Operaci¨®n Safari
Ocalan fue localizado una semana antes de su detenci¨®n gracias a la se?al emitida por su tel¨¦fono m¨®vil
ENVIADO ESPECIALCon pasos medidos por el sigilo, los servicios secretos turcos (MIT) acosaron por toda Europa a su pieza m¨¢s buscada hasta darle caza en el coraz¨®n de ?frica. Desde que hace cuatro meses se vio forzado a abandonar su inexpugnable guarida en Siria, Abdal¨¢ Ocalan, Apo, sab¨ªa que sus perseguidores no iban a reparar en medios para atraparle. Desde recurrir a sus aliados de la CIA o el Mosad, a incluso contratar los servicios de la mafia rusa a su paso por Mosc¨². El jefe de la guerrilla kurda iba camino de convertirse, de repente y a los 50 a?os, en el mayor experto en fugas del continente.
De la mano de "c¨®mplices" tan variados como el espionaje griego, que le busc¨® refugio en Nairobi, o el parlamentario comunista italiano que le ayud¨® a mantenerse a salvo durante dos meses en Roma, no tuvo tiempo de aprender bien el oficio Hablaba demasiado. Esto es lo que parece desprenderse de las innumerables versiones de su detenci¨®n aireadas estos d¨ªas por los peri¨®dicos turcos, la llamada Operaci¨®n Safari.
El viernes de la semana pasada ya circul¨® el rumor en Ankara: "Apo est¨¢ a punto de caer". Eso fue despu¨¦s de que el gabinete de prensa del primer ministro, Bulent Ecevit, insinuara que era inminente el anuncio de "una feliz noticia para Turqu¨ªa". Pero los comandos especiales tigre del MIT a¨²n no hab¨ªan urdido su estratagema en Nairobi, donde el jefe de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK) fue localizado apenas una semana antes. Sus constantes conversaciones a trav¨¦s de un tel¨¦fono m¨®vil fueron captadas por los esc¨¢neres de servicios de espionaje -no por los de Turqu¨ªa, seguramente-, que barren el ¨¦ter en todo el orbe.
Ocalan estuvo a punto de huir de nuevo, seg¨²n reconoci¨® despu¨¦s un alto responsable de la seguridad turca, como ya hab¨ªa ocurrido antes en Mosc¨², Roma, Minsk, Atenas, la isla de Corf¨², San Petersburgo o en el espacio a¨¦reo holand¨¦s entre otros hitos de su escapada Pero se meti¨® en la ratonera de Kenia: donde el despliegue de agentes secretos norteamericanos es m¨¢s que evidente desde el mort¨ªfero atentado que destruy¨® la Embajada de Estados Unidos el pasado 7 de agosto. Otras fuentes period¨ªsticas turcas creen que los servicios israel¨ªes y brit¨¢nicos tambi¨¦n confirmaron la presencia de Ocalan en suelo keniano. Al final , los turcos sab¨ªan desde el pasado d¨ªa 4 donde estaba oculta su presa.
El pasado lunes, un funcionario se atrevi¨® a interrumpir la entrevista que Ecevit manten¨ªa en su despacho de Ankara con el viceprimer ministro iraqu¨ª, Tariq Aziz, y entreg¨® una nota al jefe del Gobierno turco, quien invent¨® una excusa y abandon¨® inmediatamente la sala. Estaba hecho: Ocalan volaba amordazado rumbo a Turqu¨ªa. Los comandos de ¨¦lite enviados a Kenia hab¨ªan seguido la misma t¨¢ctica empleada para la captura de Semdin Sakik, el comandante guerrillero del PKK m¨¢s famoso por su apodo de sin dedos: se dice que en una ocasi¨®n mostr¨® tanto aplomo ante sus hombres al manejar una granada de mano que se olvid¨® de lanzarla a tiempo. Sakik, te¨®rico numero dos del PKK hab¨ªa sido atrapado por el MIT el pasado verano en el norte de Irak y trasladado hasta Diyarbakir, en el sureste de Turqu¨ªa.
Desde el mismo viernes, d¨ªa 12, un avi¨®n Falcon 900 de largo alcance, capaz de volar de Turqu¨ªa hasta Kenia sin escalas, se hallaba en el aeropuerto de Nairobi con un equipo a bordo -media docena de hombres, incluidos agentes de ¨¦lite, el piloto y un m¨¦dico- dispuesto a actuar. El aparato hab¨ªa sido ofrecido a las autoridades de Ankara por el empresario de la industria textil Cavit Caglar.
