Oliva recupera la memoria del Palau Comtal en una exposici¨®n con motivo de su 550 aniversario

Recuperar la memoria del Palau Comtal de Oliva por medio de los pocos vestigios y restos arquitect¨®nicos que se conservan sobre este edificio, declarado Monumento Nacional en 1920 y convertido en ruina 12 a?os despu¨¦s. ?ste es el objetivo de la exposici¨®n que ayer inauguraron el consejero de Cultura, Manuel Taranc¨®n, la directora general de Promoci¨®n Cultural, Consuelo Ciscar, y el alcalde de Oliva, Enrique Orqu¨ªn, en la cripta de la iglesia olivense de Santa Mar¨ªa. El acto cont¨® con la presencia de Priscilla E. Muller, conservadora del Museo Hispanic Society of America de Nueva York, que guarda algunas de las piezas que fueron expoliadas del palacio, y Joan Gavara, historiador especialista.

La muestra, que permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 30 de abril, conforma el acto central del programa de actividades conmemorativas del 550 aniversario del nombramiento de Francesc Gilabert y Centelles, conde de Oliva, y de la construcci¨®n del Palacio condal en 1449. Esta exposici¨®n ha contado asimismo con la colaboraci¨®n de la Associaci¨® Cultural Centelles i Riu-Sech de Oliva y el programa europeo Civitats. Desde ayer una recopilaci¨®n de documentaci¨®n hist¨®rica y las piezas que se han podido conservar permiten rememorar el esplendor del Palacio, que fue un exponente de la arquitectura del g¨®tico tard¨ªo y del renacimiento espa?ol. El Palau Comtal perteneci¨® a los Centelles, una familia de la aristocracia valenciana que adquiri¨® los se?or¨ªos de Nules y Oliva y asent¨® su poder econ¨®mico en el siglo XV. Los Centelles fueron rivales de la familia de los Borja de Gandia hasta que ambas casas se unieron por un matrimonio en el siglo XVI. A finales del siglo XIX el edificio fue vendido y se inici¨® su declive. Como en tantos otros monumentos, el abandono fue seguido del expolio. Subasteros y anticuarios pronto se interesaron por sus restos. Entre ellos el arquitecto dan¨¦s Egil Fischer, tambi¨¦n comerciante de antig¨¹edades espa?olas, que descubri¨® su existencia en 1917. Fischer compr¨® secciones del palacio a propietarios particulares y extrajo de su lugar original algunas de las pocas piezas que se manten¨ªan intactas, como un friso triunfal, de estilo renacentista italiano, t¨ªmpanos con esculturas y ornamentos de puertas y ventanas. Pretendi¨® incluso desmantelar el edificio piedra a piedra y reconstruirlo en Copenhague (Dinamarca) para albergar un museo espa?ol. La Hispanic Society de Nueva York conserva los cuadernos de notas de Fischer y de uno de sus disc¨ªpulos, Vilhelm Lauritzen, as¨ª como grabados, 110 l¨¢minas en planos y detalles recogidos desde 1918 a 1920, que el museo adquiri¨® en una subasta en 1980. Todo este material ha sido cedido para la muestra, as¨ª como algunos restos del techo y la cornisa y autorrelieves del Sal¨®n de Armas con motivos de caza y temas mitol¨®gicos. Tambi¨¦n pueden contemplarse piezas originales de coleccionistas de La Safor, azulejos de Manises del siglo XV y una reproducci¨®n en maqueta del monumento. Nules ha prestado algunas piezas sepulcrales y el Ayuntamiento de Oliva ha cedido cuatro columnas de la galer¨ªa del Palacio, as¨ª como cer¨¢mica del suelo y el guerrero de la Sala de Armas.