El PSOE y Cascos se acusan mutuamente de vulnerar las reglas del Estado de derecho
El vicepresidente del Gobierno, Francisco ?lvarez Cascos, y la secretaria general del Grupo Socialista, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, se reprocharon ayer mutuamente, y con mucha dureza, falta de respeto a las reglas del Estado de derecho. Antes, el jefe del Ejecutivo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, hab¨ªa pasado de puntillas sobre la pregunta que le formul¨® el PSOE acerca de la opini¨®n que le merec¨ªa la carta de Cascos al director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez, en la que dec¨ªa: "Tienes una deuda personal conmigo demasiado profunda para que se pueda solventar con decoro".
Aznar recomend¨® al PSOE que buscara otros temas para hacer oposici¨®n y no "chismorreos" cogidos de la secci¨®n de Cartas al director de un peri¨®dico. Con cierto tono de mofa, Aznar asegur¨® que nada ten¨ªa que decir sobre "una carta privada" carente de significaci¨®n pol¨ªtica.El Gobierno se mostraba muy tranquilo porque los socialistas hubieran decidido que la primera pregunta que iban a formular al presidente en este periodo de sesiones fuera sobre la carta que Cascos hab¨ªa remitido a Ram¨ªrez. Las cosas se fueron complicando porque el portavoz adjunto socialista, Luis Mart¨ªnez Noval, aprovech¨® la ocasi¨®n para elevar el nivel de cr¨ªtica y sacar a colaci¨®n mutuas acusaciones de prevaricaci¨®n.
Mart¨ªnez Noval asegur¨® que el asunto es claramente pol¨ªtico porque demuestra "ligaduras indestructibles" entre el vicepresidente y Ram¨ªrez toda vez que "detr¨¢s del embrollo hay asuntos que afectan a principios democr¨¢ticos y que la opini¨®n p¨²blica tiene derecho a conocer. Con medias palabras Mart¨ªnez Noval pretend¨ªa hacer visible la acusaci¨®n de los socialistas de que hubo una conspiraci¨®n, en la que estar¨ªan implicados Cascos y el director de ese peri¨®dico, entre otras personas, para desalojar del poder a Felipe Gonz¨¢lez, tal y como revel¨® meses atr¨¢s el periodista y acad¨¦mico Luis Mar¨ªa Anson. Aznar segu¨ªa sin inmutarse y volvi¨® a animar vivamente a los socialistas a que siguiesen por el camino de los "chismorreos".
Unos minutos m¨¢s tarde Fern¨¢ndez de la Vega volv¨ªa a la carta preguntando ya directamente al vicepresidente por qu¨¦ se atrevi¨® a solicitar de Pedro J. el despido o el extra?amiento de una periodista de El Mundo en Asturias que el vicepresidente citaba en su carta, publicada por ese diario el 1 de febrero pasado. En ella reprochaba a Ram¨ªrez su comportamiento informativo, en particular sobre sus conflictos en Asturias. Cascos reconoc¨ªa en su misiva haberle entregado en exclusiva el texto de una intervenci¨®n suya en Asturias con la condici¨®n de mantenerlo en secreto hasta las 21.30 horas del pasado 20 de enero. El vicepresidente se queja porque, seg¨²n ¨¦l, la periodista divulg¨® el contenido antes de la hora acordada. "Ayer mismo [por el 29 de enero], Ana Gallego segu¨ªa ejerciendo de corresponsal de El Mundo desde Oviedo", a?ade la carta.
Cascos, con sorna, se?al¨® que quiz¨¢ lo que ¨¦l estuviera proponiendo era "un premio o un ascenso". La respuesta irrit¨® a Fern¨¢ndez de la Vega que le acus¨® "de sortear las reglas m¨¢s elementales del Estado de derecho, suscribiendo pactos oscuros con socios, como se demostraba con la carta enviada que es la prueba del delito de esos pactos indecorosos, impagables e inconfesables".
Cascos, en tono aburrido, se?al¨® que hab¨ªa escuchado de Fern¨¢ndez de la Vega "su monserga sobre el Estado de derecho", pero indic¨® que de ello deb¨ªan dar cuenta los socialistas. A continuaci¨®n el vicepresidente se fue a la era de los gobiernos socialistas para recordar informaciones seg¨²n las cuales el Cesid hac¨ªa grabaciones aleatorias de conversaciones privadas y exhibici¨®n de cartas de la actual ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, y sin olvidar "el espionaje al PCE y al PP por parte de la brigada de Polic¨ªa de Informaci¨®n de Madrid". Todo esto en medio de un griter¨ªo ya notable de los bancos socialistas y populares, de tal manera que el presidente del Congreso, Federico Trillo, tuvo que exigir silencio en tono contundente.
Esta primera sesi¨®n tuvo alguna repercusi¨®n interna en el PP ya que Aznar se enfad¨® ostensiblemente con Trillo, y pidi¨® explicaciones al portavoz del PP, Luis de Grandes. La culpa la tuvo Mart¨ªnez Noval. Trillo ten¨ªa acordado con Mart¨ªnez Noval que ¨¦ste iba a pedir disculpas al presidente por haberle llamado semanas atr¨¢s "prevaricador", pero aprovech¨® para reprocharle que al principio de la legislatura acusara al Gobierno del PSOE de "perdonar a unos amigos de los socialistas" 200.000 millones de pesetas. Aznar abandon¨® inmediatamente el hemiciclo, haciendo un gesto a De Grandes para que se fuese con ¨¦l.
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