SALVADOR MONCADA CIENT?FICO "La ciencia pide comprensi¨®n, no se puede controlar por la fuerza"
El investigador Salvador Moncada (Tegucigalpa, Honduras, 1944) no quiere o¨ªr hablar del Premio Nobel. "Que sea la comunidad cient¨ªfica la que debata este asunto", dijo en octubre pasado, cuando el Instituto Karolinska, sueco, otorg¨® el preciado galard¨®n a tres cient¨ªficos norteamericanos por unos resultados que, en opini¨®n de muchos investigadores, hab¨ªa sido Moncada el primero en demostrar. Se trataba de la influencia del ¨®xido n¨ªtrico (NO) en la relajaci¨®n cardiovascular. En otras palabras, su descubrimiento contribuir¨¢ a prevenir los infartos, las trombosis y a controlar la hipertensi¨®n. En su visita a Sevilla para intervenir en el IV Congreso de la Sociedad Espa?ola de Hipertensi¨®n, coment¨®: "A la ciencia, no puede somet¨¦rsela por la fuerza, necesita comprensi¨®n". Pregunta. Lleva usted investigando 15 a?os con el ¨®xido n¨ªtrico. ?Qu¨¦ es lo que tiene este gas de valioso que hizo que en 1990 le concediesen el Premio Pr¨ªncipe de Asturias, y el a?o pasado estuviera a punto de obtener el Nobel? Respuesta. El NO regula el flujo sangu¨ªneo y la presi¨®n arterial. Nosotros hemos descubierto su forma de actuar; ¨¦ste es nuestro hallazgo. P. ?Y a¨²n le quedar¨¢n cosas por conocer de este gas, supongo? R. S¨ª. Ya sabemos que es un gas que, en cantidades adecuadas, produce muchos beneficios para la salud; pero puede tener efectos patol¨®gicos si estas cantidades aumentan o disminuyen. Ahora queremos saber qu¨¦ ocurre en esa frontera que hay entre un gas benigno a un gas maligno. P. Parece que ¨²ltimamente a la ciencia s¨®lo le interesa la gen¨¦tica. ?Cree usted que los genes tambi¨¦n son responsables de la hipertensi¨®n? R. Sin duda. Pero no uno s¨®lo ni dos, sino muchos. Y eso va a dificultar su tratamiento. P. ?Y no cree que la intervenci¨®n gen¨¦tica para curar enfermedades puede provocar otras nuevas? R. Espero que no. Es verdad que hoy los conocimientos cient¨ªficos nos dan posibilidades casi ilimitadas... Por eso espero que se desarrolle una nueva ¨¦tica que se adapte al progreso cient¨ªfico. P. ?No tiene usted la impresi¨®n de que cada d¨ªa son m¨¢s las voces que reclaman un mayor humanismo en la ciencia? R. Es posible. Lo que s¨ª observo es que hay un mayor inter¨¦s en averiguar en qu¨¦ porcentaje interviene el pensamiento en el funcionamiento del cuerpo. Esto es algo que se ver¨¢ en el futuro. P. Aunque el pensamiento nunca se impondr¨¢ a la ciencia ?no? R. Desde luego que no. La ciencia seguir¨¢ siendo el motor del desarrollo humano. Lo que ocurre es que hay un desfase entre la capacidad tecnol¨®gica y la estructura ¨¦tica de la sociedad. La posibilidad de manipular la vida reclama nuevas estructuras, y una nueva actitud ¨¦tica que permita controlar racionalmente los posibles cambios. La humanidad tendr¨¢ que decidir a d¨®nde quiere ir.
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