Muere a los 86 a?os el poeta Jos¨¦ Luis Cano, impulsor de la memoria de la generaci¨®n del 27
Como cr¨ªtico literario, dirigi¨® la colecci¨®n Adonais y fue fundador de la revista "?nsula"
Recluido en el silencio casi absoluto, desde que le arrebataron la direcci¨®n de la revista ?nsula, que ¨¦l fund¨® y dirigi¨® con Enrique Canito de 1947 en adelante, durante casi cuarenta a?os; perseguido por sus dolencias y sus sombras, de las que dej¨® alg¨²n reflejo en las p¨¢ginas publicadas de su diario, falleci¨® ayer en Madrid Jos¨¦ Luis Cano (Algeciras, 1912), uno de los mejores cr¨ªticos de nuestra posguerra, un poeta mesurado y de calidad, un hombre cordial y bienintencionado, un liberal de veras, que salv¨® durante el largo periodo de las oscuridades de la dictadura la memoria de la cultura republicana y de la generaci¨®n del 27, y que desarroll¨® una obstinada e insistente tarea de defensa de nuestra literatura y de su dignidad creadora y, con todo ello, de los valores civiles aplastados por la sublevaci¨®n de 1936.
Cano estuvo a punto de ser fusilado cuando ten¨ªa veintipocos a?os; para entonces hab¨ªa tratado y conocido en el Madrid republicano a Aleixandre, Cernuda, Lorca, Neruda y la mayor¨ªa de las figuras sobresalientes de la nueva literatura; no olvid¨® nunca su fidelidad a la ¨¦poca y a su cultura. Se ha dicho a veces que ?nsula "invent¨®" a la generaci¨®n del 27, afirmaci¨®n hiperb¨®lica que ilustra la enorme tarea de recuperaci¨®n y defensa de una literatura y una cultura brutalmente desterradas por la guerra civil que se llev¨® a cabo desde aquellas p¨¢ginas y desde su editorial. Cano dedic¨® a la generaci¨®n p¨¢ginas importantes, adem¨¢s de sustanciosos testimonios personales, y de una espl¨¦ndida antolog¨ªa: edit¨® y estudi¨® a Aleixandre, de quien fue ¨ªntimo amigo y acerca de quien public¨® un impagable diario, Los cuadernos de Velintonia, y dio a luz a comienzos de los a?os sesenta una magn¨ªfica biograf¨ªa de Lorca.La restante poes¨ªa espa?ola del siglo XX tuvo en ¨¦l a un estudioso y valedor infatigable. Sus antolog¨ªas de la poes¨ªa de posguerra son de las m¨¢s equilibradas y sensatas que se hicieron en su momento. La l¨ªrica andaluza contempor¨¢nea tuvo en Jos¨¦ Luis Cano a su mejor ant¨®logo. Se interes¨® tambi¨¦n por los ilustrados espa?oles y por algunos de nuestros heterodoxos modernos. Y sigui¨® siempre la evoluci¨®n de nuestra poes¨ªa con rigor y equilibrio, sin despe?arse nunca en las simas del dogmatismo. Dirigi¨® as¨ª, durante muchos a?os, los mejores, la colecci¨®n Adonais, e hizo de su premio el m¨¢s importante de la poes¨ªa espa?ola. Y, por ecima de todo ello, defendi¨® durante muchos a?os la dignidad de nuestra mejor cultura frente a las coces y embates de los jerarcas oficiales.
Era, adem¨¢s, un poeta. Un poeta de cu?o neorrom¨¢ntico, capaz lo mismo del soneto que del vers¨ªculo, de excelente oficio siempre, que dej¨® una obra no abundante, pero s¨ª digna de ser preservada por la delicadeza, buen gusto y profundidad de su mirada po¨¦tica. A vuelapluma, con la oscura noticia de su muerte alentando en los dedos con que compongo estas l¨ªneas, recuerdo ahora algunos de sus Sonetos de la bah¨ªa, su Oda a una muchacha desconocida, su poema al paseo de las Delicias, sus versos er¨®ticos.
Fue joven de coraz¨®n hasta muy tarde. Quien esto afirma comparti¨® con ¨¦l las deliberaciones de algunas ediciones del Premio de la Cr¨ªtica y no puede por menos de recordar en estos momentos la camarader¨ªa y la gentileza de su comportamiento. Valgan, en honor a su memoria, estos versos suyos que alguna vez ¨¦l cit¨®: "De cuando en cuando es bueno morir, rozar el fuego,/ el oculto incendio de la cansada piel,/ la quemadura del invisible mar,/ de sus alas secretas..."
Babelia
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