Un derechista y un ex guerrillero se disputan el poder en El Salvador
Ninguno de los candidatos cuenta con mayor¨ªa en las presidenciales de hoy
Dos trayectorias personales y pol¨ªticas dispares, un conservador de educaci¨®n exquisita y jinete consumado, Francisco Flores, y un excomandante guerrillero nacido en la lucha sindical y ahora jefe de la izquierda pol¨ªtica, disputan hoy la presidencia de El Salvador, un pa¨ªs de seis millones de habitantes atrapado por las secuelas de 12 a?os de cruenta guerra civil (1980-92). Ninguno cuenta con mayor¨ªa suficiente para ganar la primera vuelta.
Francisco Flores, 39 a?os, ex-presidente del Congreso, representa a la derechista Arena (Alianza Republicana Nacionalista), en el poder desde hace dos decenios, con Alfredo Cristiani (1989-1994) y Armando Calder¨®n, investido en 1944.Arena, desde cuyas filas actuaron matadores de guerrilleros de infame memoria, abri¨® la econom¨ªa, aplic¨® reformas de fondo y su nuevo abanderado marca distancias con el pasado hist¨®rico y sus antecesores en el mando, y promete m¨¢s desarrollo con mayor seguridad y justicia social, ofrecimientos de obligada formulaci¨®n en toda campa?a.
"Mis adversarios son la pobreza y la delincuencia y con ellos me voy a enfrentar", destac¨® el aspirante del oficialismo, economista, profesor, posgraduado en Ciencias Pol¨ªticas y Filosof¨ªa en la World University de California, Harford University de Connecticut, y Harvard. Flores, de familia cat¨®lica y activista, complet¨® su escolarizaci¨®n universitaria en el extranjero, durante un conflicto civil que se cobr¨® m¨¢s de 75.000 vidas, y todos quieren olvidar. A los 21 a?os march¨® a la India para entregarse al estudio del pensador hind¨² Sai Bab¨¢.
Facundo Guardado, de 44 a?os, casado con una gallega resuelta, Carmen ?lvarez Basso, se gradu¨® en ciencias pol¨ªticas a tiro limpio, fusil en bandolera, empujando a la brava una transformaci¨®n de las estructuras nacionales desde la comandancia general del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN), convertido en partido pol¨ªtico despu¨¦s de los acuerdos de paz.
Promete la prosperidad de El Salvador corrigiendo los a?os de gesti¨®n arenera. "Peque?os grupos de acaudalados empresarios se repartieron la banca, abandonaron el agro, y con la ejecuci¨®n de un programa neoliberal, aumentaron la pobreza", declara en su casa de esta t¨®rrida capital centroamericana.
Arena se escor¨® hacia el centro, y la antigua guerrilla abandon¨® sus planteamientos radicales, abraz¨® la conciliaci¨®n y el mercado y, en esa confluencia de intenciones el electorado a veces se pierde. Para Guardado no existe confusi¨®n posible porque el Gobierno de Arena, asegura, abandon¨® a los m¨¢s pobres para atender los intereses de los m¨¢s ricos, y sumi¨® en el abandono a los campesinos.
Las encuestas favorecen a Flores aunque sin los sufragios necesarios para evitar la segunda vuelta, en la que el FMLN tratar¨¢ de concertar alianzas, al igual que Arena, para hacerse con el triunfo en la segunda vez que lo intenta desde la firma de la paz con la mediaci¨®n de la ONU, el 16 de enero de 1992.
Los problemas pendientes en El Salvador, que entr¨® en guerra en 1980, a?o del asesinato de su arzobispo, Arnulfo Romero, por la extrema derecha, no son peque?os, pero sus grandes cuentas no atenazan tanto como en naciones vecinas. Su PIB creci¨® un 5,1% de promedio entre 1991 y 1998, gracias en parte a las remesas del mill¨®n y pico de salvadore?os emigrantes en Estados Unidos y a los ingresos por privatizaciones; la deuda externa, 2.600 millones de d¨®lares, el 22% del PIB, no es excesivamente onerosa, la inflaci¨®n ronda los cuatro puntos y medio, y el pa¨ªs tiene posibilidades de cr¨¦dito internacional.
La promoci¨®n del campo es una de las prioridades manifestadas por los candidatos de los cinco partidos y dos coaliciones participantes en los comicios, observados con bastante, y previsiblemente con una alta abstenci¨®n durante su desarrollo. No es para menos la incidencia de los programas en la agricultura y en el cr¨¦ditos a las pymes. En 1932 sobrevino una sublevaci¨®n campesina dirigida por Agust¨ªn Farabundo Mart¨ª, que concluy¨® despu¨¦s de haber muerto 32.000 personas.
El encarecimiento de la vida, el fuerte deterioro del sector agropecuario, y el impacto de las privatizaciones, pese a la mejor¨ªa en los servicios agravaron los viejos problemas estructurales del pa¨ªs, y a?adieron nuevos obst¨¢culos para su soluci¨®n, advierte el Centro para la Defensa del Consumidor. A todo ello se une una poblaci¨®n lastrada por un paro real superior al 40% y un hampa indetenible
El pr¨®ximo jefe de Estado de esta empobrecida naci¨®n afrontar¨¢ un c¨²mulo de carencias. "Y si no da prioridad a los problemas sociales tendr¨¢ un per¨ªodo presidencial muy turbulento", advierte el analista Mario Rosenthall.
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