El Madrid renace en su vuelta al Pabell¨®n

El Madrid regres¨® a casa, a su remodelado pabell¨®n de la Ciudad Deportiva. Lo hizo en el ¨²ltimo partido de la segunda fase de la interminable Euroliga. Los de Luyk, ya clasificados para los octavos, se jugaban el quedar terceros o cuartos de su grupo. O sea, que se lo jugaban todo.Porque en caso de derrota, y siempre que el Ulker ganara su compromiso, el Madrid se cruzar¨ªa en octavos con el Zalghiris, uno de los cocos de la competici¨®n. No se produjo la debacle y el conjunto blanco se medir¨¢ al el Fenerbahce, un enemigo inferior que cuenta a su favor con el factor cancha, lo que trat¨¢ndose de un conjunto turco no invita precisamente al optimismo.

El Madrid ha vuelto a gustarse, a escaparse de una crisis que tuvo su m¨¢ximo reflejo en sus dos ¨²ltimas derrotas en la competici¨®n europea, que le han impedido ser segundo de grupo y le han dado billete para el infierno turco. El conjunto blanco no fracas¨® ayer en su vuelta a casa. Tuvo enfrente a un Zadar que no se jugaba nada, pero que demostr¨® ser un equipo croata en toda la extensi¨®n de la palabra.

Y ser croata, en esto del baloncesto, significa ser insolente en la manera de jugar. El Zadar es un conjunto repleto de francotiradores. Y todos se embriagaron anoche. En 35 ocasiones los croatas lanzaron desde m¨¢s all¨¢ del per¨ªmetro, una cifra exagerada por mucho acierto que se tenga.

De esa manera, triple va triple viene, consigui¨® el Zadar reducir la ventaja que enseguida adquiri¨® el Madrid (17-7, en el minuto5). Herreros acusaba su reciente enfermedad y la defensa de ajustes hac¨ªa agua. De poco serv¨ªa que Lasa acertara desde la lejan¨ªa. El Madrid ten¨ªa que ganar la batalla interior, all¨¢ donde el Zadar no es nadie. Y la gan¨®.

El descanso ense?¨® una igualdad ficticia (41-41), m¨¢s que nada porque el Zadar no ten¨ªa otro argumento que el lanzamiento lejano, como lo demuestra el que consiguiera m¨¢s triples (16) que canastas de dos (10). Aquello parec¨ªa un viaje a ninguna parte, como demostr¨® el Madrid en cuanto sus dos hombres interiores sacaron a la luz todas las carencias que bajo la canasta coleccionan sus rivales.

Lo dem¨¢s qued¨® en manos de Lasa, que manej¨® la segunda parte a su antojo, adem¨¢s de conseguir cinco triples. El Madrid sali¨®, as¨ª, airoso del regreso a su nuevo pabell¨®n, testigo de la mayor¨ªa de las gestas del equipo m¨¢s laureado del continente y que pronto ver¨¢ aparecer al Fenerbahce, el rival del Madrid en su carrera hacia la novena Copa de Europa.