, esta vez -a la cuarta ocasi¨®n- acert¨®. El delantero celebr¨® el gol con gran alborozo, mientras Guardiola se abrazaba a Ronald de Boer y Van Gaal -que no hizo ni un solo cambio- se sumaba a la fiesta con todo un surtido de gestos de alegr¨ªa.

Pese a no enamorar, el Bar?a no pierde comba. A falta de juego, impuso su oficio para resolver un partido que ten¨ªa mala pinta, tanto por el rival como por el campo, y tambi¨¦n por la capacidad de distracci¨®n de los grandes equipos en campos en los que no gustan jugar. A un partido feo, le dedic¨® un triunfo funcionarial.