El Banco de Espa?a desconf¨ªa del modelo de una sola caja por comunidad
El Banco de Espa?a no ve claro que el proceso de reordenaci¨®n del sector de cajas de ahorro deba culminar con una sola entidad por comunidad aut¨®noma. Este esquema, que ha vuelto a tomar cuerpo tras el anuncio de la Junta de Andaluc¨ªa de que va a impulsar la fusi¨®n de las seis cajas de la regi¨®n, presenta, en opini¨®n del Banco de Espa?a, el riesgo de que los criterios pol¨ªticos entorpezcan los puramente profesionales a la hora de gestionar estas entidades.
Las cajas representan algo m¨¢s del 50% del sistema financiero espa?ol. El proyecto de una caja de ahorros ¨²nica en Andaluc¨ªa que impulsa el presidente de la Junta de esa comunidad, el socialista Manuel Chaves, ha devuelto al primer plano el debate sobre c¨®mo ha de producirse la inevitable reordenaci¨®n del sector.Uno de los aspectos centrales de la discusi¨®n es precisamente la conveniencia de que se llegue a un modelo de una caja por comunidad y, en ese supuesto, el papel que debe desempe?ar el poder pol¨ªtico en esas entidades.
Los profesionales ven en este esquema el peligro de que la pol¨ªtica predomine en la gesti¨®n de las cajas, lo cual, al menos en su opini¨®n, puede llegar a provocar problemas en la competitividad.
Un temor que comparte el Banco de Espa?a, seg¨²n fuentes del organismo. Esta postura no es nueva. Ha sido expresada en p¨²blico en varias ocasiones, por ejemplo, el pasado 22 de abril en unas jornadas en las que se analizaba el futuro del sector, organizadas por el Instituto de Fomento Empresarial y la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros (CECA).
El subgobernador del Banco de Espa?a, Miguel Mart¨ªn, advirti¨®: "Las cajas necesitan ¨®rganos de gobierno aut¨®nomos, independientes y due?os de sus decisiones". Y recalc¨® la necesidad de gestores profesionales, lo cual debe estar en plena concordancia con la presencia de representantes pol¨ªticos (comunidades aut¨®nomas, diputaciones y ayuntamientos) que sanciona la ley.
El temor de los profesionales y del Banco de Espa?a es que el poder pol¨ªtico induzca a que las cajas adopten decisiones en las que la rentabilidad no sea el objetivo prioritario. Una reticencia que se multiplica en el caso de una sola caja por comunidad aut¨®noma.
Hace escasos d¨ªas, el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, hac¨ªa una reflexi¨®n al respecto. Las peticiones de car¨¢cter pol¨ªtico -l¨®gicas, dado el car¨¢cter y el origen de las cajas- deben hacerse "despu¨¦s de impuestos", una vez resuelto el ejercicio con criterios estrictamente econ¨®micos.
Los partidos de la unificaci¨®n insisten en que la ecuaci¨®n pol¨ªtica igual a mala gesti¨®n o despilfarro es injusta. Fuentes del PP y del PSOE recalcan que los principales interesados en que las cajas funcionen son los gobiernos de las comunidades aut¨®nomas.
Negociaci¨®n PP-PSOE
Este aspecto estaba recogido en los documentos que se intercambiaron ambas formaciones a principios del a?o, en lo que represent¨® el primer amago de negociaci¨®n sobre c¨®mo abordar la reforma del sector. Esas negociaciones, en punto muerto al menos hasta que se celebren las elecciones locales y auton¨®micas del pr¨®ximo junio, se concibieron como un intento de armonizar lo m¨¢s posible las diversas legislaciones que sobre cajas empezaban a proliferar en diversas comunidades. La valenciana, Castilla-La Mancha, Castilla y Le¨®n o Catalu?a aprobaron normas pol¨¦micas, porque ten¨ªan un marcado car¨¢cter intervencionista.
En los documentos cruzados entre socialistas y populares se recoge casi calcada la idea de que es necesaria la concentraci¨®n de entidades. El PP llega a defender que el modelo ideal es de una o dos entidades por comunidad.
El PSOE sostiene que "el cumplimiento de objetivos de eficiencia, rentabilidad y solvencia se ha revelado compatible con otras finalidades [...] de naturaleza territorial y social", para lo que no ha sido ¨®bice la actual configuraci¨®n jur¨ªdico-institucional de las cajas.
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