Atrapadas por el teatro
A tres d¨ªas del estreno y a falta de otros tantos ensayos antes del deb¨², estaban tan nerviosas como satisfechas. Ocurra lo que ocurra a las siete y media de la tarde de hoy en el escenario del Getxo Antzokia llevan meses disfrutando de un intenso noviazgo con el teatro. "Es casi como estar enamorada", explicaba el jueves tras el ensayo Arantxa Alberdi en referencia al cosquilleo que sent¨ªa en el est¨®mago. Peluquera canina, es una de las nueve actrices aficionadas formadas en el primer taller de teatro de Getxo para mujeres. Arantxa y Mari Carmen Ribado, que cuida a unos se?ores, son las ¨²nicas del grupo que trabajan fuera de sus hogares. El abanico de motivos que les llev¨® a acercarse al teatro es amplio: "Necesitaba salir de casa", "acababa de mudarme desde Catalu?a y era una manera de conocer gente", "era una forma de salir de la rutina", "me dijeron que actuar relajaba", "yo me apunto a todo lo que encuentro",... La m¨¢s joven tiene 36 a?os y la mayor, 75. Durante un a?o han acudido una vez por semana a ensayar. Una fidelidad digna de noviazgo. Conocen la obra Hombres al dedillo. Cualquier momento era bueno para dedicarlo a la obra. Montse Barbadilla recordaba c¨®mo a veces se descubr¨ªa a s¨ª misma recitando su papel en la ducha: "No me miras, no me tocas,..." le reprocha el personaje que interpreta, un ama de casa, a su marido. "Si mis vecinos me oyeron alguna vez, deb¨ªan estar alucinados", explicaba algo avergonzada. A m¨¢s de una sus hijos le han ayudado a memorizar el libreto de esta obra que caricaturiza al g¨¦nero masculino y su manera de relacionarse con el femenino. Ponerse a "estudiar" tras varias d¨¦cadas fuera de la escuela es una de las cosas que m¨¢s les ha costado. Un asunto que a¨²n les provoca alg¨²n sobresalto. Una de ellas se llev¨® el jueves un enorme apuro cuando la frase en cuesti¨®n pareci¨® atascarse por un instante. El resto vivi¨® el momento con el coraz¨®n en un pu?o. La entrega, el compromiso. Eso es lo que, seg¨²n el director del montaje, Javier Li?era, diferencia al taller femenino del resto con los que ha trabajado. Miren Larrea, la veterana por edad y experiencia -a sus 75 a?os ya hab¨ªa hecho teatro antes- apunta: "Somos mucho m¨¢s responsables. Los j¨®venes faltan y no son puntuales". Li?era subraya que aunque los textos escogidos de Hombres, dos de Sergi Belbel y uno de Ferr¨¢n Verd¨¦s, son dif¨ªciles y de un ritmo muy ¨¢gil, los manejan muy bien. Recuerda que, aunque les dio varias obras a elegir, ¨¦sta fue la primera y ¨²nica que llegaron a leer. Les atrajo el reto meterse bajo la piel masculina e ironizar una hora sobre situaciones que cualquier mujer ha vivido alguna vez. Aunque a¨²n no tienen atada ninguna otra representaci¨®n, no piensan abandonar. "Ni venimos a pasar el rato ni es una payasada", exclama una tras recordar las risitas que tuvo que soportar en su entorno. El teatro les ha invadido las entra?as.
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