Vecinos contra el imperio del ruido
El ruido es, por definici¨®n, "un conjunto de fen¨®menos vibratorios que provocan, bajo ciertas condiciones, una reacci¨®n de rechazo". Y a?aden los expertos que el ruido ambiental existente en muchas ciudades alcanza niveles perjudiciales para la salud y el bienestar de sus residentes. Eso es exactamente lo que pasa en la zona de Valencia conocida como Juan Llorens, una de las denominadas de ocio de esta ciudad. Por ello los vecinos de las calles de Juan Llorens, Calixto III y adyacentes reclaman al Ayuntamiento, al amparo de la Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones aprobada en junio de 1996, la declaraci¨®n de zona ac¨²sticamente saturada (ZAS). Josep Romero, portavoz de los vecinos, afirma que han retomado la movilizaci¨®n ante la proximidad de las elecciones y despu¨¦s de que el Ayuntamiento, incumpliendo la ordenanza, "denegara el pasado mes de junio una petici¨®n de ZAS a pesar de que todas las mediciones sonoras sobrepasan los niveles establecidos". En aquel momento, Francisco Lled¨®, hasta hace pocos d¨ªas concejal de Actividades y Espect¨¢culos y que ha declinado hablar al respecto, dijo que le preocupaba "que se pueda generalizar ese planteamiento en toda la ciudad". La ordenanza establece que podr¨¢n ser declaradas ZAS las zonas donde se sobrepasen los 65 decibelios (dB) dos veces por semana durante dos semanas consecutivas o tres alternas en un plazo de treinta y cinco d¨ªas naturales. El laboratorio municipal deMedio Ambiente instal¨® quince son¨®metros durante ocho meses e hizo mediciones de la zona entre las 22 horas y las 8 horas, franja en que comprende las horas te¨®ricas de apertura (12 h.) y de cierre (2.30 h.) de los pubs. Una muestra de los niveles de ruido que se dan entre la noche del jueves y la madrugada del domingo de cualquier fin de semana del a?o son las mediciones del domingo 22 de febrero de 1998 en la calle de Juan Llorens a la una de la madrugada, cuando se alcanzaron 68 decibelios, a las dos (69 dB), a las tres (70 dB) y a las cuatro (70 dB). Arturo Flecher vive en un primer piso de una calle adyacente a Juan Llorens. "Mi mujer tuvo una grave operaci¨®n que la llev¨® al coma", dice, "desde entonces necesita reposo absoluto y como no puede dormir se levanta destrozada de los nervios". "He tenido que tomar la determinaci¨®n de deteriorar mi matrimonio por el ruido de la calle y desde hace seis a?os dormimos en habitaciones distintas", lamenta con desesperada resignaci¨®n. ?l no puede marcharse a vivir a otra zona, como han hecho otros vecinos. S¨®lo en la calle de Juan Llorens, entre las calles ?ngel Guimer¨¢ y Gabriel Mir¨® hay 22 locales. Servando Canales, un abogado que ha vivido toda su vida en esa calle, asegura que "el volumen de negocio es evidente y no s¨®lo para la hosteler¨ªa, tambi¨¦n para la gr¨²a municipal, los taxis e incluso para la EMT, que tiene un autob¨²s alquilado todos los fines de semana". Amparo Rubio y Antonio Vaca son un joven matrimonio que compr¨® un piso en una calle adyacente a Calixto III. Seis a?os de denuncias por mala insonorizaci¨®n de los locales "desgastan mucho", afirman. "La manga ancha de la administraci¨®n es para con ellos". Antonio dice que le ha o¨ªdo al due?o de un pub que "con lo que gana en una noche entre las 3.30 h. y las 5 paga las multas de un mes". El portavoz de los vecinos matiza que su lucha "no es contra los pubs, sino por la negativa del Ayuntamiento a cumplir su propia normativa". "?Qu¨¦ tipo de intereses le impiden hacerlo?", se pregunta Romero apuntando a un imperio an¨®nimo que se le escapa. Con el precedente de la declaraci¨®n de la Plaza de X¨²quer como ZAS, han iniciado un proceso legal similar al de los vecinos del barrio de San Jos¨¦. Para ello han recurrido al mismo abogado que gan¨® dicho caso, Andr¨¦s Morey. "Se han concedido muchas licencias y hay un exceso de molestias", asegura. "Niveles sonoros, incumplimiento de horario y mesas y venta de bebidas alcoh¨®licas en la calle hacen demostrable que se cumplen los requisitos para ser declarada ZAS", dice Morey. Opini¨®n que corrobora Jos¨¦ Luis Bosch, jefe del Servicio de Laboratorio del Ayuntamiento. "Conocemos perfectamente la problem¨¢tica", afirma, "en zonas concretas se sobrepasan los niveles permitidos". Seg¨²n Bosch, el Ayuntamiento realizar¨¢ ahora mediciones sin tr¨¢fico rodado: "Como medida transitoria, se cortar¨¢ el tr¨¢fico en una franja hipot¨¦tica entre las 12 de la noche y las 6 de la ma?ana, para determinar su influencia real. As¨ª, gran parte de la problem¨¢tica desaparecer¨¢". Bosch reconoce que aparte de soluciones puntuales "no hay respuesta global al problema". Por su parte, Andr¨¦s, encargado de un concurrido local de la zona, confirma que "el problema tiene dif¨ªcil soluci¨®n; zona de ocio significa problemas con los vecinos". "La hosteler¨ªa mueve mucho dinero", dice, "y despu¨¦s de insonorizar el local y evitar bebidas en la calle, puedo hacer poco m¨¢s". Y acaba: "Si nos declaran ZAS, desapareceremos, porque la gente empieza a venir entre las doce y media y la una".
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