La Administraci¨®n, la primera infractora
CC OO denunci¨® ayer que las instituciones son "las mayores incumplidoras" de la ley de seguridad laboral y del acuerdo en esta materia firmado por Confebask y los sindicatos vascos en diciembre de 1997. Esta central difundi¨® ayer la lista de las empresas e instituciones con m¨¢s de 100 trabajadores que no han presentado un plan de seguridad laboral, tal como marca la legislaci¨®n. Entre las instituciones vascas infractoras se encuentran las sedes del Gobierno vasco en Bilbao y San Sebasti¨¢n, Osakidetza, la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, la sociedad Lan Ekintza del Ayuntamiento de Bilbao y el Consorcio de Aguas del Gran Bilbao. Renfe, los Puertos de Pasaia y de Bilbao y la Tesorer¨ªa de la Seguridad Social en San Sebasti¨¢n son algunas de las instituciones dependientes de la Administraci¨®n central que tambi¨¦n han infringido la legislaci¨®n en materia de seguridad laboral. Seg¨²n denunci¨® Jes¨²s Uzkudun, responsable de salud laboral de CC OO, el incumplimiento de estas instituciones resulta m¨¢s "escandaloso" porque, seg¨²n explic¨®, aunque ten¨ªan que haber presentado a la autoridad competente su plan de salud laboral hace ya tres a?os, el acuerdo entre Confebask y los sindicatos vascos aplaz¨® este requisito hasta el 30 de junio pasado. "Les dimos una tregua pero ni a¨²n as¨ª han cumplido", destac¨® Uzkudun. "En vez de predicar con el ejemplo, [las instituciones] son el ejemplo m¨¢s descarado de empresario incumplidor de la ley", critic¨® el responsable de CC OO, quien exigi¨® a jueces, fiscales e inspectores de trabajo que castigue "con sanciones ejemplares e inhabilitaci¨®n de cargos" a los que no acatan la ley. Un d¨ªa como hoy de hace tres a?os se firm¨® la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales que, parad¨®jicamente, no ha conseguido reducir la siniestrabilidad en el trabajo. M¨¢s al contrario, el a?o pasado hubo 99.277 accidentes laborales, 7.457 m¨¢s que en 1997, y 116 personas murieron mientras trabajaban en Euskadi.
"Mi ¨²nico anhelo es respirar"
Julio Turrientes tiene 57 a?os y padece fibrosis pulmonar progresiva categoria C. "Para entendernos, silicosis", sentencia. Antes jugaba a pala, corr¨ªa, andaba en bici, cazaba. Ahora su ¨²nica aspiraci¨®n es "respirar". Hasta 1980, Julio era un trabajador vasco con todo el futuro por delante. Viv¨ªa en Tolosa, de cuyo Ayuntamiento era concejal por el partido socialista y estaba afiliado a UGT. Un mal d¨ªa sufri¨® un accidente laboral. Le cay¨® un peso de 300 kilos sobre el cuello. En la cl¨ªnica de Pamplona donde le operaron le detectaron que ten¨ªa "algo raro". Los an¨¢lisis determinaron que era silicosis. "Es imposible, eso lo tienen los mineros", fue su respuesta cuando se recuper¨® del susto. Ten¨ªa 40 a?os y ese d¨ªa comenz¨® su calvario. Julio trabajaba en la empresa Kelsen, en Aduna (Guip¨²zcoa), que fabrica ladrillos refractarios. El material utilizado es piedra de cuarcita que al molerse se convierte en silice puro. Seg¨²n el informe emitido por el Gabinete T¨¦cnico de Silicosis de Oviedo es el ¨²nico caso conocido en Europa de alguien que haya respirado tanto silice como para contraer esa enfermedad en tres a?os,. ?Cu¨¢l fue la causa? "La falta de medidas de prevenci¨®n en la empresa", contesta con voz entrecortada. Julio est¨¢ ingresado actualmente en la habitaci¨®n 504 del Centro Nacional de Silicosis de Oviedo. Ha cogido un peque?o catarro que, dado su estado, le ha llevado a la UVI. Se siente condenado "de por vida", con una enfermedad incurable, "por la avaricia de los due?os de la empresa". En su casa se amontonan los informes, estudios, mediciones de polvo de s¨ªlice y sentencias. Todas sus fuerzas, las pocas que le quedan, se concentran ahora en la creaci¨®n de la Asociaci¨®n de Afectados de Enfermedad Profesional, cuyos estatutos ya ha elaborado. Su ¨¢mbito ser¨¢ "toda Espa?a" y necesita apoyo de "todo el que pueda ofrecerlo". Julio Turrientes afirma que los afectados por enfermedades profesionales est¨¢n "discriminados y olvidados" por la Administraci¨®n. La nueva asociaci¨®n pide que los este tipo de enfermos puedan pedir da?os y perjuicios con cargo a la empresa, una vez que se demuestre que su enfermedad ha tenido como causa la falta de medidas de prevenci¨®n. "Cuando un trabajador pierde un brazo se le da una cantidad como indemnizaci¨®n pero nuestros pulmones, ?qu¨¦ precio tienen?", pregunta. "Las leyes referentes a nuestro problema han quedado anticuadas y necesitamos leyes nuevas o modificar, bastante las actuales", explica antes de pasar al detalle. Turrientes pide que la sanci¨®n que se impone a la empresa por falta de medidas de prevenci¨®n vaya a parar a los trabajadores de una sola vez , "y no como ahora que nos dan el 30% de esa cantidad, y muchas veces peleando en los tribunales, como es mi caso". Tras la jubilaci¨®n, Julio cobraba, 29.000 pesetas por ese concepto, adem¨¢s de la pensi¨®n de la Seguridad Social. Pidi¨® que le subieran esa cantidad 15.000 pesetas m¨¢s, pero la empresa recurri¨® y el Tribunal Superior del Pa¨ªs Vasco, en sentencia de diciembre de 1997, se lo neg¨® por considerar que era para su "enriquecimiento". La indignaci¨®n entrecorta su voz cuando lo cuenta, pero sigue desgranando las reivindicaciones de la nueva asociaci¨®n: "que al fallecer el afectado a la viuda no le recorten tanto la pensi¨®n de viudedad", porque no se trata de enfermos comunes, sino de "accidentes laborales; y en mi caso mi mujer s¨®lo ha tenido trabajo, desgracias y verme llorar", afirma. "Cuando un alba?il muere al caer del andamio, la noticia sale en los peri¨®dicos, pero cuando muere un enfermo de silicosis nadie se entera. Estamos hartos de la demagog¨ªa de los pol¨ªticos", concluye Julio Turrientes.
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