La espa?ola secuestrada en Colombia sigue deseando al ni?o que fue a adoptar
"?Por qu¨¦ ten¨ªa que quedarse all¨¢ mi esposo? ?Qu¨¦ pretenden? ?Por qu¨¦ nosotros?". Fueron las preguntas que atormentaron a Pilar Rojo durante las tres horas que camin¨® hacia la libertad por un sendero tan estrecho que todo el tiempo temi¨® que un mal paso la hiciera rodar cuesta abajo. Fue el lunes en la ma?ana. En manos de los secuestradores hab¨ªa dejado -entre abrazos y l¨¢grimas- a Santiago, su esposo, y a su amiga Olga. "No me voy sin ¨¦l", insisti¨® Pilar. "Imposible. Pronto sabr¨¢ de ellos", le contestaron los hombres, todos j¨®venes y vestidos de militar, que los hab¨ªan secuestrado el domingo en la carretera que une Medell¨ªn con Sons¨®n.A¨²n ayer, ya en Bogot¨¢ y bajo la protecci¨®n de la Embajada espa?ola, Pilar no dejaba de atormentarse: "Me gustar¨ªa entender", dice mientras, nerviosa, le da vueltas a la pulsera que lleva en la mano izquierda. El lunes por la noche, hora colombiana, habl¨® con la prensa, despejando las dudas y aclarando informaciones erradas. Cuenta que viajaron a Sons¨®n a conocer a la familia de sus amigos colombianos. Jam¨¢s se le cruz¨® por la mente la idea de un secuestro. Por eso no entendi¨® lo que estaba pasando cuando vio varios coches detenidos en plena carretera, ni entendi¨® tampoco por qu¨¦ los desviaron por un mal camino. Supo que algo grave ocurr¨ªa cuando vio a Javier, su amigo y esposo de Olga, con l¨¢grimas en los ojos. Y llegaron las preguntas: "?Qu¨¦ hacen aqu¨ª? ?Cu¨¢nto ganan?". "No cre¨ªan que vini¨¦ramos a adoptar un ni?o. Ellos tienen el concepto de que todo extranjero est¨¢ forrado de dinero", explica.
El diario colombiano El Tiempo, en su edici¨®n de ayer, daba por seguro que por el rescate de Santiago Caba?as se piden unos 300 millones de pesetas. Pilar afirma que no ha recibido ninguna comunicaci¨®n, ninguna exigencia. "Si es verdad, se equivocaron con nosotros; para pagar ese dinero tendr¨ªamos que trabajar tres vidas". Pilar teme que su marido, que tiene problemas con los ri?ones y sufri¨® poliomelitis de ni?o, enferme con tanta humedad y las duras caminatas.
Y deja claro que "ellos", como llama a esos hombres que no se identificaron pero que pertenecen a la guerrilla seg¨²n las autoridades colombianas, los trataron bien. A pesar de todo, Pilar sigue so?ando con el peque?o de tres a?os "morenito y de ojos p¨ªcaros", el ni?o que les asignaron ya en adopci¨®n y que "estar¨¢ en Bienestar Familiar hasta que salga Santiago". Pilar piensa volver a Colombia "para que el ni?o conozca sus ra¨ªces".
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