Casi la mitad de los j¨®venes llamados a filas no llega a incorporarse nunca al cuartel
Vender pol¨ªticamente la abolici¨®n del servicio militar obligatorio y convencer a decenas de miles de j¨®venes de que, hasta su desaparici¨®n, precisamente ellos deben cumplirlo se revela como una tarea cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Casi la mitad de los reclutas de los ¨²ltimos llamamientos del a?o pasado no se incorporaron a filas. Muchos se declararon objetores, otros alegaron causas sobrevenidas, y un n¨²mero creciente pas¨® lisa y llanamente de la mili. El Ministerio de Defensa quiere que la Guardia Civil vaya a sus domicilios y les recuerde sus obligaciones militares.
A medida que se acerca la fecha prevista para el final del servicio militar, el 31 de diciembre del a?o 2002 como muy tarde, la fuga de los potenciales reclutas va en aumento. Si habitualmente no llegaba al 20% el porcentaje de los mozos sorteados cada noviembre que luego no se incorporaba a filas, en 1998 super¨® el 30%. Y se dispar¨® hasta rondar el 50% en los ¨²ltimos llamamientos del a?o.El problema no se plantea de modo homog¨¦neo en las Fuerzas Armadas. Es especialmente grave en el Ej¨¦rcito de Tierra. Y en algunas unidades, como las desplegadas en el Pa¨ªs Vasco. La falta de efectivos obliga a sobrecargar de guardias a los soldados presentes, sean de reemplazo o profesionales, lo que no contribuye precisamente a estimular a estos ¨²ltimos.
"En realidad, lo sorprendente es que todav¨ªa haya j¨®venes que acudan a cumplir con sus obligaciones militares", reconoce un mando del Ej¨¦rcito; "habr¨ªa que felicitarles, pues en la pr¨¢ctica el servicio militar tiene ya car¨¢cter voluntario".
Confiando quiz¨¢ en el aparente exceso de reclutas -s¨®lo uno de cada seis j¨®venes obligados a cumplir la mili es necesario para cubrir las necesidades de los ej¨¦rcitos durante el periodo de transici¨®n-, se han adoptado unas medidas que facilitan la exenci¨®n: la reinstauraci¨®n del excedente de cupo, la suavizaci¨®n del cuadro m¨¦dico, la reducci¨®n a nueve meses de la prestaci¨®n social sustitutoria, la eliminaci¨®n de las penas de c¨¢rcel para los insumisos, el pase directo a la reserva de quienes logren alargar su pr¨®rroga hasta el final del proceso de profesionalizaci¨®n o la reforma, actualmente en tr¨¢mite en el Congreso, para que tener un contrato sea causa de aplazamiento.
Aumento de la objeci¨®n
Por el contrario, no se ha adoptado ni una sola medida para incentivar a los j¨®venes que deben incorporarse a las Fuerzas Armadas hasta que haya profesionales suficientes para prescindir de los reclutas forzosos. "Por mucha agua que se guarde en un cubo, no hay agujero peque?o", afirma el mismo mando, volviendo sobre el aparente exceso de reclutas; "o se tapa el agujero o el cubo acaba vac¨ªo".
El aumento de la objeci¨®n de conciencia es la primera causa de que los mozos que entran en el sorteo de la mili no se correspondan con los que luego se presentan en los cuarteles.
El a?o pasado acab¨® con 150.581 nuevos objetores, un 27,5% m¨¢s que en 1997. El crecimiento respecto a 1995 es del 100%. En los dos primeros meses de 1999 se mantiene la tendencia al alza, aunque a menor ritmo: en torno al 15%. Claro que, debido a la ca¨ªda demogr¨¢fica, el n¨²mero de j¨®venes en edad militar es cada vez menor. Queda menos agua en el cubo.
A los objetores se suman los reclutas que alegan causas de salud o econ¨®micas sobrevenidas y un n¨²mero menor, pero creciente, de los que no utilizan los resquicios legales para eludir sus obligaciones militares. ?stos, simplemente, no se presentan. Son los pr¨®fugos.
Como la objeci¨®n puede alegarse hasta el momento de ingresar en el cuartel, no es f¨¢cil saber cu¨¢ntos pertenecen a esta ¨²ltima categor¨ªa. Defensa quiere, en todo caso, que los afectados tengan clara la vigencia del servicio militar forzoso y las consecuencias a las que se exponen si lo eluden sin causa legal.
Gesti¨®n informativa
Por ello ha consultado con Interior la posibilidad de que la Guardia Civil acuda a los domicilios de los presuntos pr¨®fugos y les entregue personalmente una citaci¨®n, conmin¨¢ndoles a que clarifiquen su situaci¨®n militar, con la advertencia de que se actuar¨¢ legalmente contra ellos en caso contrario.
Se trata de una gesti¨®n puramente informativa, que podr¨ªa hacerse incluso por correo, pues no cabe otra cosa mientras no se abra un procedimiento penal. Defensa conf¨ªa, sin embargo, en el efecto psicol¨®gico que puede tener la presentaci¨®n en la casa familiar de una pareja de la Guardia Civil para no tener que llegar m¨¢s lejos.
La alarma por el aumento de los no presentados se dispar¨® el pasado oto?o. Ello explica la eliminaci¨®n del excedente de cupo, resucitado en 1997, y la revisi¨®n a la baja de la anunciada reforma del cuadro m¨¦dico, que se aprob¨® en enero con una redacci¨®n mucho m¨¢s restrictiva que la difundida en verano.
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