Se busca trabajador drogadicto
Una agencia de Rotterdam se dedica con ¨¦xito a conseguir empleos a dos centenares de heroin¨®manos
No es que a Carlo le produzca un especial placer el hecho de trabajar, pero tener las horas ocupado le ayuda a pensar en otras cosas que no sean las drogas, y adem¨¢s gana alg¨²n dinero extra para sus dosis diarias. Por esas razones, y porque "da cierta satisfacci¨®n acostarse cansado", Carlo acudi¨® a TopScore, una agencia de empleo para heroin¨®manos que desde hace m¨¢s de dos a?os funciona en Rotterdam.La mayor¨ªa de los trabajadores de esta singular agencia de colocaci¨®n son j¨®venes con pocas posibilidades de recuperaci¨®n; adictos a las drogas desde hace a?os que han pasado por sucesivos programas de rehabilitaci¨®n sin lograr finalizarlos. "Cuando comenzamos nadie confiaba en que esto pudiera salir adelante, hasta los asistentes sociales cre¨ªan que nos hab¨ªamos vuelto locos", explica Nora Storm, que dirige altruistamente la agencia, situada en el semis¨®tano de un edificio de un elegante barrio en el centro de la ciudad. Entonces ten¨ªa cuatro j¨®venes en su lista de trabajadores; hoy cuenta con dos centenares y se ha ganado la confianza de empresas tanto p¨²blicas como privadas.
"La gente cree que los adictos son incapaces de ajustarse a un horario, pero su vida completa consiste en organizar cosas y estar pendientes del reloj: a qu¨¦ hora les dan de comer gratis, cu¨¢ndo necesitan la pr¨®xima dosis, d¨®nde van a dormir...", asegura Storm, conocida por sus originales actividades para ayudar a los heroin¨®manos.
La mayor¨ªa de los adictos se coloca en tareas de limpieza, pero tambi¨¦n los hay empleados en f¨¢bricas, empresas de mudanzas y quienes trabajan como alba?iles, jardineros o pintores. "Algunos est¨¢n a tiempo completo, aunque la mayor¨ªa tiene contratos por horas", explica Storm, que act¨²a ¨²nicamente como intermediario. La consigna es clara: el consumo de drogas no est¨¢ permitido durante las horas de trabajo, pero ni las empresas contratantes ni TopScore controlan lo que los empleados hacen durante sus horas libres.
Todos los adictos, hombres y mujeres, que se incorporan a la lista de TopScore comienzan como barrenderos del Ayuntamiento de la ciudad, siempre dispuesto a ofrecer contratos para limpiar las calles.
Su jornada de trabajo se inicia a las 8 de la ma?ana y laboran en grupos de 4 o 6 personas dirigidos por un jefe de equipo. "Para hacerles responsables, todos saben que si uno rompe las reglas, el equipo al completo es enviado a casa", relata Storm. Cuando han superado con ¨¦xito esa fase, la agencia trata de encontrarles trabajos mejor pagados. Sin embargo, la mayor¨ªa prefiere trabajar no m¨¢s de un d¨ªa a la semana, lo que les reporta alrededor de 15.000 pesetas mensuales, el m¨¢ximo ingreso que permite la Seguridad Social para seguir manteniendo las ayudas gubernamentales.
La demanda por los trabajadores de TopScore, cada vez m¨¢s conocidos en el pa¨ªs, est¨¢ aumentando. "Cuando la gente los ve trabajando, fundamentalmente en las calles, cambia radicalmente la imagen que tiene de ellos", relata Storm, que respalda sus palabras con los ¨¦xitos logrados: el a?o pasado m¨¢s de una treintena de sus empleados consiguieron una contrato indefinido y el Ayuntamiento de Rotterdam les ha dado la concesi¨®n de los servicios de limpieza del estadio de f¨²tbol De Kuip para el pr¨®ximo a?o, donde se celebrar¨¢n los encuentros m¨¢s importantes de la Eurocopa 2000.
?sta es una m¨¢s de las experiencias innovadoras que Holanda ha desarrollado en relaci¨®n a la rehabilitaci¨®n y asistencia de los drogodependientes. En 1997, por ejemplo, los Ayuntamientos de Amsterdam y Rotterdam protagonizaron un experimento de distribuci¨®n gratuita de hero¨ªna entre un grupo de toxic¨®manos incurables. El proyecto trataba de determinar si el suministro de la droga en peque?as cantidades puede ayudar a mejorar el estado f¨ªsico y ps¨ªquico de los drogodependientes. Al a?o siguiente, el experimento se ampli¨® a todo el pa¨ªs.
El a?o pasado, el Ayuntamiento de Amsterdam estren¨® las denominadas narco-salas, unos locales donde los adictos sin hogar pueden acudir a consumir con tranquilidad sus drogas. En esas instalaciones, los drogadictos reciben caf¨¦ y t¨¦ de forma gratuita y pueden ducharse, cambiarse y lavarse la ropa.
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