M¨¢s botones de muestra
El pasado 9 de febrero public¨® este diario una carta, firmada por Juan Qu¨ªlez y Fernando Sendra, con el t¨ªtulo Para muestra un bot¨®n. Durante m¨¢s de dos a?os he guardado silencio ante acusaciones veladas o abiertas que part¨ªan de algunos de quienes han formado parte de las plantillas de los Centros de Formaci¨®n del Profesorado (antes CEPs y ahora CEFIREs). Acusaciones gen¨¦ricas, pero que involucran a un colectivo de compa?eros que desarrollan su labor en estos centros. Es hora de no callar, porque "quien calla, otorga" y no estoy dispuesto a jugar ese papel, ni creo que tampoco lo acepten las personas aludidas. Habr¨¢ que decir que los autores de la carta fueron hasta el curso pasado asesores de la red de CEFIRE y parte interesada en la cuesti¨®n. Es verdad que todos esperamos el desarrollo del decreto y la convocatoria de las plazas. Pero tambi¨¦n es verdad que todos los que estamos ahora en estos Centros de Formaci¨®n estamos en situaci¨®n de provisionalidad y, por tanto, de forma volutnaria. Lo que para unos es "arbitrariedad" para otros es "discrecionalidad" de la Administraci¨®n (de ¨¦sta y de las que la han precedido) para discernir qui¨¦nes son las personas que mejor pueden llevar a cabo las funciones que se les asignan. ?Habr¨¢ que recordar que el primer decreto de creaci¨®n de los CEP data de 1985 y la primera convocatoria p¨²blica de plazas de asesores se realiz¨® en 1991? ?Habr¨¢ que levantar la liebre y decir que hasta 1993 no se reform¨® dicho decreto y se convocaron por vez primera a concurso las plazas de directores? ?Tendremos que decir de qu¨¦ forma estaba viciado el baremo de dicho concurso que hac¨ªa in¨²til presentar candidato diferente al "oficial"? ?O habr¨¢ que decir que era amiguismo? No es de recibo decir que de forma mayoritaria las personas que formamos la plantilla de CEFIREs en la actualidad tienen "un mismo denominador com¨²n, estar incondicionalmente agradecidas a quien las designa". Esa descalificaci¨®n global y sin fundamento denigra a quien la propala. Nadie me pregunt¨® por mi posicionamiento ideol¨®gico y a nadie -que yo sepa- se le ha inquirido en ese sentido. S¨®lo se ped¨ªa profesionalidad, seriedad y responsabilidad en el trabajo. Lo dem¨¢s son febr¨ªculas de descontentos. S¨¦ que estamos de paso y que hemos de volver a la tiza.- Germ¨¢n Ram¨ªrez Aled¨®n, director del CEFIRE de Torrent.
Bienvenido, se?or Taranc¨®n
A veces nuestras autoridades pol¨ªticas se vuelven simp¨¢ticas y juguetonas y nos env¨ªan mensajitos para entretenernos. A veces esos recados no se nos presentan de golpe, sino que se han de recomponer con m¨²ltiples submensajes que, para a?adir emoci¨®n e inter¨¦s al juego, se emiten separadamente en el tiempo. En 1995, libre el partido popular del lastre de UV tras las elecciones, el concejal Manuel Taranc¨®n devuelve a la palabra Valencia en el Ayuntamiento su acento perdido, pero se lo devuelve agudo (Val¨¦ncia) porque seg¨²n ¨¦l, aqu¨ª se pronuncia as¨ª. Al frente de la Diputaci¨®n, Taranc¨®n permitir¨¢ que conserve la tilde grave (Val¨¨ncia); seguramente porque al referirnos a Valencia como ¨¢mbito provincial, s¨ª que la pronunciamos as¨ª. Ahora, una de sus tarjetas de visitas al asumir la Consejer¨ªa de Cultura parece consistir en reiterar la condena del uso de algunas palabras y formas verbales del valenciano. Pero, ?qu¨¦ es esto? Espero que sea cualquier cosa excepto el gesto obligado con el que se rinde pleites¨ªa a la barbarie, aqu¨¦lla que obliga, por ejemplo, a los poseedores de veh¨ªculo con matr¨ªcula forastera (especialmente si el primer guarismo es la letra B) a incorporar la correspondiente pegatina "VALENCIA".- P. Requena. Valencia.
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