El falseamiento de testimonios "sienta en el banquillo" a la BBC

La BBC est¨¢ en entredicho. En v¨ªsperas que se incremente el canon o tasa que pagan los telespectadores para sostener la televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica, la revelaci¨®n de que una de sus presentadoras estrella llev¨® a su programa a invitados que falseaban su personalidad ha creado un esc¨¢ndalo. Algunos sectores apuntan que si tambi¨¦n la BBC se suma a la ola de sensacionalismo, habr¨ªa que suprimir el canon.

Vanessa Feltz , una de las presentadoras mejor pagadas de la BBC -gana una suma equivalente a 480 millones de pesetas anuales- ha puesto a la televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica en un aprieto. Cuando John Birt, director general de la BBC, supo que actores en paro hab¨ªan fingido ante sus c¨¢maras mentirosos dramas conyugales, tuvo que convocar de inmediato a sus directores. Will Wyatt, responsable de BBC Television, y Matthew Bannister, jefe de BBC Production, han sido llamados a cap¨ªtulo por el mismo director general que debe revisar con el Gobierno las condiciones de funcionamiento de esta licencia televisiva.Todos los hogares nacionales est¨¢n obligados a pagar una cuota anual para recibir la se?al de la televisi¨®n p¨²blica, que pagan del mismo modo que la luz u otros servicios b¨¢sicos. La cuant¨ªa de esa cuota acaba de ser revisada: fijada hasta ahora en 97,50 libras (23.520 pesetas), subir¨¢ hasta 101 libras (24.240 pesetas) a partir del pr¨®ximo mes de abril. El aumento es importante no tanto por la diferencia en s¨ª, sino porque el canon de la BBC supera, por primera vez, la barrera psicol¨®gica de las 100 libras.

El canon no s¨®lo sirve para financiar una televisi¨®n p¨²blica obligada a prestar un servicio "serio y de calidad", seg¨²n su propio c¨®digo deontol¨®gico. Marca, en realidad, la distancia que deber¨ªa separarla de las cadenas comerciales. Sin embargo, las cuestiones relacionadas con la rivalidad entre empresas televisivas ha podido m¨¢s. La guerra de audiencias ha hecho que proliferen los programas de confesiones: en el Reino Unido ya pueden verse casi una veintena de ellos, sumando los que ofrecen las emisoras convencionales a los que se distribuyen por sat¨¦lite o cable. Para no quedarse atr¨¢s, la BBC ha incluido tertulias similares entre sus espacios, con desastrosas consecuencias.

El rotativo The Independent ha sido el primero en pedir la supresi¨®n de la cuota anual si la BBC abraza los m¨¦todos de las emisoras privadas. Sin permitir que se desvele su identidad para evitar problemas, varios de los periodistas m¨¢s solventes de la cadena p¨²blica han admitido ser los mayores perdedores. "Es imposible evitar de vez en cuando la emisi¨®n de un programa bochornoso. Basuras como la que dirige Vanessa son inadmisibles", reconoci¨® el domingo uno de ellos.

Azuzados por los productores para convocar invitados cada vez m¨¢s raros, los colaboradores de esos programas acaban recurriendo a las agencias de modelos y espect¨¢culos. "Con tanta presi¨®n se copian f¨®rmulas que no tienen cabida en el Reino Unido", afirma Betty Lowenthal, que ha sido asistente de producci¨®n de emisiones de inter¨¦s humano en Channel 4, London Weekend Television y la propia BBC.