?ngeles o demonios
ENRIQUE MOCHALES El Vaticano nos manda al demonio. Me refiero a que lo hace directamente, editando un manual del exorcista. Lo que no dice la Congregaci¨®n del Culto Divino es si los demonios tienen cara de conejo, o qu¨¦. Cuidado se?ora: si su hijo se pone a hablar lituano en casa, no piense que es un superdotado, coja las p¨¢ginas amarillas eclesi¨¢sticas. Una llamadita al exorcista de guardia, y ya est¨¢. Asunto arreglado. Recuerde que el ¨²ltimo censo contabiliza cuatro millones de demonios andando por ah¨ª, deseosos de hacer diabluras. Pero por favor, no le meta la cabeza al ni?o en el microondas, que eso es una burrada. Ya en su d¨ªa pidi¨® mil perdones la Iglesia por haber hecho tantas barbacoas de endemoniado en las plazas. O sea, que ahora hay que tratar bien al pose¨ªdo. Tenga en cuenta adem¨¢s que su hijo puede necesitar a un psiquiatra, que no es otra cosa que un m¨¦dico. Es m¨¢s caro y tal vez produzca peores resultados que un exorcista, pero hay que joderse. Nosotros que cre¨ªamos que el demonio era una cosa simb¨®lica nos enfrentamos a la certeza de que el s¨ªmbolo se hace carne. No obstante, si hay cuatro millones de demonios exactamente, identificados con nombres y apellidos, ?de cu¨¢ntos ¨¢ngeles disponemos para compensar? ?C¨®mo podemos reconocer a ¨¦stos para diferenciarlos de los demonios? Miren que a veces se pueden producir confusiones, porque d¨ªganme: ?los ¨¢ngeles son gordos o flacos? ?Altos o bajos? ?Rubios o morenos? Si su hijo se pone de pronto a hablar ingl¨¦s por la cara, es razonable preguntarse si es un ¨¢ngel o un demonio el responsable del don de lenguas, porque el ingl¨¦s es muy pr¨¢ctico hoy en d¨ªa, y se ahorra uno mucha pasta en academias con ayuda de una posesi¨®n de ¨¦stas. Y qu¨¦ me dicen de hablar euskera as¨ª de pronto, con vistas a un puesto de funcionario en la Administraci¨®n Vasca. Pues no me fastidies, y d¨¦jame con mi demonio, que estoy encantado. El C¨®digo Penal, as¨ª mismo, deber¨ªa incluir, junto al atenuante de locura transitoria, el de posesi¨®n transitoria. No olvidemos que las armas las carga el demonio. A algunos, cuando les dan el arma, ¨¦sta ya ha sido cargada. As¨ª que ser¨ªa l¨®gico repartir la condena: tanto para el hombre, tanto para el demonio. Pero insisto en que el Vaticano deber¨ªa de haber diferenciado bien los ¨¢ngeles de los demonios, las posesiones ang¨¦licas de las posesiones demon¨ªacas. No est¨¢ claro. Lo mismo hay personajes p¨²blicos que para unos son ¨¢ngeles y para otros demonios. Los cat¨®licos necesitamos adocenarnos para formar reba?o compacto, y cuando salga el demonio, salir todos corriendo y aullando, o hacerle frente con misiles benditos, o lo que sea. Pues s¨ª, demonio, ya te est¨¢s najando de este cuerpo. Y no me levantes la voz, que te doy con el agua bendita. Venirme con demonios a m¨ª. Por San Jorge y el drag¨®n. Ya tenemos claro lo que son las posesiones. Ya distinguimos entre el cielo y el infierno. Ya sabemos lo que es pecado y lo que es virtud. Es evidente la diferencia entre el bien y el mal. Si alguno me viene pose¨ªdo perdido, le reconocer¨¦ a simple vista, cuando su cabeza d¨¦ un giro de ciento ochenta grados o me pringue la chaqueta de moqueante v¨®mito verde. Juro que no le quemar¨¦ en una pira por desagradable. Tampoco saldr¨¦ huyendo como un cobarde. Le atar¨¦ a una silla y le har¨¦ escuchar el Ave Mar¨ªa de Schubert durante horas a ver si aguanta. O mejor, le har¨¦ ir a misa todos los d¨ªas, que me parece lo m¨¢s apropiado. Pero es posible que hasta eso le guste al diablillo. Incluso puede que acabe recluy¨¦ndose en un monasterio o en un convento. Vistiendo el h¨¢bito. O que se gane la mitra de obispo. O que termine de blanco como el Papa. Ya lo dijo Nostradamus. ??ngeles o demonios? No est¨¢ claro. Por su parte, Gandhi, tan ir¨®nico ¨¦l que hac¨ªa desalojar cuerpos al demonio con sentido pr¨¢ctico, por puro razonamiento aplicado, opinaba que "los ¨²nicos demonios que existen son los que hurgan en nuestros corazones". Pues eso, vade retro.
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