La pasi¨®n por Curro Romero justifica una pelea con un cliente, seg¨²n un juez
La admiraci¨®n al diestro de Camas es "una forma de entender la vida"
Un currista de pro y m¨¢s si es de Camas (Sevilla), como el Fara¨®n, es l¨®gico que tenga "una ardorosa reacci¨®n defensiva" si se ataca a su ¨ªdolo. No importa que el fan de Curro Romero defienda al diestro en su puesto de trabajo, incluso insultando a voces a un cliente y casi llegando a las manos, lo que le cost¨® el empleo. As¨ª lo entiende un juez del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, quien cree que para el despedido, el Fara¨®n de Camas es el "creador de una ilusi¨®n permanente, de una esperanza incondicional y una forma de entender la vida", por lo que es "l¨®gico" que defendiera al diestro. Es m¨¢s, en esa disputa, "no fue el ofensor, sino todo lo contrario".
La sentencia de la Sala de lo Social de Sevilla del TSJA, de la que ha sido ponente el magistrado Santiago Romero de Bustillo, confirma un fallo del Juzgado de lo Social n¨²mero 9, que consider¨® injusto el despido de Jos¨¦ Domingo Ruiz Florencio, un conductor de la empresa de saneamientos Arance Sevilla. El fallo relata que el 10 de marzo de 1998, el despedido se sinti¨® ofendido por una frase que escuch¨® en una caja del establecimiento, donde pagaban dos clientes. Uno de los dos hizo un comentario "en tono jocoso" sobre las pocas corridas que ese a?o ten¨ªa Curro.Ruiz Florencio no se lo pens¨®: "Quien tenga cojones, que me diga eso en la cara". "Eso va por m¨ª", replic¨® uno de los clientes. "Por quien lo haya dicho", contraatac¨® el currista, seg¨²n la sentencia, "sin que conste ninguna pelea o altercado". La cosa no se qued¨® ah¨ª. A los diez d¨ªas, Ruiz Florencio recibi¨® una carta de despido, en la que se relata que el conductor comenz¨® una ri?a con el cliente, "en la que se permiti¨® calificarlo de cabr¨®n, hijo de puta, cornudo...", y a?ade que ambos no llegaron a las manos porque lo evit¨® el vigilante jurado.
Arance entendi¨® que esos hechos y el que Ruiz Florencio "hubiera sido apercibido con anterioridad, dado su car¨¢cter enormemente violento" eran justa causa de despido, seg¨²n el art¨ªculo 54.2 del Estatuto de los Trabajadores. El currista recurri¨® y el centro de arbitraje le dio la raz¨®n, lo mismo que el Juzgado de los Social. La empresa apel¨® para que le confirmaran el despido. Pero no fue as¨ª. El fallo del TSJA insiste en que Ruiz Florencio es "un gran aficionado a los toros y conocido currista por los empleados y clientes de la empresa". El juez percibe que en la mofa sobre las pocas corridas de Curro se notaba que hab¨ªa "familiaridad y conocimiento" entre los contendientes, por lo que resta importancia al hecho de que la disputa taurina ocurriese en el centro de trabajo. En el fundamento de derecho segundo es donde el magistrado, tambi¨¦n reconocido currista, seg¨²n allegados suyos, hace una profesi¨®n de fe del Fara¨®n de Camas. Dice que los clientes habituales eran, "sabedores de la afici¨®n del demandante y de su sentimiento currista, que es indudable y notoriamente altruista en favor del diestro, arraigado y profundo como el que m¨¢s, creador de una ilusi¨®n permanente, de una esperanza incondicional y de una forma de entender la vida, por lo que exige el m¨¢ximo respeto de quienes no -o s¨ª- lo tienen".
Cuando se falta a ese respeto a Curro, "es previsible la reacci¨®n ardorosamente defensiva de quien l¨®gica y naturalmente se considera ofendido, como le ocurri¨® al demandante (...) que, por ende, no fue ofensor, sino todo lo contrario". Por ello, el juez cree que el comportamiento del conductor currista "no puede incluirse en el art¨ªculo 54.2c del Estatuto de los Trabajadores, dado que adem¨¢s no se produjo pelea ni alteraci¨®n alguno en el centro de trabajo de la demandada". Resultado: anula el despido y le impone las costas a Arance Sevilla.
El fallo es recurrible en casaci¨®n, motivo por el que el currista no quiso hablar ayer. "Soy currista y estoy en el paro", dijo por tel¨¦fono. "A Curro le va a hacer mucha ilusi¨®n, porque es muy bonita", asegur¨® ayer su apoderado, Manuel Cisneros.
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