Blair se plantea aplazar dos a?os la siembra de semillas transg¨¦nicas con fines comerciales

En una de las semanas m¨¢s turbulentas vividas por el Gobierno de Tony Blair, sus ministerios de Agricultura y Medioambiente se han visto obligados a admitir que la autorizaci¨®n de la siembra de cosechas transg¨¦nicas con fines comerciales puede tardar al menos dos a?os. Para los ciudadanos, los grupos ecologistas y la oposici¨®n se trata de la moratoria pedida a gritos en los ¨²ltimos d¨ªas. Si las empresas de biotecnolog¨ªa, que hab¨ªan negociado un periodo de pruebas de un a?o, no estuvieran de acuerdo, ser¨ªan forzadas a aceptarlo. Fiel a su tradici¨®n, la protesta de Greenpeace fue muy vistosa. Bloque¨® las gr¨²as del puerto de Liverpool para evitar la descarga de cereales gen¨¦ticamente tratados en Estados Unidos.

La tensi¨®n en el Ejecutivo ha sido de tal calibre que cinco ministros, los de Medio Ambiente, Sanidad, Agricultura, Seguridad Social y Transportes se han sentido obligados a dirigirse conjuntamente a todos los miembros de la C¨¢mara de los Comunes para garantizarles por escrito que "la prioridad del Gobierno es proteger la salud de los ciudadanos, pero no se les puede negar los beneficios de los alimentos transg¨¦nicos".La primera sugerencia de un cambio de rumbo, que el Gobierno niega formalmente con rotundidad, lleg¨® a ¨²ltima hora de la noche del mi¨¦rcoles. Michael Meacher, secretario de Estado de Medioambiente, apunt¨® por vez primera que estaba abierto a ampliar los ensayos sobre el terreno con semillas transg¨¦nicas. Hasta ahora, las ¨²nicas explotaciones autorizadas en el Reino Unido son las que tienen fines experimentales, no comerciales.

Durante la ma?ana de ayer, el secretario de Estado de Agricultura, Jeff Rooker, confirm¨® que la autorizaci¨®n para sembrar transg¨¦nicos a escala comercial "no llegar¨¢ mientras persistan las dudas acerca de los da?os que puedan causar al entorno".

El grupo Amigos de la Tierra salud¨® de inmediato el "cambio de rumbo" del Gobierno. "Es una moratoria algo escasa. Hubi¨¦ramos preferido tres a?os como m¨ªnimo, pero es la ruta adecuada", dijeron los ecologistas por la ma?ana.

Poco despu¨¦s, el l¨ªder laborista, Tony Blair, recib¨ªa una visita inesperada. Una docena de activistas medioambientales depositaron en la entrada de su residencia oficial, el n¨²mero 10 de Downing Street, cuatro toneladas de granos de soja transg¨¦nica. "Traemos esto a uno de los pocos hogares patrios donde quieren comerlo", anunciaron a los polic¨ªas que custodian el edificio.

A continuaci¨®n plantaron un singular poste en pleno pavimento. En la pancarta que lo adornaba pod¨ªa leerse: "Tony, vu¨¦lvete org¨¢nico". En el suelo dejaron una cesta de verduras libres de pesticidas, una vuelta a los or¨ªgenes cada vez m¨¢s popular. Todos fueron detenidos por los agentes. As¨ª mismo, en la intervenci¨®n ecologista en el puerto de Liverpool fueron detenidas 10 personas.

Para la oposici¨®n conservadora, que s¨ª habla de moratoria, la nueva postura del Gobierno representa una victoria. Aunque la entrada en el Reino Unido de semillas transg¨¦nicas comenz¨® mientras los torys ostentaban el poder, estos se han convertido ahora en uno de los principales defensores de la cautela. Tanto su l¨ªder, William Hague, como el portavoz de Comercio e Industria, John Redwood, han admitido que el rechazo ciudadano en el pa¨ªs era mayoritario. "Con la crisis de las vacas locas aprendimos la lecci¨®n. Hacerse el sordo se paga muy caro", ha reconocido Hague.

Sus declaraciones no pudieron ser m¨¢s oportunas. Despu¨¦s de asegurar que hab¨ªa habido "un peque?o retraso" en su publicaci¨®n, ayer apareci¨® por fin el informe del Ministerio de Medioambiente sobre los efectos de las cosechas transg¨¦nicas en el entorno.

Uno de los t¨¦rminos m¨¢s llamativos acu?ado por los ecologistas tras su lectura hace referencia a un nuevo paisaje, el del "campo asfaltado". Se trata de un vasto terreno repleto de cosechas transg¨¦nicas capaces de soportar los pesticidas y herbicidas m¨¢s poderosos. A su alrededor, sin embargo, no habr¨ªa nada m¨¢s. P¨¢jaros, insectos y hasta la m¨¢s humilde mala hierba habr¨ªa desaparecido v¨ªctima de unos productos qu¨ªmicos que pueden acabar con todo, excepto con la cosecha misma.

El propio rotativo The Times aire¨® ayer otro estudio confidencial, esta vez realizado en Estados Unidos. La soja transg¨¦nica es sembrada all¨ª para su venta desde hace cuatro a?os. "M¨¢s del 95% de las hierbas que alimentan a las aves propias de los campos de labranza podr¨ªan ser erradicadas por esta nueva tecnolog¨ªa, que permite el abuso de los herbicidas", se?ala.

En el Reino Unido, donde el terreno sembrado se confunde casi con el habitable, los agricultores acaban ahora con m¨¢s del 60% de la mala hierba usando herbicidas menos fuertes.

Empresas como Monsanto, que comercializa los suyos, adem¨¢s de las nuevas semillas, asegura que se rociar¨¢ en menor cantidad a medida que aumente su eficacia. Una aut¨¦ntica pesadilla para los ecologistas. Especies como la alondra han desaparecido casi por culpa de los herbicidas tradicionales. Con las cosechas transg¨¦nicas sufrir¨¢n, seg¨²n ellos, entre otros, la perdiz, el tordo y hasta algunos murci¨¦lagos.