Una larga lecci¨®n de sexo
Trece meses de mentiras, cintas de v¨ªdeo e Internet en contra de la opini¨®n p¨²blica
Todo empez¨® con la difusi¨®n por Internet de una exclusiva que estaba preparando el periodista de Newsweek Michael Isikoff. Era el 17 de enero de 1998. Matt Drudge, un reportero espont¨¢neo, coloc¨® en su p¨¢gina web los datos esenciales de una supuesta relaci¨®n sexual entre Bill Clinton y una ex becaria de la Casa Blanca llamada Monica Lewinsky. Durante los cuatro d¨ªas siguientes, nadie supo c¨®mo reaccionar a lo que parec¨ªa iba a ser una indiscreci¨®n m¨¢s del presidente. El 21 de enero, toda la prensa nacional abri¨® con la noticia de que el fiscal del caso Whitewater, Kenneth Starr, se hab¨ªa lanzado como un sabueso sobre la pista. "Lo dir¨¦ una vez: no tuve relaciones sexuales con esa mujer... la se?orita Lewinsky". Fue el 26 de enero de 1998, una frase y una imagen para la historia: Clinton esgrimiendo el dedo ¨ªndice, con hielo en la mirada. Lewinsky hab¨ªa trabajado en la Casa Blanca durante menos de un a?o a partir de junio de 1995. Apenas unos d¨ªas antes de esa frase de Clinton, ella y el presidente hab¨ªan declarado por separado, en el juicio por acoso sexual de Paula Jones (que ven¨ªa desde 1994 y se refer¨ªa a supuestos hechos cometidos por Clinton cuando era gobernador de Arkansas), que no hubo relaci¨®n sexual. Pero esto contradec¨ªa unas conversaciones telef¨®nicas entre Lewinsky y su amiga Linda Tripp, que las hab¨ªa grabado y se las hab¨ªa dado a Starr.
Una semana despu¨¦s de salir a la luz las acusaciones, empiezan a declarar ante el gran jurado convocado por Starr los posibles testigos. La primera es Betty Currie, secretaria de Clinton. Luego ir¨¢ la madre de la ex becaria, Marcia Lewis, otra voluntaria de la Casa Blanca llamada Kathleen Willey, miembros del servicio secreto y guardaespaldas. Paralelamente, Starr negocia la comparecencia de Lewinsky y estudia c¨®mo obtener la declaraci¨®n del propio Clinton.
Con un acuerdo de inmunidad, Lewinsky reconoce el 6 de agosto que s¨ª tuvo una relaci¨®n sexual con Clinton. Para entonces, la juez Susan Webber ha desestimado el caso de Paula Jones, lo que supone un gran respaldo para el presidente. Clinton declara ante Starr el 17 de agosto de 1998, en una grabaci¨®n de v¨ªdeo que tambi¨¦n pasar¨¢ a los anales de la historia, en la que reconoce que tuvo una relaci¨®n "inapropiada" con la ex becaria.
Ahora se sabe que para Clinton, el sexo oral no es sexo en sentido estricto, seg¨²n dio a entender en el juicio de Jones. La opini¨®n p¨²blica de EEUU, y de medio mundo, se pregunta por qu¨¦ Clinton no reconoci¨® su relaci¨®n con Lewinksy cuando todav¨ªa estaba a tiempo. El caso no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar.
Clinton comienza a entonar su largo mea culpa, en varias conferencias, y en ruedas de prensa en Mosc¨² y en Dubl¨ªn.
Hasta que, el 9 de septiembre de 1998, Starr completa su informe y lo somete a la C¨¢mara de Representantes. Ese fin de semana, el mundo entero conoce todos los detalles m¨¢s ¨ªntimos de la relaci¨®n de Clinton con Lewinsky. A Starr se le acusa de porn¨®grafo.
La humillaci¨®n del presidente parece haber llegado a su cima. El informe se difunde por Internet y aparece en forma de libro. Clinton sigue pidiendo perd¨®n, y el 21 de septiembre su declaraci¨®n grabada del d¨ªa 17 se emite por televisi¨®n ante millones de telespectadores. Las encuestas, en ese momento, se pronuncian m¨¢s claramente que nunca a favor de Clinton y en contra del proceso inquisitorial contra su persona.
Pero la bola de nieve no se puede detener. El 8 de octubre, previa recomendaci¨®n del comit¨¦ de Asuntos Judiciales, la C¨¢mara de Representantes vota a favor de iniciar el impeachment, o proceso de destituci¨®n, de William Jefferson Clinton. Era la tercera vez en la historia de EEUU que ocurr¨ªa esto (Andrew Johnson y Richard Nixon fueron los predecesores).
En las elecciones legislativas del 3 de noviembre los republicanos sufren un rev¨¦s en las urnas pese a que conservan la mayor¨ªa en el Congreso, y deciden seguir adelante contra Clinton. Con la precisi¨®n de un cirujano o de un polic¨ªa sexual, Starr testifica durante 12 horas ante el Congreso, en la primera audiencia del proceso de impeachment. Pocos d¨ªas despu¨¦s, Clinton da otro paso en falso al contestar con evasivas 81 preguntas remitidas por el comit¨¦ judicial. En diciembre, los abogados de Clinton luchan a la desesperada por evitar un juicio en el Senado. Pero las acusaciones de perjurio y obstrucci¨®n a la justicia prosperan. El debate sobre c¨®mo proceder se ve interrumpido el 16 de diciembre: Clinton ordena un bombardeo sobre Irak para castigar a Sadam Husein por su boicoteo de las inspecciones de la ONU.
En Washington tambi¨¦n caen bombas: el jefe republicano de la c¨¢mara, Newt Gingrich, hab¨ªa dimitido tras la derrota electoral de su partido el mes anterior, y el que hab¨ªa sido designado sucesor, Bob Livingston, dice que no quiere el cargo porque tambi¨¦n cometi¨® infidelidades y desea ser ejemplo de moralidad.
Tras el par¨¦ntesis de las navidades, el 7 de enero comienza el juicio contra Clinton en el Senado, con un grupo de diputados republicanos en el papel de fiscales y 100 senadores actuando como jurado. La mayor parte del juicio es sobre qu¨¦ hacer en el propio juicio. La primera semana de febrero testifican en v¨ªdeo Monica Lewinsky, Vernon Jordan y Sidney Blumenthal, y los republicanos apenas les sacan nada nuevo para reforzar su caso. Ayer, despu¨¦s de 13 meses de esc¨¢ndalo y tres d¨ªas de deliberaciones finales, el Senado exoner¨® a Clinton de los dos cargos que se le imputaban.
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