Trilog¨ªa
JAIME ESQUEMBRE Ayer, un hombre se lamentaba indignado ante la saturaci¨®n que sufre el hospital de Elche: su abuela llevaba dos d¨ªas ?ingresada? en un pasillo. Unos kil¨®metros m¨¢s al norte, en Alicante, alumnos y profesores del colegio p¨²blico Campoamor soportan a diario los efluvios de roedores que desde hace a?os acuden a morir al hueco del z¨®calo. Los sin techo, mientras tanto, se lanzan a la calle para reclamar una vivienda digna o, al menos, que no derriben sus chabolas. En el centro urbano de esta misma ciudad, un edificio infame, viejo, destartalado y sin calefacci¨®n es utilizado por los poderes p¨²blicos como centro de acogida de menores. Los ni?os y adolescentes pasan fr¨ªo. Habr¨¢n advertido la trilog¨ªa: sanidad-educaci¨®n-asistencia social. Es la base de un sistema basado en la sociedad del bienestar, y ya ven c¨®mo estamos. Es aconsejable, necesario e imprescindible advertir que, paralelamente, nuestros gobernantes invierten miles de millones de pesetas en proyectar y construir fara¨®nicos complejos de ocio con los que, dicen, ingresaremos en el grupo de regiones m¨¢s pr¨®speras de esta Europa a la que tan poco nos parecemos en algunas cuestiones. A menudo me pregunto si los que mandan en las instituciones p¨²blicas disponen de alg¨²n sistema de teletransporte que les permita pasar del despacho al coche oficial y de all¨ª a sus casas sin pisar la calle, lo que confirmar¨ªa que sus comparecencias en lugares p¨²blicos no son tales sino una imagen ¨®ptica que proyectan utilizando la compleja t¨¦cnica del holograma, todav¨ªa no popularizada. No encuentro otra explicaci¨®n a su ignorancia de tales realidades, salvo que se trate de aut¨¦nticos desalmados a los que les importa un carajo cuestiones mucho m¨¢s importantes que garantizar la diversi¨®n de lugare?os y visitantes. A poco que se rasque, debajo del esplendor de Terra M¨ªtica aparecen ratas, abandonos y desidia, pero por obra y gracia del arte de la palabrer¨ªa somos capaces de exportar un savoir faire que nos coloca en el terreno de lo envidiable. Hasta tal punto es as¨ª, f¨ªjense, que redactamos ponencias sobre la Espa?a de las oportunidades.
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