Dos profesores cobran a sus alumnos de la UNED a trav¨¦s de una cuenta particular

Los dos centenares de alumnos de un curso de mercados financieros de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED) han ingresado 8.600 pesetas cada uno en una cuenta corriente particular cuyos titulares son el director del curso y uno de los profesores. El dinero se les solicit¨® para pagar el material did¨¢ctico del curso. La cuenta pertenece a Alejandro Conde L¨®pez, profesor del departamento de Econom¨ªa Aplicada e Historia Econ¨®mica de la UNED, y a Juan Francisco Garc¨ªa Moreno, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y director del centro asociado de la UNED en Burgos.A los estudiantes se les dio instrucciones de ingresar el dinero en una cuenta corriente del Banco Central Hispano. El director del curso manifest¨® a este diario que no considera que cobrar a los alumnos de esta forma sea ilegal. Por el contrario, expertos jur¨ªdicos y universitarios consultados aseguran que lo sucedido es irregular y entra de lleno en la ilegalidad. "La venta de libros a alumnos, con el beneficio que esto representa, es una actividad incompatible con la funci¨®n p¨²blica", seg¨²n estas fuentes.

Sin titulaci¨®n

El curso, titulado Mercados financieros: introducci¨®n al an¨¢lisis y gesti¨®n de valores burs¨¢tiles, pertenece a los programas de ense?anza abierta de la UNED. Estos estudios puede realizarlos cualquier persona sin necesidad de titulaci¨®n universitaria. Seg¨²n fuentes del rectorado de la UNED, ¨¦ste tuvo recientemente noticias de lo ocurrido y ha abierto una investigaci¨®n reservada: "Lo ocurrido no es admisible, es totalmente ilegal. No se puede tolerar que un profesor cobre nada directamente a los alumnos. Cualquier tasa debe aprobarla la junta de gobierno y se tiene que canalizar a trav¨¦s de una cuenta p¨²blica". Tras la investigaci¨®n, "el rectorado decidir¨¢ si es conveniente abrir un expediente disciplinario a los implicados", se?alaron las mismas fuentes.Los juristas consultados manifestaron que a este tipo de actuaciones hacen referencia el C¨®digo Penal y la Ley de Incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones p¨²blicas. Esta ¨²ltima ley se?ala en su art¨ªculo primero que el trabajo de una persona al servicio de la Administraci¨®n es incompatible con las actividades "que puedan impedir o menoscabar el estricto cumplimiento de sus deberes o comprometer su imparcialidad o independencia".

En el programa del curso de Conde y Garc¨ªa Moreno figuran otros dos profesores. Uno de ellos es la hija de Garc¨ªa Moreno, Mar¨ªa de los ?ngeles, cuyos apellidos constan con iniciales, y que aparece como "profesora colaboradora" de la Universidad Complutense de Madrid, una figura legal que no existe.

A los matriculados se les daban dos opciones: prepararse el curso con los manuales que los profesores les vend¨ªan por 8.600 pesetas o utilizar una bibliograf¨ªa que consta de 10 libros, uno de ellos en ingl¨¦s y otro en franc¨¦s. Esa bibliograf¨ªa se pod¨ªa adquirir en las librer¨ªas especializadas por alrededor de 40.000 pesetas, y la mayor¨ªa de los alumnos -procedentes de toda Espa?a- no ten¨ªan f¨¢cil acceso a ella. Al haber elegido la primera opci¨®n todos los alumnos, excepto cuatro, la cuant¨ªa aproximada de los ingresos es de 1.700.000 pesetas.

La opci¨®n m¨¢s sencilla

Los alumnos consultados, que prefieren no identificarse, eligieron la compra de los manuales y dan una explicaci¨®n similar. Uno de ellos dice: "Me extra?¨® mucho que la cuenta estuviera a nombre de los profesores, pero lo acept¨¦ porque es m¨¢s sencillo que te manden los manuales que tener que comprar o buscar 10 libros especializados". Otro se?ala que ¨¦ste es el segundo curso de este tipo en el que se matricula y que le extra?¨® la diferencia: "En el otro, los libros estaban incluidos en el precio de la matr¨ªcula, que se paga directamente a la UNED".Alejandro Conde telefone¨® a los cuatro alumnos que no eligieron la opci¨®n de comprar los manuales "por si necesitaban algo", se?ala el profesor. Algunos de los contactados protestaron por la llamada, que consideraban improcedente.