"Que Starr nos devuelva el dinero"
El pueblo ya se hab¨ªa pronunciado mucho antes de que lo hiciera ayer el Senado. Encuesta tras encuesta, d¨ªa tras d¨ªa, la mayor parte de la opini¨®n p¨²blica se hab¨ªa expresado una y otra vez en contra de la destituci¨®n del presidente. Las ¨²ltimas cifras de Gallup son reveladoras: un 66% en contra, un 33% a favor. Un ¨ªndice de aprobaci¨®n de su trabajo como presidente del 70%. Y a pesar de ello, un 74% no le considera "honesto y de confianza". "El Congreso y especialmente [el fiscal] Kenneth Starr deber¨ªan reembolsarnos a los contribuyentes el dinero gastado", dice una estudiante de Arizona. "El presidente tiene un problema de l¨ªbido pero tambi¨¦n quiere contribuir a nuestra estabilidad social y econ¨®mica. ?l mantiene las dos cosas separadas".
La lectura de los votos de los senadores en el d¨ªa final del juicio se vivi¨® de forma parecida al veredicto de inocencia de O.J. Simpson en 1995, s¨®lo que en ese caso hab¨ªa m¨¢s misterio.
El pa¨ªs se deber¨ªa haber paralizado durante la votaci¨®n en el Senado, pero de hecho fue un acontecimiento plano y sin emoci¨®n. Todas las cadenas lo retransmitieron como la noticia del d¨ªa, pero con el horror del vac¨ªo informativo inminente.
"El impeachment no ha tenido ning¨²n inter¨¦s", dice el historiador neoyorquino Eric Darton. "El problema es que con un presidente moralmente comprometido y pol¨ªticamente impotente, un Congreso salvajemente polarizado y un Tribunal Supremo dormido, nos acercamos a un vac¨ªo de poder. Sin embargo, muchos nos alegramos de tener un presidente capaz de excitarse sexualmente con algo que no es de realidad virtual."
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