Autobiograf¨ªa
Georges Moustaki. Toninho Docarmo, guitarra. Marc Bertaux, bajo. Luis A. Cavani, bater¨ªa. Auditori Municipal. Torrent, 5 de marzo de 1999.Fue un repaso de historia emocional, como suele suceder con estas leyendas vivas de la canci¨®n, con artistas que, como Moustaki, iniciaron su andadura a comienzos de los a?os cincuenta y marcaron ¨¦poca. Por eso era inevitable que, concluida la parte "oficial" del concierto, un sector del p¨²blico le pidiera con vehemencia Le m¨¦t¨¨que, una composici¨®n que cumple en el a?o en curso cuarenta primaveras y que supuso en su d¨ªa la presentaci¨®n en sociedad, el "aqu¨ª estoy yo, ¨¦ste soy y as¨ª me ven" de este egipcio de ascendencia griega afrancesado hasta la m¨¦dula, pero tambi¨¦n ciudadano del mundo que transita por diferentes culturas con la naturalidad que imprime la necesidad vital del viaje, del cambio de aires constante. Parece l¨®gico que iniciara el recital con Ma libert¨¦ y lo concluyera con La marche de Sacco et Vanzetti -luchadores anarquistas ejecutados en Estados Unidos, valga el apunte a quien no haya entonado o escuchado este himno emblem¨¢tico en su vida- un int¨¦rprete libertario como Moustaki que sigue cantando a la revoluci¨®n permanente. Es natural que la gente vibrara con se?eras canciones intimistas como Ma solitude o Le temps de vivre. Son espl¨¦ndidas. Pero, a pesar de todo ello, a pesar de la historia emocional a la que cada cual le pone su toque personal, no fue un concierto nost¨¢lgico. No, porque su protagonista mismo ironizaba con el tiempo ("son canciones de ayer o anteayer"), porque se gast¨® la humorada de cantar una de sus primeras composiciones que nadie conoce -un puro capricho- pidiendo aplausos c¨®mplices al anunciarla para que parezca un ¨¦xito de ventas, y porque remat¨® los bises con un tema titulado 17 ans cuando ¨¦l tiene sesenta y cuatro. Confidencial Considerado un cantante confidencial, "me veo lanzado a escenarios con las dimensiones del Palais des Sports destilando mis canciones ¨ªntimas ante miles de espectadores que a veces no saben una palabra de franc¨¦s...", reconoce Moustaki en el programa de mano del concierto ofrecido en Torrent con el auditorio lleno hasta la bandera. As¨ª que, consciente de las paradojas de su carrera, dibuj¨® sobre el escenario torrent¨ª una autobiograf¨ªa musical, bien estructurada, con tiempo para las canciones antiguas y las reci¨¦n horneadas, o tiempo para la canci¨®n en griego, franc¨¦s, portugu¨¦s, ¨¢rabe, ingl¨¦s y castellano. Con un espacio para el piano, otro para la guitarra y otro para el acorde¨®n. Para la m¨²sica en grupo (excelente el multiinstrumentista brasile?o T. Docarmo) o para el cantautor solitario. Para las canciones sobre mujeres o la m¨²sica brasile?a. Una exposici¨®n antol¨®gica, en definitiva, que mantuvo el inter¨¦s a lo largo de m¨¢s de dos horas, porque, buenas canciones aparte, Georges Moustaki es especialista en escapar de lo previsible y, con voz limitada pero expresiva, sabe transmitir la joie de vivre a su p¨²blico. Si desafina o se le escapa un gallo, no deja de ser una an¨¦cdota.
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