Euskadi

Conoc¨ª a Carlos Garaicoetxea en 1980, durante la primera campa?a electoral al Parlamento Vasco, despu¨¦s de aprobado el Estatuto de Guernika. Se presentaba Garaicoetxea como candidato a lehendakari por el PNV. Algunos pol¨ªticos nacionalistas fuimos invitados por el PNV a participar en la campa?a. Recuerdo que fue en Vitoria, en un acto multitudinario celebrado bajo el lema "Fiesta de los pueblos", donde los nacionalistas invitados tuvimos ocasi¨®n de participar. Acud¨ª como nacionalista del Pa¨ªs Valenciano junto a otros de las diversas nacionalidades del Estado: Galicia, Catalunya..., Illes Balears, si no recuerdo mal. Fue entonces cuando pude apreciar la talla pol¨ªtica de Garaicoetxea que tuve ocasi¨®n de corroborar en posterior visita a Ajuria Enea, siendo ya lehendakari. Carlos Garaicoetxea es un pol¨ªtico nacionalista vasco que, en sus declaraciones, siempre se ha mostrado respetuoso con las opiniones no coincidentes con la suya pero firme y sin ambig¨¹edades al exponer su pensamiento nacionalista. En los medios radiof¨®nicos espa?oles m¨¢s recalcitrantes, impenitentes y tercos en defender su antinacionalismo -quiero decir, en defender su nacionalismo espa?ol- Garaicoetxea siempre ha sido respetado -salvo excepciones de algunos viscerales- por su serenidad, por su no ambig¨¹edad, por la claridad con que defiende sus ideas nacionalistas cuando le entrevistan. Es el caso que en este contencioso entre el nacionalismo vasco que representan Garaicoetxea, ahora l¨ªder de EA, junto a Arzallus (PNV) y Otegui (EH) frente al nacionalismo espa?ol que representa, con toda propiedad y poder¨ªo, el presidente Aznar, l¨ªder indiscutible e indiscutido del PP, acerca del proceso de paz en Euskadi; Carlos Garaicoetxea intervino en el Parlamento Vasco denunciando que aquello que pone en riesgo ese proceso hacia la paz es "el inmovilismo del que m¨¢s puede hacer por ello con un impulso a la pol¨ªtica penitenciaria o al proceso mismo". Refiri¨¦ndose al presidente Aznar y a su gobierno. Esta intervenci¨®n de Garaicoetxea en el Parlamento Vasco tuvo lugar con motivo del debate sobre una declaraci¨®n institucional tendente a facilitar el proceso de pacificaci¨®n en Euskadi. Declaraci¨®n que fue aprobada con los votos nacionalistas de EA, PNV y EH. En el mes de septiembre pasado, ETA anunci¨® una tregua indefinida que fue recibida con esperanza e incluso yo dir¨ªa con cierta euforia, por todas las fuerzas pol¨ªticas, sociales y c¨ªvicas, tanto vascas como espa?olas. Se ped¨ªa, se esperaba, entonces, que anunciada la tregua, el gobierno espa?ol que preside el se?or Aznar accediese a dar ese "impulso a la pol¨ªtica penitenciaria" de que habla Garaicoetxea y que, en principio, no significaba otra cosa que el acercamiento de los presos a Euskadi. Era una petici¨®n del nacionalismo vasco que ven¨ªa de lejos. El presidente Aznar dio la callada por respuesta. ?Qu¨¦ hubiese sucedido en el caso de atender esta petici¨®n, como respuesta a la anunciada tregua indefinida? Posiblemente, y en mi modesta opini¨®n, se habr¨ªa podido abrir un puente de di¨¢logo al situar, el siguiente a paso a dar, en manos de ETA. Y una pregunta: ?de haberse dado este paso por el gobierno Aznar, habr¨ªa surgido el llamado "terrorismo de baja intensidad"? El Parlamento Vasco, como dec¨ªa anteriormente, ha aprobado una declaraci¨®n institucional sobre la situaci¨®n en Euskadi. ?Se va a tomar en consideraci¨®n este documento o se va a descalificar, sin m¨¢s, como se hizo con el que, en su momento, ofreci¨® el lehendakari Ardanza? Siempre se hab¨ªa dicho que las ideas, en un pa¨ªs democr¨¢tico, se defienden con la palabra y no con las armas. De momento, estamos en ello. O a m¨ª me lo parece. ETA ha ofrecido una tregua. Euskal Erritarrok, que representa el mundo de Herri Batasuna, el apoyo social de ETA, ha entrado por los caminos del di¨¢logo, de "la palabra". Y de la negociaci¨®n. Se podr¨¢ estar de acuerdo o no con sus postulados. Pero lo cierto es que han callado las armas y han sido sustituidas por "las palabras". Que el camino hacia la paz va a ser largo y dif¨ªcil nadie lo duda. Lo que no se puede hacer, en este caso, es el papel de Don Tancredo esperando que vaya cayendo la "lluvia fina" y lo solucione todo. En fin... Porque tomar el problema de Euskadi como moneda de cambio para ganar votos fuera del Pa¨ªs Vasco, no queriendo dar pasos comprometidos -porque necesariamente han de ser comprometidos- para, as¨ª, engordar la bolsa electoral en Espa?a, puede resultar suicida. Pero tal parece, por lo que se est¨¢ viendo, que esta podr¨ªa ser la cuenta que se han hecho el PP y el PSOE. Ellos sabr¨¢n.fburguera@inves.es

Francesc de P. Burguera es periodista.