En un primer momento, fueron las autoridades kenianas quienes tiraron de la manta tejida por los griegos antes de hacerse p¨²blica la detenci¨®n de Ocalan. As¨ª, sus servicios de seguridad sab¨ªan que Apo hab¨ªa llegado al aeropuerto Yomo Keniata de Nairobi el pasado d¨ªa 2 a bordo de un reactor privado, y que la Embajada de Grecia hab¨ªa solicitado que sus ocupantes desembarcasen por el canal diplom¨¢tico, esto es, sin identificarse, y acompa?ados por el embajador George Costorias. Pero a los polic¨ªas africanos no les cuadraban los nombres de las personas que se dirigieron al recinto diplom¨¢tico heleno con los facilitados por la Embajada en una nota verbal.
Para los griegos, el propio Ocalan fue culpable de su captura. La tesis de Atenas es que el l¨ªder del PKK s¨®lo creaba problemas a los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y hab¨ªa que ofrecerle ayuda para acabar con el conflicto diplom¨¢tico. La ca¨ªda en desgracia de tres ministros griegos y la investigaci¨®n ordenada por el primer ministro, Costas Simitis, parecen demostrar que en el Gobierno de Atenas no todos pensaban lo mismo. Seg¨²n la versi¨®n griega, Ocalan perdi¨® la paciencia y empez¨® a barajar de nuevo la idea de presentarse por sorpresa ante el Tribunal Internacional de La Haya con el fin de exponer ante el mundo las injusticias que a su juicio sufren los m¨¢s de 25 millones de kurdos, el mayor pueblo sin Estado de todo el planeta.
El jefe del PKK ya lo hab¨ªa intentado el pasado d¨ªa 1, cuando las autoridades holandesas impidieron que su avi¨®n tomara tierra en el aeropuerto de Rotterdam. No est¨¢ claro si su vuelo parti¨® desde Minsk, la capital de Bielorrusia, o desde la propia Atenas. Pero casi todas las versiones coinciden en se?alar que regres¨® hasta la isla griega de Corf¨² para repostar combustible antes de seguir ruta hacia Kenia.
Al hilo de las declaraciones del dimisionario ministro griego de Exteriores, Teodoros Pangalos, parece claro que Ocalan actuaba en su refugio keniano como un hombre acostumbrado a dar ¨®rdenes, y no a recibirlas. "No nos hizo caso cuando le dijimos que no deb¨ªa dirigirse a Holanda y que era mejor esperar en Kenia para encontrar una soluci¨®n". Con Apo viajaron hasta Nairobi cuatro acompa?antes con pasaportes de pa¨ªses europeos. Uno de ellos protagoniz¨® un confuso incidente al disparar su arma en el recinto diplom¨¢tico griego. Seg¨²n una informaci¨®n aparecida en la p¨¢gina Web del diario pro kurdo Ozgur Politika, los escoltas o acompa?antes de Ocalan no fueron autorizados a dejar la Embajada griega cuando su jefe decidi¨® salir hacia un incierto destino en Europa.
De lo que no cabe ninguna duda es de que el l¨ªder kurdo fue trasladado hasta Turqu¨ªa por agentes especiales del MIT. Se sabe incluso que intentaron aterrizar en secreto a primera hora de la madrugada del d¨ªa 16 en una base de las Fuerzas A¨¦reas, pero, a causa del mal tiempo, el Falcon 900 tuvo que dirigirse hacia el sector militar del aeropuerto internacional Kemal Ataturk de Estambul, antes de poder llegar a su destino final en una zona costera pr¨®xima a la isla de Imrali, adonde Ocalan fue conducido en un buque de guerra.
Pero la prensa de Turqu¨ªa sigue a¨²n sin despejar demasiadas inc¨®gnitas: ?su captura fue una acci¨®n aislada de los turcos, como insisten en proclamar sus gobernantes? ?le entregaron los griegos, sorprendidos in fraganti en sus maquinaciones diplom¨¢ticas? ?le traicionaron los kenianos al abrirle una puerta falsa para su huida? ?alg¨²n servicio secreto con mayor pedigr¨ª que los mencionados movi¨® desde la sombra los hilos de su detenci¨®n?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.