Un maestro de la literatura fant¨¢stica

Contaba Adolfo Bioy Casares hasta cansarse que descubri¨® y aprendi¨® a amar la literatura con El Quijote. No exageraba. Homenajes y aproximaciones al h¨¦roe de Cervantes aparecen en m¨¢s de uno de sus libros, por ejemplo, en Un campe¨®n desparejo, protagonizado por un desfacedor de entuertos que recuerda en la distancia a don Alonso Quijano.La invenci¨®n de Morel (1940) y, luego, Plan de evasi¨®n (1945) revelaron a este escritor inmenso, que cultiv¨® siempre el humor y la iron¨ªa. ?l consideraba fracasos sus anteriores libros (Pr¨®logo, Caos, La nueva tormenta, La estatua casera y Luis Greve ha muerto). La invenci¨®n de Morel, quiz¨¢ su novelas m¨¢s conocida, es una obra maestra de la fantas¨ªa cient¨ªtica, en la que a partir de una trama fant¨¢stica investiga la realidad.

Desde La trama celeste (1948) a El sue?o de los h¨¦roes (1954), Historia prodigiosa (1956), Guirnalda con amores (1959), Diario de la guerra del cerdo (1969), Dormir al sol (1973) a las Historias de amor (1972), las Historias fant¨¢sticas (1972) y las Historias desaforadas (1986), se pueden observar los m¨²ltiples registros del escritor y los temas que le apasionaron: amor, misterio y fantas¨ªa. Para los interesados en lo fant¨¢stico es de lectura obligatoria la Antolog¨ªa de literatura fant¨¢stica que hizo con Jorge Luis Borges y con Silvina Ocampo.

Con Borges disfrut¨®, asimismo, otro de sus grandes placeres, la novela policiaca, la negra. Firmaron juntos con el seud¨®nimo de Honorio Bustos Domecq (mezclaron apellidos de antepasados suyos) libros tan deliciosos como Seis problemas para don Isidro Parodi. Juntos dirigieron tambi¨¦n la m¨ªtica colecci¨®n El S¨¦ptimo C¨ªrculo, que reuni¨® a los grandes del g¨¦nero.