El Valencia hace vulnerable al Bar?a

Cinco goles, un partidazo y adi¨®s a la racha azulgrana. El Bar?a no es infalible. Quiz¨¢ s¨®lo pod¨ªa hacerlo el Valencia, que cuaj¨® una partido muy completo. El contraataque rompi¨® la s¨®lida m¨¢quina barcelonista, que no perd¨ªa desde hac¨ªa dos meses y hab¨ªa encadenado 10 victorias. Van Gaal no enga?¨® cuando dijo que tem¨ªa m¨¢s al Valencia que al Madrid y que sent¨ªa pavor por la velocidad de Claudio L¨®pez. No le defraud¨®. El argentino meti¨® dos goles y Mendieta marc¨® el tercero con una sensacional volea que arranc¨® aplausos de la hinchada local. La rapidez del argentino bast¨® para desbaratar el buen juego azulgrana y superar los goles de Kluivert y Rivaldo. Nadie en el Camp Nou se quej¨®: el espect¨¢culo se impuso al resultado. Media eliminatoria pertenece ya a Mestalla. El Bar?a tendr¨¢ que sufrir y ganar por m¨¢s de dos goles si quiere aspirar a revalidar el doblete.Toda la pasi¨®n se concentr¨® en la segunda mitad. El Valencia esper¨® al Bar?a, y el juego se convirti¨® en un eterno debate t¨¢ctico que nadie al principio quebr¨®. El guion estaba cantado: el Bar?a tuvo el bal¨®n y se hart¨® de paciencia para romper la densa tela de ara?a tejida por Ranieri. Estuvo incansable en la elaboraci¨®n. El Valencia se movi¨® como una sombra al comp¨¢s del baile azulgrana. El bal¨®n iba de derecha a izquierda, con velocidad, con ritmo, con gracia. El Bar?a volvi¨® a entusiasmar entonces con un discurso f¨¢cil, fluido como el agua, que record¨® tanto a su arrancada ante el Madrid, pero esta vez no acab¨® en gol. El Valencia alz¨® una almena perfecta y el Bar?a intent¨® perforarla con pases interiores, con remates lejanos o a bal¨®n parado. Fue la ¨²nica forma de acercarse al gol: pero ni el lanzamiento de Guardiola, ni el de Luis Enrique, ni el de Figo -otra vez magistral ayer- llegaron a la red.

El Valencia, siempre defensor del juego directo, se dedic¨® a especular atr¨¢s, pero le cost¨® activar la delantera. Estuvo agazapado y tard¨® media hora en asustar a Hesp. Redujo el campo, ejerci¨® una enorme presi¨®n cargada de exhibici¨®n f¨ªsica y esper¨® el contragolpe. Quiz¨¢ en una sola acci¨®n qued¨® reflejado el estado de motivaci¨®n del Bar?a: fue Rivaldo, tras atravesar como un cohete todo el campo tras el saque de una falta, el que desbarat¨® una ocasi¨®n de Mendieta. El Valencia empez¨® a despertar y Farin¨®s lanz¨® el primer aviso, el primer remate peligroso casi al filo del descanso.

Apareci¨® entonces otro partido. Los goles acabaron por romper el debate de las libretas, los miedos y las precauciones. La noche revent¨®. Fue todo rapid¨ªsimo. Sergi centr¨® en picado y Kluivert, de tac¨®n, bati¨® a Ca?izares. El Bar?a parec¨ªa encarrilar la eliminatoria, pero Claudio L¨®pez congel¨® el Camp Nou en apenas 10 minutos. Primero aprovech¨® un despiste infantil de los azulgrana: Figo crey¨® haber sido objeto de falta, el equipo se paraliz¨®, Farin¨®s le rob¨® la cartera y le pas¨® el bal¨®n al Piojo L¨®pez, que bati¨® a Hesp. Otra exhibici¨®n poco despu¨¦s: el argentino se rif¨® a los dos hermanos De Boer -el bal¨®n pas¨® entre las piernas de Frank- y bati¨® a Hesp, muy fall¨®n anoche. La grada, reconciliada ya con el equipo, core¨® el nombre de Rivaldo para animarle a marcar un gol de falta. No se ve¨ªa un gol as¨ª desde hac¨ªa siglos. Y el brasile?o no fall¨®.

Pero entonces Ranieri se la jug¨®. Dio entrada a Ilie, que reaparec¨ªa tras un mes y medio lesionado, en lugar de Angloma. Van Gaal, fiel a s¨ª mismo, no toc¨® nada hasta el final. El Bar?a perdi¨® la paciencia, se qued¨® sin pegada delante y le ganaron la espalda en defensa. Desnudo. El Valencia encontr¨® su premio con un gol sensacional que provoc¨® la ovaci¨®n en el Camp Nou: el rumano lanz¨® un c¨®rner pasado y Mendieta empalm¨® de volea el bal¨®n a la red. El impacto se oy¨® desde muy lejos. Juanfran acab¨® expulsado y el partido se embarull¨® con la sustituci¨®n de L¨®pez. Van Gaal reforz¨® la delantera con ?scar y sustituy¨® a Abelardo. Demasiado tarde. Cocu pudo empatar, el p¨²blico discuti¨® cualquier acci¨®n del ¨¢rbitro y el partido se acab¨®.

Ni sombra de pa?uelos. Fue, al fin ya cabo, un partido copero por naturaleza, y este Bar?a gusta a su afici¨®n. Pero el mazazo fue frustrante tras su indiscutible y elogiada victoria ante el Madrid. Su consuelo es so?ar con la vuelta.