Aumenta la presi¨®n sobre Blair por el informe del racismo policial

Los esfuerzos del Gobierno laborista de Tony Blair para frenar la furiosa ola de cr¨ªticas a su indisimulada defensa de pr¨¢cticas racistas en la polic¨ªa de Londres ser¨¢n puestos hoy a prueba con la publicaci¨®n oficial de un informe que pone en seria duda la imparcialidad y benevolencia de Scotland Yard y de los tribunales brit¨¢nicos a la hora de analizar y juzgar la conducta de los bobbies en el caso de Stephen Lawrence. Lawrence, de 18 a?os y descendiente de jamaicanos, fue acuchillado en 1993 por un grupo de blancos, que no han sido condenados por la supuesta inexistencia de pruebas de un crimen a todas luces perpetrado con alevos¨ªa y premeditaci¨®n.Jack Straw, el ministro del Interior y mano derecha de Blair, intent¨® en vano suprimir los extractos del informe, preparado por sir William McPherson, que se?alaban actitudes racistas e ineptitud de la polic¨ªa en los casos que afectan a ciudadanos no blancos. La actitud del ministro fue condenada desde casi todos los sectores del espectro pol¨ªtico brit¨¢nico con un inusitado ardor, que conjuga el descontento tanto de la oposici¨®n conservadora como de los laboristas de izquierda. La prensa brit¨¢nica volvi¨® ayer a pedir explicaciones al Gobierno acerca de las excusas que se invent¨® Straw para tratar de evitar la publicaci¨®n anticipada del informe sobre las verdaderas ra¨ªces del asesinato de Lawrence.

Sir Paul Condon, el jefe de la polic¨ªa metropolitana de Londres, ha admitido que existen ciertos elementos de verdad en las acusaciones de racismo que afectan al cuerpo, pero ha anticipado que no piensa dimitir. La presi¨®n para que lo haga va en aumento, ya que organizaciones defensoras de los derechos civiles han iniciado una cruzada para reformar el sistema policial. Condon ha propuesto la creaci¨®n de brigadas de polic¨ªas de civil, cuya misi¨®n ser¨ªa la de controlar si verdaderamente existen agentes del orden hostiles a las diversas minor¨ªas ¨¦tnicas.

Hoy se conocer¨¢ el informe y, posiblemente, el plan del Gobierno para eliminar la generalizada impresi¨®n de que los polic¨ªas de Londres ven a los no blancos con sospecha injustificada y, por tanto, proceden con el m¨¢ximo rigor que les otorga el uniforme.