La voluntad fara¨®nica del alcalde Luzhkov
Yuri Luzhkov querr¨¢ dejar su impronta en este fara¨®nico proyecto, al igual que hace en todo cuanto se construye o se restaura en Mosc¨². Sin embargo, el pasado mi¨¦rcoles, la Duma de la ciudad, que raramente se opone a la voluntad del alcalde, aprob¨® una ley que intenta limitar la discrecionalidad con la que ¨¦ste autoriza que se levanten monumentos, muchos de ellos ejecutados por su amigo Zurab Tsereteli, presidente de la Academia de las Artes. Fue tal, por ejemplo, el pasmo causado por la gigantesca estatua de Pedro el Grande, obra de Tsereteli, que se form¨® una comisi¨®n especial para decidir si se demol¨ªa. Sus miembros se dividieron, pero el monumento sigue en el r¨ªo, y de ah¨ª, salvo terremoto o atentado, no hay quien lo mueva.Luzhkov, que vet¨® la primera versi¨®n de la ley, ha logrado introducir tantos retoques que en la versi¨®n definitiva apenas si cede su poder ¨²ltimo de decisi¨®n. Sin embargo, al menos en teor¨ªa, una comisi¨®n independiente de 15 miembros tendr¨¢ que autorizar la colocaci¨®n de todos los monumentos pagados por la ciudad o que se pretenda emplazar en las principales calles y plazas. La lista de ¨¦stas tendr¨¢ que ser aprobada por el mismo Luzhkov.
Una de las consecuencias de la nueva ley podr¨ªa ser frenar los intentos del Parlamento estatal de volver a colocar en la plaza de la Lubianka la estatua de F¨¦lix Dzherzhinski, fundador de la Checa, la polic¨ªa secreta sovi¨¦tica antecedente del no menos siniestro KGB. El pasado mi¨¦rcoles, el l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov, aseguraba en una comida con corresponsales extranjeros que es contrario a que los cambios pol¨ªticos se lleven por delante los s¨ªmbolos de los antiguos reg¨ªmenes, y defendi¨® la vuelta del monumento, derribado en agosto de 1991 por los manifestantes contrarios al golpe de Estado comunista. La estatua se encuentra ahora, junto a muchas otras relegadas por motivos pol¨ªticos o art¨ªsticos, en un improvisado museo al aire libre situado junto a la Casa Central del Pintor, a escasos metros del monumento a Pedro el Grande.
Babelia
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