Salud, PP
Una se?ora de 71 a?os, vecina de Valencia, aguarda desde hace mes y medio una cita para someterse a unos an¨¢lisis que detecten si tiene una infecci¨®n. Conozco bien la historia porque la se?ora en cuesti¨®n es mi madre. Pero esta demora en la atenci¨®n sanitaria no pasar¨ªa de ser un problema familiar si no fuera porque la an¨¦cdota responde a una categor¨ªa. Contagios de hepatitis que terminan en los juzgados, enfermos hacinados en los pasillos de hospitales alicantinos, recortes en las prestaciones p¨²blicas de medicamentos y una imparable privatizaci¨®n de los servicios sanitarios dibujan un panorama que invitar¨ªa a cualquier consejero, con un m¨ªnimo de verg¨¹enza torera, a presentar su dimisi¨®n. Muy al contrario, Joaqu¨ªn Farn¨®s se permite el atrevimiento de arremeter contra algunos peri¨®dicos y sindicatos que critican el colapso que vive la sanidad valenciana. Como en los viejos tiempos el consejero de Sanidad se dedica a matar a los mensajeros en lugar de encontrar soluciones a los problemas. Entretanto, Eduardo Zaplana propone f¨®rmulas sanitarias m¨¢s inteligentes y menos r¨ªgidas. Quiz¨¢ el muy honorable presidente de la Generalitat entienda por rigidez que los an¨¢lisis cl¨ªnicos se retrasen, que las listas de espera se eternicen o que los trabajadores se pongan reivindicativos. Todo es posible dentro de la filosof¨ªa del ilustre ponente de la Espa?a de las oportunidades. Como en tantos otros ¨¢mbitos, el PP ha incumplido buena parte de sus promesas electorales. Pero un formidable aparato de propaganda levanta cortinas de humo para convencer a los electores de que vivimos en el centro del mejor de los mundos posibles. Ahora bien, en las facetas que afectan a los ciudadanos, aquellas que distinguen las pol¨ªticas conservadoras de las progresistas, la atenci¨®n a la mayor¨ªa de los privilegios de las minor¨ªas, el PP ofrece la medida de sus intenciones. Porque no se trata de siglas, sino de actitudes. As¨ª empezamos a entender la devoci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar por el supuesto laborista Tony Blair que acaba de presentar un dr¨¢stico plan que endurece el acceso a las ayudas sociales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.