Rambo en Cadaqu¨¦s
Luc¨ªa un esplendoroso sol de invierno en Cadaqu¨¦s. El de ayer era uno de esos d¨ªas en los que todo parece estar en su sitio. ?Todo? No. En el centro de la bah¨ªa apareci¨® a primera hora del d¨ªa un barco de guerra -?una patrullera?, ?una fragata?, hab¨ªa versiones para todos los gustos- que desentonaba con el paisaje de barcas de pesca, rocas, calas, turistas y mar. Los clientes del Mar¨ªtim los observaban intrigados. Del barco surgieron hacia el mediod¨ªa un par de zodiacs con una docena de soldados del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) que se entretuvieron persigui¨¦ndose por la bah¨ªa. Corr¨ªan, giraban bruscamente, se acercaban a las rocas, se paraban... Parec¨ªa una exhibici¨®n festiva, hasta que las barcas enfocaron la playa del Mar¨ªtim. En el primer intento s¨®lo se acercaron, pero viraron en redondo a pocos metros de la playa. "Ja estan fent el merda!", coment¨® un cliente. El segundo intento fue distinto. Las zodiacs se aproximaron por los flancos del Mar¨ªtim -lleno de turistas-, aparcaron sobre las piedras y, como en Salvar al soldado Ryan o en Rambo, los comandos desembarcaron en Cadaqu¨¦s como si fuera el D¨ªa D en Normand¨ªa. La actitud era amenazante -ametralladora en ristre y trajes de camuflaje-, por lo que no tardaron en levantarse protestas. "Son unas maniobras", grit¨® un cabo. Pero en vez de calmar los ¨¢nimos, los exalt¨®. Cuando alguien se fue hasta los soldados para pedirles que maniobraran en una playa menos concurrida, uno grit¨®: "?Cuando nos invadan los moros, veremos qui¨¦n os defender¨¢!". La reacci¨®n de los clientes del Mar¨ªtim fue inmediata; gritos de "fuera", "fascistas", "racistas". Una voz que se oy¨® por encima de las dem¨¢s: "Los moros son amigos m¨ªos; sois vosotros los que me dais miedo". PASA A LA P?GINA 10
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