"Ser o no ser" agricultor

Tel¨®n. 1957, firma del Tratado de Roma y dise?o de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC). La gran preocupaci¨®n de Europa era garantizar el abastecimiento de alimentos. Se establecen as¨ª los principales objetivos de la ¨²nica pol¨ªtica realmente comunitaria: incremento de la productividad agr¨ªcola, estabilizaci¨®n de los mercados y necesidad de garantizar un nivel de vida digno a la poblaci¨®n. En 1992, la acumulaci¨®n de grandes stocks de productos agrarios generados por pa¨ªses como Alemania, Francia, Inglaterra... y las dificultades para su exportaci¨®n impulsan la reforma de la PAC; precisamente, los agricultores espa?oles no contribuyeron a crear esos excedentes, pero s¨ª empezaron a pagar sus consecuencias, bajada de los precios y rebaja de las ayudas. Adem¨¢s se establecen cuotas de producci¨®n por pa¨ªses y sectores. Hoy, de los 817.000 millones en ayudas que recibe anualmente el Estado espa?ol de Bruselas, s¨®lo 164.000 millones llegan a los verdaderos agricultores y ganaderos que viven en el medio rural, trabajan directamente la tierra, cuidan el ganado y sus rentas proceden principalmente de estas actividades.Segundo acto. Agenda 2000 y nueva reforma. 1999, las ayudas a la explotaci¨®n familiar agraria no suponen ning¨²n privilegio para el agricultor, sino la compensaci¨®n de la p¨¦rdida de renta que sufre por la brutal y continuada bajada de los precios agrarios. El dato es espeluznante: desde 1986, incorporaci¨®n de Espa?a a la Uni¨®n Europea, hasta hoy han desaparecido m¨¢s de un mill¨®n de activos agrarios. El riesgo es que en los pr¨®ximos diez a?os puede caer otro medio mill¨®n. Nos hemos dado de bruces con el dilema de qui¨¦n debe ser el destinatario de las ayudas: "Ser o no ser agricultor, ¨¦sta es la cuesti¨®n".

Tercer acto. El mantenimiento de las ayudas a los productores se justifica hoy desde distintos ¨¢mbitos. Los poderes p¨²blicos consideran la agricultura como un sector estrat¨¦gico, y esta excepcionalidad es el pilar b¨¢sico de las pol¨ªticas agrarias de los pa¨ªses desarrollados, que necesitan la seguridad de abastecimiento para su poblaci¨®n. La dependencia de los factores naturales provoca la constante fluctuaci¨®n de precios y renta, con la consiguiente inestabilidad y crisis, tanto de productores como de consumidores. La exigencia de una agricultura sostenible con funciones de conservaci¨®n medioambiental y vertebraci¨®n del territorio, garante de la calidad de los productos, como respuesta a las demandas de la sociedad moderna. Frente a las tendencias globalizadoras de pa¨ªses como EEUU de imponer precios agrarios mundiales muy por debajo de los costes reales de producci¨®n, pero que a su vez ocultan ayudas directas a sus productores, no es mucho pedir que la UE destine el 0,5% del PNB a un sector que en el Estado espa?ol ocupa al 8% de la poblaci¨®n y que gestiona el 80% del territorio. En estos momentos, la renta agraria media espa?ola por ocupado est¨¢ por debajo de la mitad de la media del resto de sectores y es inferior a la renta de los agricultores europeos. As¨ª pues, COAG apuesta por el mantenimiento de las ayudas a la explotaci¨®n familiar agraria y al agricultor profesional, garant¨ªas de presente y futuro de una agricultura sostenible y de un medio rural vivo.

La Comisi¨®n Europea (CE) reconoce que el 80% de las ayudas va a parar al 20% de los productores. La gravedad de la actual propuesta de la Agenda 2000 radica en disminuir el presupuesto agrario y las ayudas a los productores. Los pa¨ªses del centro y este de Europa se han de incorporar a la UE en el periodo 2000-2007 como perceptores netos con una alta dependencia del sector agrario para el desarrollo de su econom¨ªa y el mantenimiento de una gran parte de su poblaci¨®n. ?Por qu¨¦ la Comisi¨®n, en vez de plantear una disminuci¨®n de las ayudas lineales, que perjudicar¨¢ gravemente a todos los peque?os y medianos productores de la UE, la mayor¨ªa de los Quince, no se plantea establecer unos criterios que limiten las cuant¨ªas m¨¢ximas de percepci¨®n por activo agrario, aunque disguste a los grandes privilegiados, la minor¨ªa y los que provocan la mayor parte del gasto comunitario?

COAG considera que no es necesario el aumento de las partidas presupuestarias destinadas al sector agrario, sino una distribuci¨®n justa de las ayudas basada en el empleo generado en las explotaciones, relacion¨¢ndolo con la dimensi¨®n de las mismas. De esta forma orientar¨ªamos la ayuda hacia los dos ejes de la nueva pol¨ªtica agraria, agricultores y territorio, al tiempo que garantizamos un ahorro presupuestario. El recorte de las ayudas debe dirigirse a los especuladores, terratenientes, arist¨®cratas y absentistas que reciben el 80% del presupuesto.

La propuesta de la CE supone un recorte total de 350.000 millones de pesetas anuales para toda la UE. Con estos guarismos, Espa?a dejar¨ªa de percibir 200.000 millones y supondr¨ªa la desaparici¨®n de la mitad de los activos agrarios actuales. Ni el mism¨ªsimo Hamlet cont¨® con tantas tramas a su favor. Todo un drama cl¨¢sico para los protagonistas, agricultores y ganaderos de la explotaci¨®n familiar agraria, y para el que COAG busca un final esperanzador para el siglo XXI. Tel¨®n.